Parte 36

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hola! tarde pero llego el cap :3 


Capítulo 36

Lo que Natalia había hecho sólo era una manifestación de su efímera valentía. Antes de venir, se había asegurado de ponerse un vestidito coqueto, sandalias y un brasier cuyos bordes lucían un poco por encima del escote. Había pensado que se vería guapa con eso y que despertaría las envidias de las amigas de Carol.

Tristemente, no había nada que ellas le envidiaran. Todas las muchachas del equipo eran extrovertidas y bellas. Reían y exclamaban al calor de las cervezas. Se hacían bromas y también criticaban duramente los partidos de la selección nacional femenil.

Natalia no tenía ni idea de fútbol, así que se sintió excluida cuando Carol se metió de lleno de una plática sobre eso. No le quedó más opción que beber de su cerveza y sonreír cuando las demás lo hacían. Sentía las miradas de todas puestas sobre ella, como si se preguntasen quién la había invitado al almuerzo.

—Ay, diablos —Carol exhaló después de reír. Estaba algo borracha por haberse bebido un trago de vodka con arándanos—. Señoritas, tengo que ir al baño. Les dejo a mi bebé. No se la vayan a comer ¿eh?

Se levantó medio tambaleándose y se fue al sanitario.

Tras quedarse sola, Natalia miró a las demás y se dio cuenta de que estaban ignorándola. Se habían metido en sus charlas y la hacían a un lado. Bajó la mirada y fingió que tenía algo importante que hacer en su teléfono.

¿Qué demonios hago aquí? Esta parecía una buena idea.

—Hola —Amelia al fin se atrevió a saludarla—. Entonces ¿eres la novia de Carol?

—Sí —contestó enseguida y bebió de su vaso de cerveza. Estaba amarga. No le gustaba el sabor—. Natalia.

—Amelia —se presentó la otra—. ¿Qué se siente tener como pareja a la chica con mejor patada del equipo?

—¿Mejor patada?

—Sí, ya sabes. Carol patea fuerte. La otra vez hizo un pase que nos dejó a todas sorprendidas. Se había encabronado con una muchacha y se desquitó con la pelota.

—Ah... no lo sabía.

—Pues sí —Amelia hizo un momentito de silencio mientras comía un nacho—. Es una buena chica.

—Lo sé —respondió mirándola fijamente—. Tiene cualidades que me enamoran. Es la primera vez que la veo... tan alegre.

—¿Cómo? ¿Nunca habías venido a un almuerzo con estas locas? Siempre nos ponemos así. Una vez, durante un juego, nos quedamos en un hotel a dormir y fue todo un desmadre.

—¿Todas durmieron en la misma cama?

—¿Qué? ¡No, no! ¡Ja, ja! No digas eso. Bueno, algunas sí, pero sólo Carol y yo tenemos preferencia por las mujeres.

—Ah...

La plática era incómoda. Natalia no sabía cómo escaparse de ella.

Por suerte, Carol regresó y tomó su lugar. Parpadeó con fuerza para aclararse la vista y eructó.

—Cielos... me siento mareada.

—Creo que ya no beberás —dijo Nat antes de quitarle el tarro de cerveza.

—Sí, corazón. Gracias. Suficiente para mí —bostezó otra vez y se encandiló con la pelirroja—. Mi amor, ven acá.

Y delante de las caras de todas, Carol tomó a Nat de las mejillas y le plantó un romántico beso en los labios. Algunas chicas, avergonzadas (más no incómodas) por la muestra de afecto entre dos mujeres, apartaron la vista y sonrieron por lo bajo.

[Terminado]  Amar otra vez [Historia Lésbica]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora