21- La suegra

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Diciembre

Tanjiro estaba fuera de su casa, fue a un parque a hacer ejercicio con sus amigos. Para fortuna de Kie Kamado, su esposo e hija estaban ocupándose de la panadería, por lo que tenía el día libre.

Tanjiro y Nezuko ya estaban en vacaciones, con libertad de hacer lo que quieran, no tenían responsabilidades por un buen tiempo. Un muy merecido descanso. Eso no significaba que dejaran de tener contacto con sus amigos o personas especiales

Personas especiales...

Nezuko ya había definido quién era su personita especial, aunque eso asustó un poco a la familia. ¿Y Tanjiro? Él ya había notado la cercanía de su hijo con una chica, una chica muy bonita...

¿Qué ocultaba Tanjiro?

No hay que olvidar que Nezuko insinuó cosas entre ambos. ¿Cuál era el nombre de la chica?

Quería conocerla, hablar con ella, saber de su familia, sus intereses, sus sueños... de todo.

Una madre no debería angustiarse por pensar en los que viva un chico como Tanjiro. Él era confiable, no había nada que temer. Eso le daba esperanza a Kie, pues era poco probable que la chica fuera mala.

Menos mal que sonó el timbre, para ya salir de sus pensamientos paranoicos. Se dirigió a la puerta rápidamente.

Por algún motivo, los pensamientos de preocupación volvieron. ¿Por qué tanto nerviosismo? No había nada que temer...

¿o sí?

El timbre volvió a sonar, sacándola de sus pensamientos. Abrió la puerta, finalmente.

Era una chica de ojos morados, cabello negro con puntas de color rosa. Vestía una sudadera blanca, acompañada de un pantalón negro y tenis del mismo color.

—Buenas tardes. ¿Se encuentra Tanjirō? 

—No... pero si quieres, puedes pasar, él quedó en regresar dentro de dos horas.

—¿No es mucha molestia tenerme durante dos horas?

—¡Claro que no! —se hizo a un lado—. Adelante.

—Gracias —dijo, adentrándose en la casa. 

Mientras que la señora Kamado pensaba en lo linda que era la chica, Kanao planteaba como revelarle a esa señora que era su nuera.

—Siéntate ahí —señalo una silla de la mesa—. ¿Quieres algo de tomar?

—Un vaso de agua, por favor.

Ella le sirvió su pedido, y  se sentó a la mesa para conversar con ella. Kie llevaba un vaso de gaseosa para ella.

—¿Cómo te llamas?

—Kanao.

—Tengo la impresión de haberte visto antes. 

—Ya he comprado aquí antes. Casi siempre acompaño a Tanjiro.

—¿Oh? ¿Eres amiga de Tanjiro?

—De hecho soy su novia.

La declaración de Kanao parecía sorpresiva y precipitada, pero tuvo una planeación meticulosa, tanto, que logró prever a su suegra escupiendo la gaseosa. ¡Lo que sea para no arruinar su abrigo!

—¿¡Qué!?

—Lo que oyó, señora.

Kie estaba en shock.

Primero: Tanjiro se las iba a pagar por no haberles dicho.

Segundo: ¡La chica tenía muy buenos reflejos!

Tercero: Había que admitir que Tanjiro tenía buen gusto, pues la chica era muy linda.

Por eso último, decidió examinarla.

—¿Qué le pasó a tu ojo?

—Una larga historia... Resumámoslo como que soy tuerta.

—Oh. ¿Y tu cabello?

—Así es natural, nunca he usado tintes ni nada.

—Oh.

—————

—¿No es aburrido vivir sola?

—Al contrario. Puedo llevar a mis amigos a casa todo el tiempo que quiera.

—¿Y has llevado a Tanjiro?

—¡Hasta se ha quedado a dormir conmigo?

—No me digas que duermen en la misma cama.

—Lamento decepcionarla...

—¡Ay, no!

—¡Tranquila! No hemos hecho eso.

Kie suspiró de alivio.

"Pero ganas no me han faltado" pensó.

—Eres una chica muy interesante —puso su mano sobre su hombro—. En verdad, deseo lo mejor para ustedes.

Kanao sonrió.

Un momento relativamente emotivo, interrumpido por una puerta que se abría.

—¡Tanjiro! —Kie bramó, llamando a aquel que apareció en la puerta.

Tanjiro se cuestionaba mentalmente qué hizo mal.

—¿Por qué me lo ocultaste?

¿Acaso descubrió esa carpeta de 80gb llamada "TAREA"? Juraría que dejó esa computadora con contraseña.

—¿Por qué no me dijiste que tenías una novia tan linda?

Revisando mejor el lugar, notó que ahí estaba Kanao.

—E-es qu-que no l-lo consideré nece-cesario... —respondió, tartamudeando por los nervios.

—¡Solo mírala! —señaló a la pelinegra—. ¡Merecía una deliciosa cena de bienvenida!

¿Alguna vez habían hablado sobre una cena con la familia Kamado? Parece que sí, o eso pensaba Tanjiro.

—Kie-san —Kanao intervino—. Perdónelo, es que de verdad estaba nervioso.

Kie suspiró

—Bueno... Kanao te buscaba, Tanjiro...

—¿Eh?

Kanao se acercó a la puerta.

—Vamos al parque...

Ella lo tomó de la mano para llevárselo, dejando en shock a su suegra.

Mientras Kanao lo jalaba, él intentaba procesarlo.

—¿Le dijiste?

Ella lo volteó a ver.

—Como que ya nos estábamos tardando, ¿no?

Tanjiro estaba muerto de nervios.

—¿A qué vamos?

—Te voy a dar tu regalo de navidad —guiñó.

Siendo Kanao, ese regalo va a ser muy caliente...

—————

Debo avisar que estoy subiendo esta historia en Blogspot.com, como alternativa para leerlo.

5/7/2022

Instructora | TanjiKanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora