EPÍLOGO

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Minhyuk se había imaginado volando a través de la ventana de Kihyun y dándole un susto de muerte a su mejor amigo, pero aquello fue antes de comprender que, aunque ya estaba despierto, lo de moverse era una historia muy diferente

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Minhyuk se había imaginado volando a través de la ventana de Kihyun y dándole un susto de muerte a su mejor amigo, pero aquello fue antes de comprender que, aunque ya estaba despierto, lo de moverse era una historia muy diferente. Por aquella razón aún estaba en la cama cuando Kihyun entró en su habitación del Refugio con los ojos vendados.

Hyunwoo lo había trasladado a la fortaleza angelical poco después de recuperarse, pero había conseguido mantenerlo oculto. No obstante, ni siquiera había intentado discutir con el cuando le dijo que quería ver a Kihyun.

Su amigo se cruzó de brazos y apretó la mandíbula mientras Sehun la guiaba sobre la alfombra. El vampiro parecía obtener un perverso placer abrumando a Minhyuk con su esencia ahora que estaba demasiado débil para defenderse. Para sorpresa de todos, había superado la transformación manteniendo intactas tanto sus habilidades de cazador como sus «debilidades».

Hyunwoo y el no habían dejado de «discutir» sobre su trabajo como cazador del Gremio.

Sintió una lujuriosa caricia de satén líquido sobre la piel, tentadora y sensual. Minhyuk se frotó los brazos y miró a Sehun con el ceño fruncido. Estaba a punto de decirle algo cuando Kihyun dejó escapar un suspiro.

—No sé qué cree tu jefe que va a conseguir secuestrándome. No vamos a poner fin a la huelga.

¿Huelga? Aquello explicaba por qué Hyunwoo se había alegrado tanto aquella mañana al ver que por fin despertaba. Si los cazadores se negaban a hacer su trabajo, los vampiros debían de estar retractándose de sus Contratos a diestra y siniestra.

—Ahora sí que me has dejado la cabeza como un bombo.

Kihyun se quedó paralizado unos segundos; luego se quitó la venda con dedos temblorosos mientras Sehun abandonaba la habitación en silencio y cerraba la puerta tras él... aunque no antes de envolver a Minhyuk con otra ráfaga de su esencia. Aún estaba recuperando el aliento cuando Kihyun consiguió retirar la venda y la arrojó al suelo.

Su amigo abrió los ojos de par en par. Y a continuación, su hermosa piel se quedó pálida.

—¡Maldita sea, Kihyun, no te desmayes! —gritó Minhyuk, que estiró los brazos como si fuera a recogerlo.

Kihyun se apoyó en un sillón.

—Estoy alucinando. O a lo mejor el pescado que me dieron en el avión estaba sazonado con LSD.

—Kihyun, como no vengas a abrazarme, te pegaré un tiro. —La pistola que Kihyun había colocado bajo su almohada no solo había salvado su vida, sino también la de Hyunwoo—. ¡Soy yo, idiota!

Kihyun tragó saliva y luego se acercó a su cama a toda prisa. Se abrazaron con tanta fuerza que respirar se convirtió en algo secundario. A Minhyuk no le importó. Empezaron a balbucear al mismo tiempo, riendo y llorando a la vez.

—Creí que estabas...

—... Hyunwoo dijo...

—Y yo le dije que de ninguna manera...

CaídoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora