Capítulo #14

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Escape

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Juno

Mis manos estaban echas puñitos, mis brazos y piernas aún temblaban, luchaba por abrir los ojos pero el cansancio era mayor.

Ya no había motivo para seguir aquí en este mundo, de una u otra forma iba a morir, tarde o temprano.

Por mi mente corrió la única idea que según yo era la solución:

El suicidio.

Prefiero morir rápido a tener una muerte lenta mientras me desgastó poco a poco, llegando a mi fin.

...

No, aún no puedo, necesito estar con Yuka.

Abrí mis ojos recibiendo el sol de la mañana. Me levanté del piso torpemente, cojeaba a pasos débiles. Me miré a un espejo que había allí. Me quedé atónita, tenía marcas rojas, moretones y algunos rasguños que escurrían gotas de sangre.

Lavé mis heridas en un pequeño baño que yacía en ese salón.

Salí encontrándome con la mucama enmascarada. La volteé a ver para después volverme a sentar en una esquina bajo su mirada.

Ojalá y se jodan todos los de este mundo.

Sonó una campanita dándome a indicar de que el desayuno estaba servido. La miré sacándole el dedo del medio.

—-Pueden irse todos a la mierda, no quiero su asquerosa comida.

La mujer evitó mi comentario. Volvió a sonar el objeto.

—- ¡Te dije que no, idiota! ¿Que eres sorda?

Como si lo hiciera para molestarme, se acercó a mí, agarrándome fuerte del brazo para levantarme, lastimandome.

Solté un quejido, forceje para evitar su agarre, pero me puso de pie a jalones. Me arrastraba hacia la puerta, yo cojeaba y jalaba el brazo de la enmascarada, intentándome soltar.

No le quería ver la cara al psicópata ese.

Llegamos al comedor, me obligó a sentarme al otro borde de la mesa, de dónde se encontraba Aikawa.

No me molesté en mirarlo, mantenía mi visión pegada en el plato.

—-¿Tiene algún veneno para ratas?-— pregunté refiriéndome a la comida.

—-¿Crees que existen aquí?—- respondió.

-—Solo era para asegurarme.

En el comedor solo se escuchaba el sonido de los cubiertos y de nuestras bocas masticar los alimentos. Me dolía un poco el abdomen a causa de las patadas que me dió la noche anterior. Impidiendo que comiera con facilidad.

—-Eres muy frágil. —comentó tomando de su café.

—Frágil la que te cuelga imbécil.

Eso pareció enojarlo. Frunció el ceño apretando su puño intentando no salirse de sus casillas.

Uy entonces es verdad.

Me miró fulminándome. Se paró de su asiento dirigiéndose a quien sabe dónde, en cierta parte me alivio un poco estar sola sin la presencia de el.

Pensé en otro plan para escapar, pero esta vez uno que sí funcionara, porque si fallo lo más probable es que no se apiade de mi una segunda vez.

Escaneé el panorama con mis ojos, buscando algo que me sirviera para mí plan de fuga. En una de las paredes grices divisé una escotilla de ventilación. Perfecto.

 𝐃𝐈𝐒𝐓𝐔𝐑𝐁𝐈𝐎 © [Sniper Mask ] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora