lV. Luwynor

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Una vez hubieron tomado la decisión todo sucedió como en un sueño. Recogieron las cosas en una profunda melancolía. Por mucho tiempo que hubiera vivido en la posada Selene trató de no llevarse más de lo esencial, libros de leyendas de Luwynavia y un bestiario. Aparte de eso solo cogió un zumo de limón mezclado con extracto de belladona y hojas de mandrágora junto con sus tes medicinales sin tener la menor idea de que mas adelante se alegraría de haberlo cogido. Disimuladamente metió veinte Glöilks. No cogió demasiadas prendas de ropa, solo las necesarias, no metió nada más en su abultada maleta pues sabía que si tenía que huir en medio de una batalla no le sería util.

El clima del día de la partida era gris como los ánimos de Selene. El sol no iluminaba un muy mal indicio pero decidieron no posponerlo más, tal vez porque sabían que, de hacerlo así, ya no tendrían el coraje de partir. La lluvia los cubría como una cortina de promesas. El carro inició el largo viaje tirado por una joven yegua gris. El viaje transcurrió sin contratiempos ya que no salieron de los caminos...Hasta que todo se torció. La tensión en el ambiente se podía palpar antes de que el olor que pondría en antecedentes a Selene estuviera presente. Un olor metálico que desgraciadamente Selene reconoció antes de que lo viera. El olor a una masacre provocada por los Aberrantes.

-No mires. -la voz del soldado que en aquel momento llevaba las riendas sonó ronca por la preocupación.

No hacía falta mirar pensó Selene. El olor a humo y fuego tardó más en llegar, pero también llegó. Un carro volcado, cuerpos despedazados y los ecos de unos silbidos que se alejaban.

-Esta yendo a peor...-l a voz del soldado se oyó irreal al lado de aquella masacre.

En otros tiempos, antes del ataque que cambió su vida, Selene habría insistido en buscar supervivientes pero, ahora sabía que lo mejor era mirar hacia adelante para no correr el mismo destino que los caídos.

Después del incidente no volvieron a hablar. El soldado concentrado en conducir y Selene sumida en sus pensamientos. Holdar sumido en un inquieto sueño continuó hablando durante todo el camino sin abrir los ojos, presos de lo que parecía una locura sin retorno.

Las murallas de Luwynor se enfrentaban a la caída dela noche con fuegos rojos y abrasadores que guiaban a los viajeros de los caminos. No tuvieron problemas para entrar ya que al viajar con un soldado abrieron la enorme puerta sin hacer más preguntas.

El panorama era desolador. Las calles vacías sin el tumulto propio de una capital. Los guardias patrullaban sin descanso. La Casa del Consejo era el centro de Luwynor donde se reunían los más altos cargos. La alojaron allí separada del soldado y de Holdar y trató de no pensar en la visita que tendría que hacer al Consejo para que decidieran que iban a hacer con ella.  La habitación no estaba mal  pero una inquietud que desterró al fondo de su mente la embargaba. La sensación de ser una prisionera y no una invitada.

***

Cuando la sensación de ser de piedra se desvaneció Alba miro a su alrededor desconcertada. Una voz carraspeó y lo recordó todo.

- ¿Cuánto tiempo he pasado? -preguntó temiendo la respuesta.

-Diez años. -la voz no le pareció amenazante como antaño, si no cansada.

Un tic involuntario de su mandíbula se activó al oír el tiempo que había pasado convertida en piedra.

-Y tu...-vaciló sin saber cómo plantear la pregunta. - ¿Qué hiciste para merecer esto?

Una risa amarga sonó en la prisión haciendo que Alba se sobresaltara.

-Puse en duda todo. Me enamoré de quien no debía y lo pagué. Lo pagué caro. -la amargura con la que dijo eso hizo que Alba tratara de no preguntar más pero el hecho de llevar diez años siendo una estatua inerte le pudo y se dejó llevar por la curiosidad.

- ¿Porque me convertí en piedra? -la pregunta broto de sus labios sin que pudiera contenerla.

-Gorgonas. -la voz ahora sonó aliviada por cambiar de tema.

Alba se maldijo para sus adentros al no suponer algo tan obvio.

-Entiendo... ¿Como te llamas, ¿quién eres? -volvió a preguntar tras diez años esperando una respuesta.

-Hay tiempo...Y para nosotros mucho más. -dijo la voz tras sumirse en un nostálgico silencio del que ninguna de las preguntas de Alba logro sacarle.


Nota de la Autora: ¡¡Por fin!! Tuve un problema por el hecho de que se me borró este capítulo y lo tuve que volver a escribir :0 :( Vemos el motivo por el que Alba se convierte en piedra y también vemos como cada vez quiere saber más sobre la voz de la prisión. También conocemos a la capital y pronto descubriremos quien la dirige (spoiler; me caen mal) ;)

¡De nuevo siento haber tardado tanto espero que el capitulo lo compense!

Aclaraciones;

-Los Glöirks son la moneda de Luwynavia.

-Las gorgonas son de la mitología griega pero aquí adoptan un papel diferente que iréis descubriendo.

Pregunta de la autora: ¿Cual es vuestro estilo de música preferido? Yo me decanto por el irlandés/celta :3

Chao Luwynavos!!

Selene la llamada de la Diosa (BORRADOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora