Capítulo #4

1.4K 120 87
                                    


Él
_

______

Juno

El ambiente se puso tenso, ví mi vida pasar por mis ojos, aquel hombre me seguía mirando, puso su mano en el gatillo preparándose para dispararme.

Iba a morir.

No cabe duda.

No. Necesitaba hacer algo para evitarlo, sobreviví aquí y me arriesgué a pelear con asesinos para que ahora me rinda dejándome disparar por un idiota.

Pero, ¿Que mierdas hago?

Ah, ya sé.

Puse una mano en mi pecho mientras fingía que me ahogaba con mi saliva. ¡Que gran idea! Genial, ahora la idiota soy yo.

Seguía tosiendo esperando a que bajara su arma, levanté la mirada encontrándome nuevamente con la suya. Este ya había bajado su rifle apoyándolo contra el suelo y sujetándolo con una de sus manos.

Apoyé mis manos en mis rodillas para una mejor actuación, esperando a que se aburriera de mi ridículo espectáculo y se fuera dejándome en paz.

Peeero hizo todo lo contrario.

Se acercaba a mí, guindando su arma en uno de sus hombros.

— No ves que moriré ahogada — dije entre la tos — no hace falta que me mates tú— fingí toser de nuevo— mi organismo lo hará por sí solo, no gastes tu bala en mí...

— no perderé mi tiempo, adiós. — habló. Su voz sonó ronca y varonil.

Aproveché la situación, me reincorporé, sacando de mi bolsillo trasero mi navaja, pensé en atacar a el enmascarado cuando se diera la vuelta por completo, dándome la espalda, y así lo hizo.

Tal vez no me lastimó, pero no dejaré que dañe a personas inocentes.

Justo cuando iba a lanzarme encima de el para enterrarle la hoja filosa en su cabeza, algo hizo detenerme.

Un recuerdo, de hace ocho años...

Mamá y papá estaban en una de sus peleas, pero esta, está era fuerte, se gritaban, insultaban...

— ¿Papi? ¡porque le gritas a mamá!— exclamé entrando a la sala, dónde los dos adultos discutían a más no poder.

—mi amor...vete para el jardín...—me dijo mamá con voz suave.

Vi que tenía su mejilla roja con una palma pintada por el impacto, junto con lágrimas esparsidas y sus ojos azules que ahora estaban hinchados.

Mis ojos se cristalizaron, mis papás nunca habían llegado a el punto de agredirse físicamente...

—¡No peleen! ¡Ya basta!— rogué. No me gustaban los gritos, ni mucho menos las peleas y golpes, me generaban pánico y cierta ansiedad.

Me ignoraron.

Siguieron peleándose como si mi presencia no existiera en ese momento.

 𝐃𝐈𝐒𝐓𝐔𝐑𝐁𝐈𝐎 © [Sniper Mask ] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora