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-Así que... Eddie Munson.- su padre comenzó a hablar mientras iba a la cocina a prepararle algo de cenar a su hija.- ¿De donde lo conoces exactamente?

Se apresuró a dejar su mochila descuidadamente en la sala y abrir el refri para guardar la piel de cerdo, se sentó en las sillas de la barra de la cocina, pensando en que decir, no es que la regañaran por relacionarse con más personas, pero Sabrina era el tipo de persona que en cuanto conocía a alguien siempre le contaba a su padre, y al omitir al chico estaba segura de que había preocupado a su papá, no le había dicho con quien iba a salir ni a qué hora volvería.

-Es un amigo de la escuela.- Mintió, pero realmente no era mentira, ya que ambos iban en la misma escuela pero en grados diferentes.- Nos volvimos a encontrar en mi trabajo, fue a comprar unos discos... ya sabes, cosas regulares.

-Sabes que tienes mi confianza.- su padre la miró detenidamente mientras dejaba un plato de sopa frente a ella.- Pero si vas a salir con alguien, necesito saberlo, aunque sean tus amigos, no quiero ver carteles de desaparecidos con tu nombre.

Sabrina asintió, avergonzada y moviendo la sopa con la cuchara, todo el pueblo había cambiado después de la desaparición del niño Byers, y a pesar de que este fue encontrado la incertidumbre aún estaba, más aún cuando ella era toda la familia que su padre tenía.

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Una semana había pasado desde la ultima vez que salió con Eddie, no había parado de pensar en el chico, le había gustado hablar con el, se sentía tan cómoda y una conexión agradable se había empezado a formar, inconscientemente estaba buscando alguna excusa para volver a verlo, el sonido brusco de la puerta la saco de los pensamientos.

Se apresuró a abrir, ansiosa de quien podría ser, al abrirla se encontró a la chica rubia, sonriéndole y alzando en una de sus manos una bolsa de comida chatarra. Emma, como ya se había hecho costumbre desde años, se encontraba en casa de Sabrina, moviéndose en la alfombra intentando buscar una posición cómoda para recostarse, si había algo que su amiga disfrutaba era pasar el tiempo con ella haciendo lo que fuera, incluso si eso implicaba acostarse y hablar por más de 3 horas.

-Quién diría que estarías saliendo con Munson.- le dijo en un tono divertido, Sabrina solo atinó a rodar los ojos.

-Solo he salido UNA vez con él.- enfatizó.

-Oh vamos Brina, tú nunca sales con chicos, no vas a ese tipo de ambientes.- su amiga estaba alzando un dedo por cada cosa que enumeraba.- Desde que llegue has intentado sacarlo a tema de conversación, al menos admite que es atractivo.

-Está bien, de acuerdo.- dijo lanzándose encima de su amiga, poniendo todo su peso en ella.- Me parece muy lindo, pero es que no es sólo eso...

-Déjame respirar.- dijo Emma dándole golpecitos en la espalda para que se quitara de encima.- Ahora si, continúa.

-Es muy agradable, y amable.- la sonrisa boba que se le dibujó a Sabrina hizo que Emma se aguantara una risa.- Me trajo a casa después del concierto, hablamos mucho durante el trayecto... oh, y ademas toca muy bien la guitarra, eso le da puntos extra ¿no?

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Esta vez Sabrina llegó al mall de Starcourt para cobrar su primer pago, no era su día laboral así que vistió sin el característico chaleco de mezclilla, estaba emocionada de que al fin vería el fruto de sus esfuerzos, pasó a la oficina de su jefe.

-Sabrina.- empezó el señor abriendo uno de los cajones de su escritorio.- Este será tu primer pago, son 70 dólares, los conté yo mismo, pero si gustas puedes hacerlo también.

Le extendió el sobre amarillo a la chica.- No, está bien, confío en usted.- lo metió a la mochila asegurándose de cerrarla bien, no quería perder sus primeras ganancias.

-Nos vemos el martes.- se despidió ella, abriéndose paso para salir de la tienda.

Pero entrando al mismo tiempo se encontraba Eddie, haciendo que ambos chocaran y la chica casi cayera al suelo, el joven le había tomado con fuerza del brazo jalándola hacia el.

-Lo siento.- dijo este, soltándola del brazo y rascándose la nuca.- ¿Vas de salida?

-Si, de hecho hoy no trabajo.-Se excusó.- Pero puedes pedirle ayuda a mi compañero.- dijo asomándose nuevamente a la tienda.- Debe estar por algún lado.

-De hecho venía a buscarte a ti.- la voz le salió algo nerviosa, tenía las manos en los bolsillos traseros y la sonrisa que este le dio hizo que Sabrina tomara color de las mejillas.- ¿Quería saber si te gustaría salir conmigo a... algún lugar, algún día?

Garreth y los chicos de la banda se encontraban escondidos entre las macetas, habían convencido a Eddie de invitar a salir a la chica, no soportaban escuchar al joven hablar todo el tiempo de ella y que esté no hiciera ningún movimiento.

-¿Ustedes si escuchan que dicen?- Wallace, el bajista, exclamó apoyándose en la espalda de Garreth.

-No...- dijo este empujándolo hacia atrás con el hombro, queriendo su espacio.- Y si no estuvieran preguntando a cada rato tal vez lo escucharíamos.

-¿Ya le dijo que si?- Horace sorbió refresco, haciendo ruido con el popote y sentándose en las bancas del centro comercial.

-Por enésima vez.- Garreth se jalo el cabello volteando a ver a sus amigos.- No sabemos, no logró escuchar lo que dicen.

-Se supone que los elfos son grandes habladores y saben escuchar.- Wallace rio, haciendo referencia al personaje de calabozos y dragones de Garreth.

Cuando Eddie se aproximaba hacia ellos fingieron sentarse y hacerse los normales, pero el castaño les frunció la ceja y negó con la cabeza, una sonrisa emocionada plasmada en su rostro.

-Son bastante entrometidos ¿lo sabían?- los chicos se alzaron de hombros.- Pero me dijo que si.

Todos abrazaron emocionados a Eddie, dando pequeños círculos en su lugar, habían logrado que uno de ellos se consiguiera una potencial cita con una potencial novia.

TATTOOS || Eddie Munson ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora