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—¿Quieres tener una sesión?—palabras simples dichas a la ligera, solo una oración que marcaba el inicio de una serie de acciones que en realidad no importaban mucho, para Kiyoomi era liberar estrés, divertirse, dominar a Atsumu y hacerlo sentir bien. Pero contrario a eso teníamos a un rubio que lloraba mientras veía el mensaje imaginando que una vez más Sakusa le pedía algo más que sexo. Podían beber de nuevo, salir a trotar, ir juntos a entrenar. Él no quería sexo, quería algo más porque sentía que algo faltaba y no encontraba forma de detener la tormenta de emociones que lo atacaba día tras día y noche tras noche.

—Claro— respondió sin más, aún sabiendo que no era lo que quería, no podía negarse a Kiyoomi, él era su todo en ese momento y lo sería en su futuro.

Se sentía estúpido ¿Más que sexo? Su acuerdo era literalmente solo sexo. Sí confianza, comunicación y relación sumiso-dominante, pero finalmente todo giraba en torno al mismo punto inicial, sexo.

Atsumu no entendía, ni siquiera estaba seguro de en qué momento dejó de querer eso, no sabía desde hace cuánto quería un simple abrazo, una sonrisa, algo, cualquier cosa que no implicara directa relación con el sexo porque aún cuando sabía que solo era un cuerpo para jugar, quería ser algo más.

Pero finalmente lo era, para su ex, para el idiota de la fiesta, para el vendedor de drogas, para Sakusa… Solo era un cuerpo…

………

Un pequeño Atsumu corría por la casa, en algún punto perdió un zapato y tenía la camiseta al revés ¿Pero qué importaba? Era un niño orgulloso de haber realizado una acción que desde su punto de vista cambiaría el mundo y que estaba a punto de aprender una gran lección de vida gracias a sus padres, ya que ese mismo día, luego de más de diez minutos luchando para lograr su objetivo, por primera vez ese pequeño que corría con las mejillas rojas en busca de sus padres, se había vestido solo. 

-¡Mamá! ¡Papá! ¡Lo hice!-llegó gritando al living desbordando de alegría.

-¡Atsumu cállate!-gritó su madre en respuesta dejando al pequeño congelado en el punto donde estaba.

-Pero… mamá yo…

-No me interesa, estoy ocupada y tu padre también, así que aprende de tu hermano y quédate en silencio.

Sí, ahí comenzó una gran lección de vida para Atsumu; a nadie más que a él le importaban sus logros…

………

Respiró profundamente antes de dar tres pequeños golpes a la puerta del departamento, grande fue su sorpresa cuando Kiyoomi lo recibió vestido con un traje negro de corbata roja. Por un segundo sintió su corazón detenerse y algo en sus pantalones apretarse. Necesitaba más palabras para describir mentalmente lo bien que Kiyoomi se veía vestido de esa forma.

-Hola Atsu, pasa.

-Omi… Tú… Te ves muy, muy bien…

-Gracias, quería probar algo diferente y creí que tú también, si te agrada la idea.

-Dime ¿Qué tienes en mente?

-Ven, dejé las cosas en la habitación.

Atsumu siguió a Kiyoomi luego de quitar sus zapatos en la entrada. Sobre la cama perfectamente ordenada con dos frazadas gruesas y suaves descansaba un arnés de cuero con decoraciones en plateado y una larga cola. Lo pensó un momento, si bien nunca había usado la cola él mismo la había comprado por lo que sería estupido negarse a usarla. Recordó que en realidad pasó mucho tiempo queriendo ponerse esa cosa… Solo que en ese mismo instante era lo que menos quería.

Please, look at me ~sakuatsu +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora