[Terminado] Amar otra vez [Historia Lésbica]

Parte 35

Hola! perdonen la demora, les traigo cap :3 

Capítulo 35

Los mensajes siguieron llegando durante toda la semana. Natalia estaba cansada de bloquear los números, así que dejó de hacerlo y les puso tonos personalizados a cada una de sus conversaciones importantes. Así sabría cuando un mensaje valía la pena contestarlo y cuando no.

No obstante y siendo sincera, empezaba a sentir miedo por las insistencias de Evangeline. La chica deseaba verla caer, deseaba que sufriera y que se diera cuenta de sus defectos. No paraba de recordárselos. Natalia tenía que lidiar contra mensajes que le recordaban lo infiel que había sido al dejarla por Carol y que el karma tarde o temprano iba a devolvérselo.

No seas tonta. Ella también coquetea. Sabe que es bonita.

Algún día, Carol se enamorará de alguien más y va a dejarte.

Si se descuidaba, esos textos podrían convertirse en ideas negativas que tambalearían su cordura. Sabía que no tenía comprado el amor... pero...

¿Cómo sabes que no está platicando con alguien más en estos momentos? ¿Cómo sabes que no se imagina con alguien que no sea tú?

Natalia no respondió. Borró el chat y trató de concentrarse en la televisión. Sin embargo, empezó a titubear y miró el reloj que colgaba de la pared. Eran las dos de la tarde de un domingo cualquiera. Carol había ido con sus amigas del equipo de futbol a un restaurante-bar para beber y celebrar la victoria de un partido amistoso que habían jugado contra las chicas de otra universidad.

No había nada de malo en que ella saliera. Tenía derecho de divertirse. Pero si Natalia lo pensaba mejor, hacía una semana, Carol le había prometido que pasarían juntas el domingo para ver películas y comer helado; y de la nada, estos nuevos planes habían surgido y Natalia había quedado fuera.

Resopló. Estaba haciéndose bolas en la cabeza. No era más que una paja mental. No había razones para desconfiar de Carol. Ella nunca sería capaz de engañarla ¿verdad?

—Ella me quiere —susurró Natalia—. Aunque... no soy atlética como ella, y honestamente no me gusta el fútbol.

Volvió a suspirar y revisó el Facebook de su novia. Había subido algunas fotos de ella con sus amigas. Lucían felices. Algunas comían tacos y otras sólo brindaban con grandes tarros de cerveza.

—Todas están guapísimas —aceptó Natalia. Había una en especial cuyo nombre era Amelia que tenía la carita de un ángel y los pechos de Afrodita. Usaba una ajustada blusa de color rojo y en cada una de las imágenes salía mirando a la cámara con unos ojos coquetos, capaces de engatusar a cualquiera.

Natalia cambió la foto. La siguiente imagen hizo que se le pusieran los pelos de punta. Amelia estaba dándole a Carol un taco en la boca.

—¿Qué carajos...?

El rostro se le calentó.

En la siguiente foto, aparecía de nuevo Carol, con el rostro muy rojo y lagrimitas en los párpados. Debajo habían unos comentarios que Natalia leyó y sólo así se dio cuenta de que Amelia le había gastado una broma al darle un taco con salsa picante extra.

Cerró el Facebook y lanzó el teléfono al sillón de enfrente.

—No te pongas celosa, no te pongas celosa. Sólo son sus amigas. Además, ellas saben de la orientación de Carol y nunca la coquetearían.

Se relamió los labios. Su pie empezó a dar golpecitos en el suelo. Se tronó los nudillos. Sin poder esperar un segundo más, volvió a su teléfono y abrió el Facebook. Buscó el perfil de Amelia y empezó a espiarla. Las primeras publicaciones no le llamaron la atención, pero justo antes de que ella se rindiera, empezó a ver indicios de que claramente la chica tenía tendencias lésbicas.