Capítulo 2: Un joven pelirrojo, algo cálido como la puesta de sol.

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I

Llegó el día viernes. Illumi, algo nervioso, hizo la rutina de cada día, pero aprovechándose del poco interés de su madre por sus horarios de clase y rutinas escolares, le mintió y dijo que tenía una visita al museo, y que lo dejara bajarse una cuadra antes de llegar a clases. Un pequeño café con sólo una mesita afuera era el punto de encuentro acordado.

Kikyo accedió sin cuestionar en absoluto, e Illumi bajó del auto escuchando el coro de despedida de sus hermanos más pequeños.

Vio a Hisoka sentado en el café, sonriendo con un aire felino. Vestía su uniforme escolar como de costumbre.

-Que carrazo el de tu madre.

-Supongo.

-¿Porqué te dejó acá?

-Le dije que tenía una salida escolar.

-¿Y no te dijo nada ni preguntó nada? Cualquier madre sabe que para las salidas escolares, el colegio tiene su propio bus.

-No

-¿Es estúpida o confía en ti?

-Las dos, supongo. Acaso tu madre te dio problemas? No pareces el tipo de chico que le interese.

-No tengo madre.

Silencio.

-¿Vamos? Traje mi bicicleta. Yo te llevaré.

-Vamos.

II

-No tiene asiento para que alguien vaya atrás. Puedes ir adelante.

-¿Cómo?

-En el volante de la bicicleta. Ahí he llevado a mis novias, funciona.

Illumi guardó silencio y analizó la frase. Consideró que era sólo un comentario y se subió como se lo indicaba Hisoka.

Hisoka miró la curva de la cintura de Illumi y sus muslos presionarse contra el volante de la bicicleta. Decidió contenerse y no decirle que consideraba su cuerpo atractivo y femenino.

Anduvieron en bicicleta por largos kilómetros hasta llegar a una montaña. El valle que estaba a los pies estaba seco, con algunos charcos debido a las lluvias que se presentaban durante esa época.

Subieron lentamente la montaña por el sendero para bicicletas, y vieron la ciudad desde arriba. Hisoka sacó una caja con cigarrillos de su mochila, y encendió uno. Dio unas cuentas caladas y se lo entregó a Illumi. Illumi nunca había fumado, pero veía a sus padres hacerlo habitualmente, por lo que imitando lo que ellos hacían, pasó por un fumador frecuente y sofisticado delante de Hisoka.

-¿Qué hacen tus padres?-Preguntó Hisoka, como si hubiera adivinado que pensaba en ellos.

-Negocios... algo clandestinos supongo, no sé detalles.

-Tienes muchos hermanos. ¿Son una secta o algo así?

-No. No lo sé... Creo que se casaron muy jóvenes.

Silencio.

-Mi mamá tenía mi edad cuando yo nací-Continuó Illumi.

-¿Cuántos años tienes?

-Tengo 14. Mi madre me tuvo a los 16 o algo así.

-No es muy común en familias adineradas.

-Ella no lo era. Tenía una relación con mi padre a escondidas. Supongo que me tuvieron para que mi abuelo los dejara casarse.

Amantes (Una novelita Hisollumi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora