Please, look at me ~sakuatsu +18

~Especial 2~Suga~

⚠️Este capítulo contiene pensamientos suicidas y se trata el tema de manera explícita, si les incomoda o les hace sentir mal realmente les recomiendo no lo lean, si deciden hacerlo que sea bajo su total responsabilidad⚠️

Se despertó como todos los días en los últimos meses ¿Tods sus días estaban destinados a la monotonía? la luz filtrada por las persianas bañaba las blancas paredes de la habitación que en algún momento albergó promesas y sueños. Volteó su rostro rogando encontrar junto a él a su novio y sin embargo una vez más solo encontró una cama vacía.

Recordaba el tiempo en que Daichi dejaba notas en su mesita de noche cuando debía salir antes, dejaba flores, dejaba algún dibujo de un corazón con tiernas palabras, ahora solo dejaba la cama fría a su lado y el silencio tras él. No lo culpaba, las cosas cambiaban con el tiempo, no podía culparlo.

Sintió una molesta presión en el pecho que decidió ignorar una vez más, llevaba semanas ignorandola, teniendo en cuenta que era sábado dejó pasar un poco más de tiempo antes de levantarse y la primera vez que lo intentó simplemente resultó con él llorando, la segunda fue mejor, continuaba llorando pero al menos se sentó en la orilla y llegó con sus lágrimas cayendo hasta el baño.

Se miró en el espejo, no sé reconocía, había bajado de peso, lo notaba en su rostro y cuerpo en general, tenía ojeras aún si dormía mucho en su tiempo libre con ayuda de las pastillas, sus pómulos estaban más marcados, sus costillas comenzaban a resaltar. Debía ducharse, debía lavar sus dientes, vestirse, desayunar, salir a comprar cosas, avanzar con preparativos para la boda... la maldita boda...

Recordar lo feliz que fue cuando Daichi se lo propuso y solo lo hizo sentirse peor, observó el anillo en su dedo unos segundos y lo quitó poniéndolo en su palma para apretarlo. El reflejo frente a él no era él, recordaba cuando sentía que su amor era suficiente para acabar con él mundo, cuando amaba su trabajo y su tiempo libre, cuando amaba su casa y la imaginaba con dos pequeños corriendo por ahí. Ahora todo estaba reducido a ojos vacíos que lo observaban desde el espejo, en una casa vacía que anhelaba el amor de antaño.

Lo odiaba, odiaba no entender porque se sentía así, amaba tanto a Daichi, lo extrañaba tanto, era como tener a un fantasma con él, estaba ahí y a la vez no, el poco tiempo que tenían lo pasaban hablando de una boda a la que ya no le encontraba un sentido real.

Abandonaría la casa perfecta, el trabajo deseado y la boda soñada, lo abandonaría todo si así podía conseguir cinco minutos con su novio ¿era pedir demasiado?

Pero odiar su compromiso solo lo hacía sentirse más culpable de manera exponencial.

Relajó su mano viendo la marca que había dejado el anillo y antes de pensarlo lo arrojó con fuerza desmedida contra la cerámica del piso. Todo pasó demasiado rápido y a la vez demasiado lento, el delicado anillo de oro voló por lo aires peligrosamente cerca de una rendija por lo que antes de notarlo ya estaba en el piso para atraparlo, había sido una tontería, pero esa tontería lo dejó llorando media hora en el piso del baño con el anillo en la mano.

¿En qué momento todo había cambiado?

No lo sabía.

Solo sabía que cada vez lo veía menos y extrañaba más, su toque se sentía seco y su intimidad se había reducido a sexo apresurado y un "te amo" vacío al terminar, extrañaba cuando Daichi lo tomaba en sus brazos con tanto amor y susurraba suaves alabanzas mientras invadía su cuerpo, cuando lo hacia sentir tan completo y relajado... pero ya no era así. No sé sentía amado, no sentía la conexión que solían tener cuando la vida estaba llena de esperanzas y solo eran ellos contra el mundo, no sé sentía capaz de moverse del frío piso de cerámica.