18 años

58 5 0
                                    

Nicolás Cabrera.

Kian.

Me dejo caer en la banca frente a la oficina del director. Mi cuerpo tiembla de rabia y el imbécil de Jensen no hace más que retrasar mis planes. No sé que tiene en la cabeza, pero tarde o temprano va a terminar con mi paciencia.

—Spencer, ¿podrías decirme que mierda te ocurre? —reclama. Mantuve la mirada en el piso, si lo miraba lo mataría —, ¿desde cuándo empezaste a creer que te mandas solo?

El uniforme me apretaba y el chaleco antibalas me pesaba tanto que en cualquier momento me lo arrancaría. Estaba ansioso. Franco y Juwon me estaban jodiendo y lo único en lo que el Director se preocupaba era en sí seguía las órdenes o no.

—No he desacatado ninguna orden, Director Jensen —informe levantándome de la banca.

—Te dije qué estabas fuera de esta misión —aclaró —. No obedeciste y ahora más de veinte personas están muertas, por tu culpa.

—No puede sacarme si son ellos quienes vienen por mí —contradigo. Quería matar a esos mafiosos inútiles, pero no podía. Sin embargo, no descansaría hasta verlos tras las rejas —. Yo soy su objetivo.

—Eso lo sé, Spencer y por eso te quiero fuera —asevera —. Mis agentes están perdiendo la vida solo por la estúpida obsesión que tienen esos delincuentes contigo. No puedo permitir que esto siga ocurriendo.

—Solo es cuestión de tiempo para que tengamos a Franco en nuestras manos —informo firme, pero nada es suficiente para Jensen.

—¿Tiempo? El tiempo aquí se resume en agentes muertos. Dime, Spencer, ¿cuántos más tienen que morir?

—Ninguno —decreto —. Iré yo.

Se ríe.

—Te terminarán matando.

—Ellos me quieren a mí —artículo.

—¿Crees que no sé que todos tus amiguitos irán detrás de ti solo para cubrirte la espalda? —gruñe —. Si te quieres morir tú, adelante, pero deja de llevarte a mis agentes entre las piernas.

Trago saliva. Sé que no está mintiendo y no tengo ningún argumento en contra de eso; Christian iría detrás de mí sin pensarlo.

—Una agente más y estás fuera —amenazó —. Y que te quede claro, Spencer, no te buscaré si ellos te atrapan.

De todas formas no esperaba que lo hiciera. Asentí.

━━━━━━━━※━━━━━━━━

Seattle, Estados Unidos.

Ojeo la revista de chismes de Kylie y no me detengo a leer ninguna página, en realidad ni siquiera le estoy poniendo verdadera atención, pero me mantiene ocupado. Mi pie se mueve impaciente y me recargo en mi asiento justo a un lado de Sasha, quien observa las cámaras con total aburrimiento.

Lanzó la revista sobre la mesa y me pasó una mano por el pelo. La camioneta está a unas cuadras del restaurante donde Franco tiene planeado reunirse con uno de sus socios, pero estaba tardando más de lo que se tenía previsto y temía que estuviera al tanto de nuestra presencia.

Una de las cámaras estaba fuera del restaurante y otra estaba dentro, observábamos a Kylie y Afra charlar despreocupadamente en una de las mesas mientras esperaban la presencia de Franco.

Christian fingía ser el recepcionista y podía notar, por sus movimientos, que estaba empezando a ponerse impaciente. Leander se encontraba afuera del restaurante sentado en una banca y fingía leer el periódico.

God of deception [Libro#1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora