Instructora | TanjiKana

14- Enferma

Setiembre

Kanao no había ido a la academia durante dos días. Eso preocupó a Tanjiro Kamado. Para colmo, Kanae Kochō, su hermana mayor, estaba muy desconcentrada. De hecho, Shinobu ni siquiera se había aparecido.

Lo que restaba de la semana sería libre, debido a eso, Tanjiro había planeado convivir con su novia. 

Era hora de salir de clases. 

—Tanjirō... 

Kanae Kochō lo llamó. Él solo volteó para atender a su profesora.

—Necesito que me hagas un favor —él le prestó atención—. Quiero que vayas a cuidar a mi hermana.

—¿Qué le pasó a Kanao?

—Ella... tuvo un virus, y encima le llegó su periodo, y se enfermó muy feo. Shinobu tuvo que cuidarla durante estos días. Ella y yo tenemos que ir a la conferencia nacional de profesores, a partir de mañana, y no quiero dejarla solita. ¿Podrías ir a cuidarla? 

Tanjiro tardó en responder, debido al procesamiento de la información.

—Eh... claro.

—Gra-gracias.

Kanae estaba intentando disimular sus lágrimas, pero era inútil.

—¿Por qué llora, Kanae-sensei?

—Perdona —se limpió sus lágrimas—. Estoy preocupada por ella. Kanao es lo más preciado de mi vida. Cuando mis padres murieron, Shinobu y yo la criamos como si fuera nuestra hija. No quiero verla sufrir.

Tanjiro estaba sorprendido.

—¿Puedo llegar en la noche?

—Si es posible. Shinobu no ha podido dormir. Además, creo que ella se animará contigo —eso último lo dijo con un doble sentido.

—Claro... llegaré lo más pronto posible —él estaba sonrojado.

—Gracias —palmeó su espalda.

Tanjiro estaba nervioso. 

Tal vez no amara a Kanao de la misma forma que sus hermanas, pero igualmente, la atesoraba en su corazón.

—————

Tanjiro estaba en frente de la puerta de la puerta de la chica. Él solo metió la llave que ella le regaló. Abrió y observó el entorno. De la puerta del cuarto de Kanao, salió Shinobu, notándosele cansada. Esta volteó a ver a su cuñado, y sonrió ampliamente. Ella solo corrió a abrazarlo.

—Eres mi salvador, Tanjirō... 

Sobre el desayunador había una bolsa con varios artículos.

—El doctor dijo que ya no tenía el virus, pero igual tiene que tomar antibióticos. Tiene cosas para el dolor. Aquí también hay condones, porque dejarlos solitos sin protección sería imprudente de mi parte, como profesora.

—¿Es en serio?

—Sí —le restó importancia—. En la refri hay sopita para ella coma —tomó a Tanjiro de los hombros—. Mas te vale que la pruebes. Me quedó deliciosa. Gracias a esta sopa , ella está mejor —dijo con tono amenazante.

—Sí, profe...

Ella lo soltó.

—No se ha querido bañar en estos dos días. Báñala por mí. Dudo que se niegue a que la toques.

Tanjiro se sonrojó. ¿Habrá sido ella la que le inculcó a Kanao ser tan pervertida?

—Y lávale la ropa. Cámbiale las sábanas. Tiene cosas limpias en su clóset. La lavadora y secadora están cruzando esa puerta —señaló la puerta que estaba al fondo de la cocina—. Si ocupas algo de higiene femenina, ella tiene en el baño. Si tienes que comprarle algo, toma su tarjeta, ella tiene dinero en su cuenta. ¿Algo más que quieres que te explique?