Capitulo Cincuenta y siete. - Días largos. Un secreto sin descubrir.

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Ya era domingo y el día de ayer no pude hacer nada, por la tarde la pasé en mi casa, viendo videos en mi computadora y hablando con Harry por videollamada. Por la noche había ido al GYM y después a cenar con Ryan.

«Flash Back»
- Creí que de nuevo no aceptarías venir – dijo él cuando ya habíamos pedido la cena y esperábamos a que él mesero regresara con los platos llenos de comida.
- No siempre me tengo que hacer del rogar. – dije riendo y jugando con la servilleta de tela.
- Cierto… con una vez es suficiente. – dijo sonriente.
Yo reí. La cena llegó y comenzamos a comerla. Había sido una cena divertida y un poco interesante, tenía que repetirlo: Ryan es muy directo.

- Me encantó cenar contigo, espero que se repita. – dijo él cuando ya me había llevado a casa.
- Yo igual. – solo eso dije.
- Bueno, hermosa. Nos vemos luego. Espero admirar tu cuerpo más seguido por el GYM – dijo coqueto.
- ¡Hey! – exclamé apenada y golpee su pecho.
Él sonrió se acercó a mí besó la comisura de mis labios.
- Nos vemos. – dijo y se fue.

«Fin Flash Back»

Era domingo por la tarde, Harry me había llamado para ir al cine junto con Emma y Louis. ¿Sería cita doble?, eso era lo que quería preguntarle a Harry pero no me atreví.

- ¿Ya estamos todos? – preguntó Louis antes de entrar a ver la película.
- Si… solo Emma, fue por unos dulces. – respondí y Louis me sonrió pellizcando mi mejilla.
- Listo – dijo Emma llegando con dos paquetes de gomitas y unos chocolates.
Louis entregó los cuatro boletos de la película, era de comedia pero no sabía cual era el nombre.
Entramos, yo llevaba los dos vasos de refrescos y Harry las palomitas, las cuales iba comiendo en el camino, Emma y Lou llevaban su comida también.
Nos sentamos, yo quedé entre Louis y Harry y después de diez minutos la película empezó.
Estallábamos en risas. Había momentos que no eran tan graciosos pero las risas de Harry y Louis hacían que Emma y yo también riéramos.
Al terminar la película Emma y Louis se fueron a un Starbucks y Harry me llevó a su lago favorito.
Veíamos como la luna se reflejaba en ese hermoso y gran lago… lo abracé, fue lo único que se me ocurrió hacer. Harry me miró curioso y recargó su barbilla en mi cabeza, rodeándome con sus brazos.
- ¿Por qué siempre me traes aquí? – pregunté curiosa pero el malinterpretó mi pregunta.
- ¿Te aburre estar aquí? – preguntó mirándome.
- No, claro que no. – dije mirándolo también. – solo es curiosidad. – le sonreí levemente. Él miró al frente y suspiró.
- No lo sé… tal vez porque éste es mi lugar favorito, mi lago favorito y… tú eres mi persona favorita. – terminó mirándome a los ojos.
Una amplía sonrisa apareció en mis labios y solo miraba sus hermosos ojos verdes, que tenían un brillo especial gracias a la luz de la luna.
Mordí mis labios, nerviosa, sin saber que responderle.
- Creo que ya es tarde, ¿Quieres que te lleve a casa? – preguntó incomodo.
- Ehm… está bien, vamos. – lo tomé de la mano y fuimos a su auto para que él me llevara a casa.
Louis y Emma se habían ido por su lado y no los vimos más. Al parecer su relación iba bien, yo ya la había aceptado, lo que no sabía es como se sentía Niall con esto. Él aparentaba estar bien, pero no sé lo que realmente pasaba por su cabeza al verlos juntos.
Llegamos a casa y Harry bajó junto conmigo, acompañándome a la puerta de la entrada.
- Gracias por hacer que me distrajera este día. – dije abrazándolo fuertemente.
- Por nada, me divertí hoy. – confesó besando mi mejilla.
- Yo también. – le sonreí separándome de él.
- Bueno… espero verte mañana. Te llamaré. – sonrió.
- Esperaré tu llamada. – le sonreí y besé su mejilla tomando su mano.
Nos miramos por un momento y luego solté sus manos para entrar a casa.
Miré por la ventana cuando él se iba y sonreí. ¿Era su persona favorita? Reí por lo bajo, emocionada.
Busqué algo de comida para cenar, creo que no había nadie en casa, Liam tal vez estaba con Danielle y mis padres supuestamente trabajando. Después de haber cenado algo, subí las escaleras y entré a mi habitación. Me duché y me acosté a dormir, había sido un día muy bueno. Las vacaciones me estaban agradando, estaba ansiosa por viajar ya a Miami.

La semana siguiente había pasado rápido, pero para mí había sido una eternidad. Hoy sabría ese secreto oculto, espero que no sea tan malo como esa mentira de que yo era adoptada. Aún estaba confundida con eso. Si yo no soy adoptada, ¿por qué me mintieron haciéndome sufrir con eso?
Toda esta semana nos la habíamos pasado arreglando nuestros documentos para el viaje a Miami, buscando hoteles de buena calidad para ver en cual nos hospedábamos y ayer habíamos comprado los boletos para el pasaje, por suerte habíamos alcanzado los últimos que quedaban.
Había comenzado un nuevo mes y era hora de saber la verdad, hoy miércoles.
Estaba esperando ansiosa que Charlie terminara de hablar con mis padres. Llevaban un poco más de media hora encerrados en el Estudio, hablando de no sé que cosa. Yo estaba sentada en la sala, impaciente.
- ¿Por qué tardan tanto? – me pregunté a mi misma, mordiendo mis labios.
Escuché como la puerta del Estudio se abrió y corrí hasta allí.
Los tres estaban todos serios y yo solo esperaba que alguno de ellos me dijera algo. Ni una palabra salía de sus bocas.
- ¿Por qué no me dicen ya? – dije desesperada.
- Tu madre no está lista. – respondió mi padre.
- ¿Lista?, ¿no está lista?, ¿Lista para qué? – bombardee de preguntas.
- Tienes solo dos semanas más, Audrey. Tu hija tiene que saberlo todo. –
Fue lo único que Charlie dijo, besó mi cabeza y se fue.
Bufé molesta y subí las escaleras sin dirigirle la palabra a ninguno.
¿Cómo que mi madre no estaba lista para esto? ¿Qué clase de secreto era?
Me tiré en la cama, me estaba matando y torturando con todos mis pensamientos. Debía de distraerme de eso. Ese secreto ya no me debe de importar, en fin. Ese secreto ayudaría a que Zayn y yo estuviésemos juntos y él no está aquí. Además yo ya no quería estar con él.
Faltaba solo una semana para poder viajar a Miami, estaríamos allá por ocho días.
Era de noche y decidí ir a correr, no pisaría el GYM hasta que regresara de Miami, simplemente por que no quería ver a Charlie, estaba molesta con él por ser cómplice de mis padres.
Antes de salir de casa, recibí una llamada de Harry.
- Tengo una mala noticia… - dijo él muy serio.
- ¿Qué pasó? – pregunté preocupada y cerré la puerta de la casa, al salir.
- Creo que será mejor que te lo diga en persona. – pidió.
- Está bien… nos vemos en una hora en mi casa. – 
- Claro, allí estaré. Te quiero. –
- Yo también. – respondí sonriente y colgué la llamada. Guardé mi celular en mi pequeña mochila donde tenía una botella de agua y una pequeña toalla para el sudor. Comencé a caminar primero y al llegar al parque comencé a trotar. El parque era muy grande y amplio, daría unas cinco vueltas y descansaría para regresar a casa.
Después de diez minutos sentí que alguien me seguía, fui apresurando mi paso y comencé a correr un poco más rápido pero termine más cansada y caí hincada al césped.
- ¿Estás bien? – preguntó un chico parada enfrente de mi. No quise levantar la cabeza, tenía un poco de miedo. – Aly… - ¿sabe mi nombre?, levanté mi cabeza y pude darme cuenta que era Ryan.
- ¡Idiota!, ¡Me espantaste! – exclamé molesta y él me ayudó a levantarme.
- No fue mi intención. – dijo riendo y sosteniéndome de los brazos. Me solté de él para sacudirme las rodillas y le sonreí.
- ¿Qué haces por aquí?- pregunté recogiendo mi cabello en una coleta alta.
- Pues… vine a practicar un poco de Skate, y me divertía siguiéndote. – dijo caminando a mi lado.
- No pues que divertido. – dije irónicamente. 
- De hecho. – sonrió pícaramente y yo desvié la mirada negando con la cabeza.
- Tengo que irme ya a casa. – dije mirando la hora en mi celular. – es tarde.
- Te llevo. – tomó mi mano entrelazando nuestros dedos y me detuve mirándolo. - ¿Qué? – me miró frunciendo el ceño.
- No nada… -
- ¡Vaya, vaya! Que rápido te conseguiste a otro chico. – escuché que decían sínicamente a mis espaldas, solté rápidamente la mano de Ryan y me giré para ver de frente a quién decía eso.
- Sigues siendo una zorrita, eso jamás se te quitará. – dijo Caroline burlándose.
- ¡Cállate! – ordené molesta. - ¡Tú no sabes nada, así que no hables y no digas tonterías! – exclamé exaltada.
- Yo no digo tonterías, querida. Tú te metiste con tu primo… eso es una realidad. –
Le pegué una bofetada haciendo que su cara girara hacia el lado izquierdo.
- ¡Esto no lo permitiré, perra! – gritó molesta y se abalanzó a mí pero Ryan se puso en medio de las dos.
- ¡La perra aquí eres tú! ¡Y deja de meterte en mi vida! – exclamé furiosa y me fui de allí.
Ryan me llamaba un por de veces pero no me detuve. Corrí furiosa hasta mi casa pero ya no podía más, estaba muy cansada y mis piernas me dolían al igual que mis pies.
Un par de lagrimas salieron de mis ojos, lloraba del coraje que sentía por dentro, necesitaba sacar mi furia… no había bastado con esa bofetada que le había dado.
Entré a mi casa y los chicos estaban allí, excepto Louis, comiendo pizza en la sala. Cuando cerré la puerta, todos voltearon a verme, me detuve y de inmediato corrí a mi habitación, tropezando un poco en el camino. Entré a mi habitación y aventé fuertemente la puerta para que se cerrara, pero no escuché el golpe. Giré para ver quien la había detenido y allí estaba Harry, mirándome confundido.
- ¿Estás bien? – me preguntó y entró cerrando la puerta de la habitación.
Yo le di la espalda buscando ropa en los cajones, desesperadamente.
- No. – solo eso respondí.
- ¿Qué te pasa?, ¿Te hicieron algo? – preguntó él más preocupado.
- No. – dije fríamente. Saqué mi ropa interior y me dirigí al baño.
- Aly… - me detuvo y lo miré furiosa, respiraba agitada y estaba apunto de descontrolarme. – Escúchame… todo está bien, tranquilízate. – acarició mi mejilla hasta llegar a mi barbilla y dio un beso tierno en la punta de mi nariz. Me pude controlar un poco y al mirar sus ojos pude relajarme.
- Sal de mi habitación por favor. – pedí tratando de no sonar grosera.
- No saldré de aquí hasta que me digas lo que te pasa. –
- Harry, no seas terco. ¡Sal de aquí! – pedí exaltada.
- ¡No! La terca eres tú, y no saldré hasta que me lo digas. Confía en mí. – pidió suplicante.
Bufé y solo entré al baño molesta para ducharme.
Duré un poco más de quince minutos, estaba ya tranquilizándome… tenía que sacarme eso de la cabeza. ¡Estúpida Caroline!, no sabes cuanto te detesto.
Cerré la llave y salí del agua tomando una toalla para cercarme. Me vestí y antes de salir, desee que Harry ya no estuviese dentro de mi habitación.
Abrí la puerta del baño y salí lentamente. Lo miré recostado en mi cama, con los ojos cerrados.
Caminé hasta el tocador y comencé a cepillar mi cabello, mirándome al espejo.
- ¿Por qué sigues aquí?, ¿Por qué no te rindes? – pregunté al darme cuenta que ya tenía los ojos abiertos.
- Porque me importas… y prometí siempre estar contigo, apoyarte siempre. – respondió recargándose en el tocador y mirándome de frente. Estábamos más cerca.
- Te he contado la mayoría de mis problemas, ya no quiero preocuparte. – confesé.
- No importa eso… anda, cuéntame. – pidió de nuevo y tomó mi mano.
- Me encontré a… Caroline. – dije con la mirada baja.
- ¿Y que pasó? – preguntó mirándome serio.
Yo negué con la cabeza y Harry volvió a pedir que le dijera.
Suspiré.
- Me encontró con un amigo… el que le ayuda a Charlie en el GYM, y creyó que yo salía con él y comenzó a insultarme. – confesé
Harry murmuró algo molesto y apretando sus puños en sus costados.
- Eso es todo. Me enfurecí y le pegué una bofetada. – Harry sonrió cuando escuchó eso.
- Por lo menos te desquitaste. – dijo alzando sus cejas.
- Si… - dije entre risas. – bueno, cuéntame lo que me ibas a decir… - pedí sentándome en mi cama.
Harry se quedó allí parado y luego se acostó frente a mí. Yo comencé a acariciar su cabello, despeinándolo.
- Es una mala noticia. – me miró.
- ¿Qué pasa? – pregunté intrigada.
- Ehm… no iré al viaje de Miami. –dijo y cerró los ojos, yo dejé de acariciarle el cabello.
- ¿Qué? – dije con mi voz entrecortada.
- Mi madre no me dejo… tengo que hacer algo unos días antes y no podré viajar con ustedes. – respondió acariciando mi mano.
- Pero, Harry… - sentí un nudo en la garganta y desvié la mirada.
- Lo siento… - besó mi mano.
- Yo quería estar contigo en Miami. – admití en un tono triste.
- Hermosa… en verdad lo lamento, yo también quería pasar esos días junto a ti en Miami, pero no podré. – dijo sentándose a mi lado y me abrazó.
- Entonces tampoco iré yo. – dije segura.
- ¿Qué?, no, no, no. Tú tienes que ir, son tus vacaciones, no importa que yo no esté allí. Además pasarás tu cumpleaños allá, eso será lo mejor. – sonaba desesperado.
- Todos irán en parejas. – me quejé.
- ¿Y querías que yo fuera tu pareja? – preguntó sonriente. 
Yo bajé mi mirada sonrojada. 
- Oye… irá Niall, puedes pasar esos días con él. – besó mi mejilla.
- Está bien… – sonreí.
- Bueno, me tengo que ir… - se levantó para despedirse.
- Te acompaño abajo. – dije aferrándome en su brazo.
Harry sonrió y bajamos a la sala con los chicos.
- Niall, ya me voy, ¿No quieres que te lleve a tu casa? –
- Oh… sí, solo deja termina el juego. – pidió el rubio.
- Es tarde, regañarán a Harry en su casa. – dije apagando la televisión.
- ¡No! – gritaron Niall y Liam.
- Lo siento, ya llevan toda la tarde, es hora. – dije empujándolos hacia la entrada.
- ¿Por qué corres a tus amigos? – preguntó Niall haciendo un puchero y yo reí.
- Es tarde ya. – repetí.
Ambos salieron riendo de la casa, me despedí de ellos y se fueron.
- Eres mala, ¿Cómo te atreves a apagar así la televisión? – renegó Liam.
- Liam, por dios. Estás grande y planeas casarte, deja de discutir por eso. – reí.
- Eso no importa. ¡Me vengaré! – advirtió graciosamente y subió a su habitación.
Yo solo reí y calenté una rebanada de pizza en el microondas.

Ya se acercaba el día en el que teníamos que viajar, Liam y Danielle seguían con su plan de casarse pero aún no ponían una fecha exacta para su boda. No le habían vuelto a comentar nada a nuestros padres y menos con esta situación en la que estábamos. Ellos habían aceptado dejarnos ir a ese viaje.
En este momento me encontraba a listando mi maleta y una mochila con la ropa que me llevaría, la mayoría era con ropa de verano y algunos trajes de baño. No llevaría tanta ropa porque planeaba hacer algunas compras allá.
Cada vez se acercaba más mi cumpleaños y no soportaba la idea de saber que Harry no estaría conmigo ese día. Yo había planeado pasarla bien con junto con él en el viaje y esperaba que fuésemos algo más que amigos.
Mi celular sonó y contesté rápidamente al darme cuenta que era Harry.
- ¿Hola? – respondí contenta.
- ¡Hola!, no quiero molestarte pero como sé que no te veré por largos días, quería invitarte a comer algo en la plaza. – contestó el del otro lado.
- ¡Claro!, me encantaría. Y claro que no me molestas, Harry. – dije entre risas.
- ¡Me alegra escuchar eso!, bueno, paso por ti en media hora. ¿Crees estar lista? – preguntó.
- Claro, te espero. ¡Te quiero! – exclamé entusiasmada.
- Yo te quiero más, pequeña. – respondió él con ternura y yo reí sonrojada.
La llamada terminó y me duché rápido para estar lista antes de que Styles llegara.
Me vestí rápido [http://www.polyvore.com/casual_cine/set?id=54344115] 
Y me maquillé un poco, cepillé mi cabello y dejé que se quedara un poco ondulado.
Bajé las escaleras y Harry estaba allí hablando con mi hermano. Lo saludé con un beso en la mejilla y él me abrazó.
- Que se diviertan. – nos dijo Liam y le guiñó el ojo a Harry.
Ambos sonreímos y salimos de la casa para luego subir a su auto e irnos a comer.
- ¿Me extrañarás? – preguntó cuando entrabamos a la plaza. 
- Mh… - hice como si lo pensara.
- Oh… es una buena respuesta. – dijo ofendido.
- ¡Eres un tonto! – lo abracé. – claro que te extrañaré, y mucho. – respondí sin dejar de abrazarlo, él también me rodeo con sus brazos y sonrió contento.
- Trataré de creerte – dijo entre risas y lo miré seria, luego me guiñó el ojo.
- ¿Tú me extrañarás? – pregunté tímidamente.
- Mh… claro que sí, muchísimo. – contestó y me abrazó más besando mi frente.
Nos sentamos en una de las mesas que estaban desocupadas y solo esperábamos que el aparatito que nos habían dado en la tienda de sushi, sonara, indicando que ya estaba listo.
Como siempre me divertía con Harry. No había ningún momento en que yo me aburriera estando a su lado. Harry tenía agarradas mis manos sobre la mesa mientras me decía lo mucho que se arrepentía no poder viajar con nosotros a Miami.

Después de comer salimos de la plaza y fuimos de nuevo al lago… sería el último día que estaremos aquí juntos, hasta que yo regresara.
- Prométeme algo. – pidió, Besando mi mano. 
- Dime… - dije sonriendo y curiosa.
- Prométeme que si conoces algún chico en Miami, no te olvidarás de mí. – dijo juntando nuestras frentes. Me encantaba que hiciera eso.
- Lo prometo. Jamás me olvidaré de ti. – prometí acariciando su mejilla. Bajé mi mirada a sus labios… quería besarlo, pero si lo hacía no sé que pensaría él de mí, y como siempre, no sabría que hacer después del beso.
Pero… no lo vería por ocho largos días… y no tendría un regalo de cumpleaños de su parte. En realidad no me importaba si él no me daba algún obsequio en mi cumpleaños. Solo me importaba que estuviera a mi lado y no lo estaría.
Sentí como Harry se acercaba más a mí, cortando la distancia que había entre nuestros labios, cerré mis ojos y volví a sentir sus labios en los míos. Su beso tan lindo, tan cálido, tan tierno. Mis manos estaban en sus mejillas para impedir que él se separara de mí, mientras las manos de Harry rodeaban mi cintura, acercándome más a él. Nos separamos un poco para tomar aire y nos miramos a los ojos sin separar nuestras frentes. Volví a mirar sus labios y lo besé mordiendo su labio inferior. Al final solo lo abracé rodeando su cuello con mis brazos.
- Te quiero. – susurré en su oído.
- Yo más, Aly. – besó mi cabello.
Lo miré a los ojos sin dejar de abrazarlo. Harry me dio otro beso corto en los labios, miles de preguntas pasaban por mi cabeza. ¿Nosotros que somos?, ¿Somos solo amigos?, ¿Somos algo más que amigos?, ¿seremos algo más que amigos?, ¿Habrá un futuro entre nosotros?
No sabía lo que él pensaba ahora, pero esto de estarnos besando se nos estaba haciendo costumbre y no estaba bien.

It's gotta be you (Harry y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora