Mariposas En Plena Oscuridad.

LINDAS LOLAS

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Brida...

Habían pasado un par de días desde nuestra reconciliación. Ambos nos sumergimos nuevamente en nuestra burbuja; preparar el desayuno juntos cuando el tiempo está a nuestro favor, salir a comer afuera o ver películas hasta tarde siempre encontramos algo que hacer para no caer en una rutina lo cual agradezco e intento que siga fluyendo de la misma forma.

El tema del viaje volvió a salir a colación por lo que ambos esperamos que sea dentro de un par de semanas, para así tener tiempo libre. Él parece estar muy full con su trabajo y en mi caso la universidad se pone cada vez más compleja.

Amara ha llamado varias veces en las cuales me ha costado un mundo no poder decirle nada acerca de nuestra relación, aunque algo me dice que ya lo sospecha y si mi intuición no falla Verónica también, dado que Amara a mencionado en sus llamadas que la mujer se encuentra más irritable de lo normal.

Las palabras de Sophia las había pasado por alto hasta hoy, que se vinieron a mi mente y se me fue imposible ignorar, por lo que después de un día largo entre clases y algunos diseños que me han pedido busqué el valor para preguntar.

Sin embargo, Sebastián se tardó en llegar. Aún así, aquí está él confesandome una verdad que aunque no lo demuestre es un tanto dolorosa. No voy a negar que su respuesta me ha dejado un tanto trastornada.

Por impulso, voy hasta el sentándome en su regazo. Puedo ver cómo su rostro muestra tantas emociones juntas que me hace imposible adivinar cuál gana entre todas. Sus manos se posan en mi cintura, levantando su cabeza. Tomo su rostro entre mis manos, acariciando sus mejillas.

-Esa tipa intentaba alejarme de ti... Lamentablemente para ella, no pudo. Sentí celos al verla, pero ahora estoy completamente segura que tú eres solo mío. Te quiero, Sebastián, y no me importa tu pasado. Mientras que sobrellevemos el presente, todo marchará bien -beso sus labios con cariño, el sabor del whisky da un toque especial al beso. Con una de sus manos me toma del cuello, profundizando más el beso, y su otra mano acaricia mi cintura.

Nos separamos por falta de aire, nuestras miradas están completamente unidas. Yo queriendo saber lo que pasa por su mente, y él examinando si detrás de mi mirada hay algo que jamás será contado.

Lo beso de nuevo en cuanto veo que preguntara, pero esta vez con más desesperación, queriendo dar el paso que él ha estado evitando, no obstante del mismo modo que siento el sabor del whisky en sus labios advierto que no es el momento. Tomando fuerza de voluntad me alejo, su mirada refleja desconcierto.

-Será mejor que subamos a que te duches, fue un día largo.

Comentó con los labios apretados, él suelta un murmullo el cual no logró entender.

-Tomaras la ducha conmigo, puede que me caiga si voy solo.

-No has bebido tanto.

-Oh, claro que si. Mirad como me tambaleó. -réplica levantándose como si tuviera resortes en su trasero. Con una sonrisa finge tambalearse hasta acercarse a mí.

-Oh si, que ebrio estas.

-Ebrio o no, ante mis ojos siempre luces hermosa...

Acerca sus labios a los míos dejando un sutil beso.

-Si subes a ducharte ahora mismo dormiré contigo.

Intento negociar, pero él no parece tentado con mi propuesta.