Capítulo 15

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Minhyuk formó la palabra «esconder» y luego esperó mientras Vivek pensaba

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Minhyuk formó la palabra «esconder» y luego esperó mientras Vivek pensaba.

—No tardes un siglo, V.

—Paciencia. —Estaba sentado completamente inmóvil, pero no era un acto de autodisciplina. Vivek había perdido toda la sensibilidad por debajo de los hombros en un accidente que había sufrido en su infancia. De no haber sucedido habría sido un cazador nato. Con todo, aparte de sus considerables obligaciones como encargado de los Sótanos, también era los ojos y los oídos del Gremio en un mundo conectado. Su silla de ruedas de tecnología punta había sido dotada con dispositivos inalámbricos, así que V conocía a menudo lo que se decía del Gremio casi antes de que las palabras salieran de los labios.

En esos momentos murmuró algo por lo bajo junto al panel del ordenador, y las letras se dieron la vuelta para formar la palabra «casa».

—¿Y ahora qué, Minnie? —Era evidente que no se refería al juego.

Él se dio unos golpecitos con los dedos en el muslo.

—Necesito hablar con Kihyun.

—Estás en régimen de aislamiento.

—En ese caso, habla tú con él. Dile que está en peligro. Todo el mundo sabe que él es la única persona que conoce mi localización. —Y no era Sehun quien la preocupaba.

Vivek utilizó un comando verbal para abrir la puerta por la que el había entrado.

—Vete. Haré la llamada y permitiré que vuelvas a entrar.

Minhyuk no estaba de humor para niñerías.

—¡No voy a robarte tus malditos códigos!

—Sal de aquí o no llamaré.

Tras empujar la consola del ordenador, Minhyuk salió a grandes zancadas.

—Date prisa —le dijo antes de que la puerta se cerrara de golpe tras él.

Apoyó la espalda sobre la puerta y se deslizó hacia el suelo, pero no se paró a pensar que tal vez Eunhyuk también estuviese en peligro. No estaba acostumbrado a pensar en él como una persona vulnerable. Tampoco se había preocupado mucho por Kihyun antes de que tuviese al bebé. Kihyun no solo sabía cuidar muy bien de sí mismo, sino que su marido, Jooheon, era un hijo de puta de lo más mortífero. Pero el pequeño Min...

La puerta se abrió tras él.

—Kihyun quiere hablar contigo. —La voz de Vivek sonaba irritada.

Minhyuk se adentró en la estancia y descubrió que el hombre se había encerrado en su cabina, enfurruñado, lo que significaba que Kihyun no quería que él escuchara lo que iba a decirle. Minhyuk se estremeció. Cuando Vivek se enfurruñaba, la vida en los Sótanos se volvía muy incómoda: aumentos de temperatura que te cocían vivo, olores extraños en el aire, comida que sabía a serrín... En una ocasión se había visto obligado a pasar todo un espantoso mes allí abajo después de que Vivek se peleara con Kihyun. Hablando de rabietas estúpidas...

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