Capítulo 14

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Octavo piso.

Camille.

Cuando la última modelo salió de la sala, con sus tacones de punta repiqueteando el piso de mármol, me acerqué a Alex —¿No has hablado con Célian? —le pregunto en un susurro.

Arruga el ceño.

—¿No eres tu su novia?

—No soy su novia -reprochó.

—¿Su amante?

—Alex...

Se ríe. Su juego no me causaba ninguna gracia.

—Está bien, no he hablado con Célian.

—¿Sabes donde vive?

—Sí, pero me dijo que no te lo dijera —empezó a recoger sus cosas con una sonrisa divertida.

-—No sabes donde vive, ¿verdad?

—Claro que no, Camille. Célian es la persona más extraña y enigmática que he conocido.

Si Alex, que parecía ser su único amigo en mi círculo cercano, no lo sabía, ¿entonces quién lo hacía?

El nombre de una persona vino a mi mente.

Keiko Hará.

Recojo mis cosas y me despido de Alex y Nancy.

Célian había desaparecido de la faz de la tierra desde hace más de una semana, no contestaba mis llamadas, ni mis mensajes. Cuando pregunté por él en "Hara industries" dijeron que no había ido a trabajar en todo ese tiempo, ¿había renunciado y no me lo dijo? ¿Se cambió de país? ¿Tuvo un accidente? ¿Lo secuestraron?

Entiendo que no teníamos una amistad tan larga, pero creo que cuatro meses son suficientes como para avisarle a una persona que te marchas o que
simplemente ya no quieres ningún tipo de contacto con ella.

Supongo que Célian no lo pensaba de esa manera o quizás no pensaba que mi amistad fuera tan importante, pero ¿y si le había ocurrido algo malo?

Entro en mi oficina y busco el teléfono en mi saco.

Tengo miles de mensajes de Ada y accidentalmente entró en ellos. Eran innumerables fotos de adornos para las mesas y fotografías de cómo estaba quedando el salón.

Ada Wolf: Deberías pasarte por el salón, me está quedando precioso.

Ada Wolf: Estaré aquí hasta las siete por si quieres venir, ya le he dicho a Con, pero ya sabes como está de ocupado.

No me gusta ignorarla.

Camille: El salón me encanta, espero poder pasarme más tarde.

Ada Wolf: Te espero, cariño.

Cierro la conversación y busco el contacto de Keiko. Dudo unos segundos, no quiero que Keiko piense cosas que no son por preguntarle dónde vive Célian.

Me detengo en seco recordando que Célian me había dado una dirección y un teléfono. Suelto el teléfono y rebusco en mi bolso hasta encontrar el papelito arrugado.

Marco el número y esperó pacientemente cuando empieza a llamar.

—Hara industries —escucho una voz a través de la línea y mi estómago se inunda de decepción. Célian me había dado el número de la empresa —. ¿Puedo ayudarle en algo?

—Lo siento, ¿usted quien es? —cuestionó.

—Soy la secretaria del gerente financiero —informa —, ¿necesita algo?

God of deception [Libro#1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora