8.

7 1 0
                                    

Despierto desconcertado en una habitación totalmente blanca, miro hacia los lados y en el buró hay una caja llena de medicamentos. Enfoco los ojos y sólo leo "lorazepam". Me siento mareado, la habitación da vueltas para ambos sentidos, la observo de nuevo y encuentro un botón rojo, sin detenerme a pensar en lo que pudiera significar, lo presiono. Una alarma suena y la cabeza me duele. Grito. Se abre la puerta y entran dos enfermeros a toda prisa, gritan cosas y se colocan a mi lado para tomarme el pulso, –una crisis nerviosa– dicen. No entiendo nada y comienzo a gritar como loco –¡ayúdenme!, ¿qué está pasando?–, pero nadie dice nada y entonces me sujetan de los brazos. Intento quitármelos de encima y no puedo. Me frustro y sigo gritando. Llega otra enferma y veo que trae consigo una jeringa, se acerca despacio y la intenta insertar en mi cuello, yo me muevo lo suficiente para no dejarla hacerlo, pero aun así lo logra y me inyecta no sé qué cosa. De inmediato me siento fatigado, con sueño. Me sueltan lentamente sobre la cama y de nuevo vuelvo a soñar.  

Lo que tu amor me dejó.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora