Jack
Salí de casa y me dirigí a la comisaría. Al llegar, vi a Diana con un vestido negro, saludándome desde lejos. Caminé hacia ella, y al llegar, me cogió del brazo como si fuera lo más natural del mundo.—¿Has visto cómo va vestido Horacio? —preguntó mientras se reía con ganas.
De repente, Horacio pasó junto a nosotros con una expresión despreocupada, ajustándose el cinturón.
—¡Hola, chicos! ¿Os habéis puesto de acuerdo para vestiros así? —comentó, señalándonos con un gesto.
Tenía razón. Ambos íbamos de negro, y no pude evitar sonreír ante la coincidencia.
—Hacéis una bonita pareja de amargados ahora mismo —soltó Leonidas con su característica burla, pasando una mano por su coleta cargada de gomina.
Le miré, desviando el tema rápidamente.
—¿No ibais a llevarnos? —le pregunté, señalando la limusina rosa que acababa de aparecer frente a nosotros.
Leonidas asintió justo cuando Gustabo bajaba del coche, lleno de energía como siempre.
—¡Buenos días, gente! ¿Qué tal? ¡Subid, hombre! —nos animó mientras abría la puerta con un gesto exagerado.
Subí primero y me quedé allí para ayudar a Diana a entrar. Se acomodó entre Gustabo y yo, mientras Leonidas, Mussa, Greco y Horacio se distribuían en los asientos restantes.
—¿Alguien quiere champán? —anunció Gustabo, sosteniendo una botella en alto con una sonrisa amplia.
Miré a Diana, que se inclinó hacia su hermano con un gesto serio.
—¿Para esto me pides dinero, Gustabo? —le dijo en un tono bajo, pero lo escuché claramente.
Él soltó una carcajada despreocupada.
—Ya sabes que lo mío se va en coches.
Diana frunció el ceño y le susurró de nuevo, sin dejar el tema.
—Ya, ya... ¿les contamos a los demás para qué son esos coches?
Gustabo negó rápidamente, incómodo.
—No seas capulla —replicó casi entre dientes.
Le di un toque en el hombro a Diana, intentando que lo dejara en paz. Se giró hacia mí y me susurró con una mezcla de diversión y fastidio.
—¿Sabes qué hace con los coches?
Negué, y ella se acercó más a mi oído.
—Los tira por barrancos o los quema, depende del día.
"Joder con Gustabo", pensé mientras observaba cómo servía copas para todos. Aunque la mayoría empezó a beber, Diana y yo preferimos no tocar las copas.
En poco tiempo llegamos a la discoteca. Bajamos y entramos al lugar, donde el ambiente era puro caos: música alta, luces intermitentes y gente bailando sin parar. Me dirigí a la barra para pedir una copa, mientras Diana se alejaba hacia una esquina.
Diana
Conway fue directo a la barra, y yo busqué un lugar más tranquilo. No me gustan las fiestas, así que preferí quedarme sola. Al girar la cabeza hacia la derecha, vi cómo tres chicas altas y llamativas se acercaban a él con demasiada confianza.Suspiré y decidí salir. Me senté en un muro cercano, dejando que el aire fresco me despejara mientras esperaba a que la noche pasara.
Jack
Estaba en la barra, intentando relajarme, cuando una rubia y sus dos amigas se acercaron con una actitud demasiado animada.—Hola, Conway. Qué guapo te has puesto, ¿no? —dijo la rubia, lanzándome una sonrisa cargada de burla.
—Sí, mira, pero si hasta se ha echado colonia de la buena —añadió otra, mientras fingía olerme el cuello.
Era cierto que había usado una colonia especial, pero solo porque estaría con Diana, no por estas tres.
—Bueno, guapo, ¿qué bailas? —preguntó la rubia, intentando cogerme de la corbata.
Me aparté justo a tiempo, pero entonces vi cómo sacaban cuchillos de sus faldas.
—¿Dónde está la niñita? —preguntó la rubia con un tono amenazante.
—¿Quién? —respondí, tratando de ganar tiempo.
—La chica asquerosa de la que te has enamorado, súper.
La mención de Diana me encendió las alarmas. No estaba allí, pero eso no me tranquilizaba.
—Que venga —exigió otra de ellas, mientras sus amigas cerraban el círculo a mi alrededor.
Giré la cabeza en todas direcciones, asegurándome de que Diana no estuviera cerca.
—Esa zorrita... —añadió una de ellas, provocándome aún más.
La furia me dominó, e intenté golpearla con un puñetazo, pero esquivó con facilidad. En un instante, me inmovilizó contra la pared y se acercó a mi oído.
—Es asquerosa la niñita esa que te gusta. La comisaría está llena de ellas, ¿no crees?
De repente, la sentí separarse bruscamente de mí. Miré hacia atrás y vi a Diana de pie, con la chica inconsciente en el suelo.
—¿Conway, estás bien? —preguntó, observando la escena mientras el resto de la gente seguía bailando como si nada.
Asentí, todavía procesando lo que acababa de pasar. Diana se acercó y revisó mi chaqueta.
—Te han rajado —comentó mientras me sobaba el brazo.
Antes de que pudiera responder, una de las chicas intentó atacarnos. Diana puso su mano en el camino del puñetazo, haciendo que la muñeca de la atacante se doblara con un sonido seco.
—¿Estás bien? —le pregunté, preocupado.
—Estoy bien, no te preocupes.
Logramos salir de la discoteca después de una breve pelea. Afuera, el frío nos envolvió, y le ofrecí mi chaqueta para que no pasara frío.
—¿Vamos a casa? —me preguntó, todavía agitada.
—¿A la tuya o a la mía? —respondí, pensando en nuestras opciones.
Sacó sus llaves.
—La mía está más cerca, y podemos ir andando.
Caminamos hasta su casa. Al llegar, se metió en el baño, y cuando salió, llevaba puesto un pijama y una trenza suelta que la hacía ver más relajada.
—Puedes dormir a mi lado —dijo mientras deshacía la cama. Luego fue a la cocina.
—¿Pedimos comida para llevar? —sacó su móvil y esperó mi respuesta.
—Sí, pide lo que más te apetezca.
Encendí la televisión y me senté en el sofá, aunque ella me quitó el mando rápidamente.
—Está al revés. Eres un poco torpe con las tecnologías, ¿eh? —comentó con una sonrisa burlona mientras ponía Netflix.
—¿Qué prefieres ver? —preguntó.
Ella eligió una serie, y al rato llegó la comida. La disfrutamos juntos mientras la noche avanzaba.
A la 1 de la madrugada, fuimos a dormir. Me dejó un pijama de hombre que, curiosamente, tenía en su armario.
—Hasta mañana, Conway —dijo mientras apagaba la luz.
—Hasta mañana, Diana —respondí, cerrando los ojos.
Mientras intentaba dormir, no podía dejar de pensar en lo bien que me sentía estando a su lado. Por primera vez, deseé que nadie nos interrumpiera.
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✨✨✨No lies ✨✨✨
FanfictionUna chica de 26 años llega a la ciudad de los santos intentando rehacer su vida como policía después de una mala pasada en el MI6 lo que no esperaba es encontrar a alguien tan roto como ella ese hombre con olor a tabaco y perfume ese seria su nuevo...