Capitulo 7 (Solo Olivia)

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Amanda y yo nos hemos divertido mucho cuidando a Noah, es muy lindo estar con ella.
Al principio ella dormía en el sofá, pero no me pareció justo que ambas lo cuidaramos y ella tuviera que dormir en el sofá, así que ahora ambas dormimos en la habitación, nuestra habitación.
El día de hoy, saliendo del trabajo, Amanda y yo iríamos un rato a un bar, para tomarnos un pequeño descanso, hemos estado muy ocupadas estos días entre el trabajo y Noah.
Necesitamos un pequeño descanso.
Nos dirigimos al bar, estábamos muy a gusto platicando.
Había un juego en pantalla, pero ninguna le prestaba atención ya que estábamos más concentradas una en la otra.
Pero las copas comenzaron a salirse de control, estábamos ebrias.
Reíamos y hacíamos bromas, ya que ya no estábamos totalmente conscientes.
Pedí difícilmente un taxi desde mi teléfono y llegamos al apartamento.
La niñera se despidió y se fue, Noah estaba dormido.
Amanda y yo nos dirigimos entre risas a la habitación.
Estabamos solo hablando, pero de pronto, llegó ese impulso por besarla, pero esta vez combinado con alcohol..
- Quiero besarte Amanda.
Ella me miró sonrojada, pero comenzo a sonreír y a acercarse a mi.
- Besame Olivia.
Y sin pensarlo, comenzamos a besarnos, al principio era dulce y tierno, pero se volvió intenso.
Amanda me recostó en la cama, sus manos sujetaban las mías por arriba de mi cabeza mientras me besaba.
Sus labios bajaron a mi cuello, me estaba sintiendo realmente excitada, nunca creí sentirme así con una mujer.
Ella se detuvo con las manos en mi blusa, masajeando mis pechos sobre mi ropa.
- Quieres que siga...?
- Si Amanda, sigue!
Ella sonrió con mi respuesta y continuó, quitándome la blusa del cuerpo para tener acceso a mi piel.
Sus labios bajaban lentamente por mi abdomen, hasta llegar al botón de mi pantalón.
Mis jadeos aumentaban cada vez más.
Sus manos me quitaron el pantalón y se puso sobre mi de nuevo para seguir besándome y a mi cuello.
No pude más con las ganas y mis manos intentaban torpemente de quitarle la blusa.
Ella notó que tenia problemas para hacerlo y se la quito en segundos frente a mi, fue la mejor vista que he tenido.
Volvió a recostarse sobre mi, sentir su piel rozando con la mía, me hizo producir un pequeño gemido.
Sus manos bajaron curiosamente hacia mi espalda y desató el seguro de mi brazier, dejando libres mis pechos.
Los apretó, besó y lamio.
El calor me invadía por todas partes al sentirla.
- Quitate el tuyo...
Mi susurro entre jadeos, le provocó una sonrisa y lentamente se quitó su brazier.
Me besaba, dominando mis labios con su lengua, era magnífico.
Ella se quedó sentada sobre mi, yo la miraba excitada y me acerque lentamente, ella sonreía al notar mis intenciones.
La acerque más a mi y comencé a lamer y besar sus pechos, eran más pequeños que los míos, pero eran extremadamente maravillosos.
Ella se levantó y se quitó el pantalón agilmente.
Se sento encima mío de nuevo y de un empujón, me recostó otra vez.
Sus caricias bajaron a mi piernas, sus labios besaban apasionadamente mis muslos internos.
Se detuvo y comenzó a bajarme la ropa interior mientras me miraba a los ojos.
Es la escena más sexy que he visto.
Dio besos suaves a mi abdomen, pero iba bajando lentamente hasta que llegó a mi intimidad y comenzó a lamerla.
Mis manos tomaron las sábanas son fuerza, de mis labios salian gemidos desesperados y mi espalda se arqueaba de placer.
Su lengua era sagrada.
Llegué al orgasmo y ella me besaba los pechos mientras yo recuperaba el aliento.
Pero ambas aun queríamos más.
Ella se acomodó a un lado mío en la cama y aproveché.
La tomé de la cintura y la acerqué  a mi para besar su cuello.
Yo no sabía nada sobre el sexo con otra mujer, así que Amanda tomaba el control de todo, y me encantaba eso.
- Déjame quitarte la ropa interior...
Me sonrió sensualmente y abrió las piernas frente a mi.
No pude evitar sentir calor al ver eso.
Me acerqué y le quite lentamente la ropa interior.
Se acercó a mí en un movimiento rápido y enredó sus piernas alrededor de mi cintura y comenzó a besarme.
El impacto de sentir cada parte suya desnuda contra mi, me provocó un buen gemido.
Ella me recostó en la cama de nuevo y me abrió las piernas.
Se subió sobre mi y comenzó a susurrarme.
- Al principio dolerá... Si quieres que me detenga, solo dilo.
Luego de eso, sentí dos dedos entrar en mi.
Tenia razón, dolió, pero también se sentía muy bien.
Tomé su cuerpo con fuerza como respuesta por el placer y dolor.
Su lengua recorría mi cuello.
Cuando sus dedos quedaron llenos de lo que salio de mi, se me ocurrió algo.
- Quiero darte placer..
Amanda me sonrió y se alejó un poco para permitirme acomodarme.
Ella se recostó y me subí en ella.
Besaba y lamia cada parte suya y de pronto mis dedos la penetraron justo como ella hizo conmigo.
Escucharla gemir fue como bendecir a mis oídos.
Mi otra mano apretaba sus pechos y mis labios devoraban los suyos.
Sus mejillas comenzaron a tornarse rojas y su frente sudaba.
Y de pronto, ella tuvo un orgasmo en mis dedos.
Los saqué lentamente y la bese antes de recostarme a un lado.
Por la habitación sonaban nuestras respiraciones agitadas, tratando de calmarse.
Me tomó por sorpresa cuando sentí su cabeza recargada en mi pecho, cayendo dormida sobre mi.
Verla así me provocó sueño también, cayendo al mismo estado de sueño.
Satisfecha, luego de por fin haber besado y tocado a Amanda, luego de estar tanto tiempo deseándolo.

ALGO NUEVODonde viven las historias. Descúbrelo ahora