05-La tormenta.

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"Secrets I have held in my heart
Are harder to hide than I thought"

Eddie salió del trailer de su tío, llevaba un hacha de color marrón en su mano, y se encaminó al bosque con una mueca de desagrado. Esa noche habría una tormenta, igual o incluso peor a la que había pasado hacia una semana, y su tío, lo había enviado a cortar leña para la chimenea.

Por otra parte, Matilda escuchaba a Tears for Fears, mientras se dirigía dando pasos lentos, al lugar de trabajo de Steve y Robin. Ambos la habían invitado a ver una película, pues al saber que ella pasaba sus tardes solas y aburridas, armaron un plan.

Matilda entró al lugar, haciendo sonar la campanita. Ambos jóvenes voltearon a verla.

—Cuatro en punto, tal como me lo pidieron.—Ella alzó la bolsa en sus manos, dónde traía dulces que había comprado para no llegar con las manos vacías, pues al fin y al cabo, la estaban invitando.

—Hola boba.—La saludó Steve mientras Robin se encargaba de poner la película.

—Hola idiota.—Ella rodeó el mueble y se sentó junto a los chicos, sacando las cosas de la bolsa, Robin inmediatamente acaparó las gomitas ácidas solo para ella. 'Karate Kid 2' comenzó a rodar en aquella computadora, al inicio los tres estaban igual de concentrados, Matilda principalmente enamorada de Ralph Macchio, pero pasada aproximadamente una hora y diez minutos, el único despierto y con sus cinco sentidos activos, era el joven Harrington, quien miraba atentamente la película, mientras acaba con las gomitas. Las dos muchachas dormían plácidamente una en el hombro de la otra, la menor roncaba silenciosamente, mientras la mayor dormía con la boca abierta.

Justo cuando venía una de las mejores peleas de Daniel, la puerta fue abierta abruptamente, haciendo que sonara la campana, y ambas chicas despertaran asustadas. Robin se reincorporó cuando vio que una pareja se acercaba, pero Matilda cayó al suelo de cara por el sobresalto. La chica rubia que había entrado con lo que presumiblemente era su novio, abrió la boca de la sorpresa, y luego miró a Matilda para ver si estaba bien.

—¡Santo Dios! ¿estás bien querida?—Le preguntó la muchacha a Matilda, quien recién se volvía a parar del piso, roja como un tomate, observando la cara del chico, quien reía silenciosamente. Steve lo miró de mala manera, y ayudó a la adolescente a ponerse de pie.

—Estoy bien...gracias.—La castaña sonrió sin mostrar sus dientes y decidió ponerse a mover unas películas aleatoriamente en el mesón, haciendo como que las ordenaba, realmente estaba muy avergonzada.

—Queremos 'Vision Quest'—Dijo el rubio que llevaba a la chica tomada por la cintura, Matilda frunció el ceño discretamente, él ni si quiera había dicho por favor.

—Por favor.—Completó la rubia, golpeando suavemente el hombro del chico. Robin hizo una mueca mirando a Steve, y se agachó en el mesón para buscar la película, cuando la tuvo en sus manos se las entregó.

—A nombre de...—Robin alzó las cejas y miró al rubio.

—Jason Carver.—El le contestó, sonriéndole a su novia, como si sintiera orgullo de su propio nombre.

—Bien, el plazo para entregarla es hasta mañana en la noche, que tengan buen día.—Dijo Steve sonriéndole sarcásticamente al rubio, este cambió su rostro a uno serio, y se fue con la chica rubia por dónde mismo entraron.

—Que idiota.—Comentó la menor tomando sus cosas y colgando su mochila al hombro.—Bueno chicos, fue un gusto, ahora me tengo que ir, la tormenta comienza a las seis, cuídense y vayan con cuidado.—Dejó un beso en la mejilla de cada uno, y sin esperar despedida como respuesta, se montó en su bicicleta y emprendió camino a su casa. Una de las cosas que a Matilda más le gustaban, era andar en bicicleta, podía sentir las ráfagas fuertes de viento, frío o tibio, llenar sus fosas nasales por completo, sus pulmones se sentían en un estado de relajación profundo, se sentía libre, era uno de los mejores placeres de la vida, pero la peor parte de todo esto, era cuando estos paseos en bici acababan, pues debía volver a la realidad y bajar de aquella nube de imaginación que ella misma armaba.

𝐌 𝐈 𝐍 𝐄 || 𝐄𝐝𝐝𝐢𝐞 𝐌𝐮𝐧𝐬𝐨𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora