Capítulo 21

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El desfile.

Camille.

-¡Camille! -La voz de Candy llegó a mis oídos, me disculpo con uno de los invitados para acercarme.

-Siéntate un momento, cariño, tienes las mejillas rojas por ir de un lado a otro -pide mi madre.

Me siento frente a Candy y pico un cubito de piña del plato de Roxy. Nancy lleva bien el evento, así que me relajo.

-Una pregunta, ¿qué harás en tu despedida de soltera? -Candy meneo su copa de champaña antes de darle un trago.

-¿Qué despedida de soltera?

-Bueno ya que te vas a casar, espero que haya una despedida.

-Pensé que seguías en contra.

-Estoy en la etapa de aceptación, aprovecha -Candy me sonrió -. Incluso ya he comprado mi regalo de boda. Cianuro, para cuando le sirvas el té a tu marido.

Ruedo los ojos.

-Candy, no seas maleducada. Connor es un gran hombre -intervino la madre de Alex, Micaela.

Candy soltó una carcajada llena de burla.

-¡Connor! -gritó mientras veía algo sobre mi hombro -. Justo estábamos hablando de ti.

Connor le dio una sonrisa que si no lo conociera bien, caería en su trampa de buen chico. Connor sabe que Candy lo odia y frente a ella no utiliza su papel de víctima, pero como estábamos todos en una misma mesa: mi hermana, mi madre, Roxy y su familia, había que mantener las apariencias.

-Espero que sean cosas buenas -dijo antes de sentarse y pasar su brazo sobre mis hombros.

-Claro que sí, todos llevaremos rosas rojas a tu funeral.

-Candy... -Micaela miró mal a Candy, pero Connor le dio una sonrisa avergonzada.

-Está bien, Mica. Candy es así de bromista, ¿no?

Candy enarcó una ceja, el odio hirviendo en sus ojos.

-Si eso te hace sentir mejor...

Connor comenzó a hablar con la familia de Alex y Roxy. Mi madre se mantenía al margen dándonos miradas curiosas y yo le sonreía cada vez, parecía que estaba empezando a dudar, probablemente, gracias a Candy. Mi hermana, sin embargo, no veía nada raro, Connor había sabido como ganársela y ella pensaba que él era un príncipe.

Roxy no es una chica demasiado curiosa, de hecho si pudiera haber alguien razonable en la mesa, sería ella, pero, de todas formas, no es tonta, ni mucho menos manipulable. Puede que Connor no le cayera mal, pero de un tiempo para acá ha dejado de hacer algún tipo de conversación con él. También, gracias a Candy.

De alguna manera, me alivia saber que no estaba sola en esto, que ya no era la única que veía algo raro en Connor.

Le di una mirada a Candy y ella miraba su plato y sonrió para sí misma antes de levantar la cabeza. Y aquí empieza su segunda guerra.

-¿No vendrá Célian, Camille? Ya lo extraño un poco -hizo un mohín en mi dirección.

Pestañee. El nombre del susodicho, hizo que mi corazón se acelerara hasta doler. Noto como Connor se pone rígido. Su mano cae en mi nuca y le da un fuerte apretón que casi me hace hacer una mueca. Lo miro, sus ojos cargados de odio mientras me miraba. Le devolví la misma mirada.

-No estoy segura -digo, volviendo a Candy.

-¿Quién es Célian? -pregunto Astrid.

La curiosidad de mi hermana es exactamente lo que Candy busca. Sonrió con diversión.

God of deception [Libro#1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora