ELI.
Estoy llegando a casa después de un día pesado. La escuela me está matando, me he quedado mucho tiempo en la biblioteca estudiando, pero sé que me estoy esforzando más de lo necesario. Sé que tengo buenas notas y puedo quedarme en la escuela que quiero, pero necesito que todo esté perfecto, no quiero distraerme ni tener fallas. Entro y me tumbo en el sofá, estoy exhausta. No hay nadie en casa, no hay ruido, no hay nada y de repente siento que me da sueño y comienzo a quedarme dormida.
-Parece la casa de Dan y yo estoy ahí, sola. Comienzo a buscar a alguien, pero no hay nadie, grito su nombre, pero aparece alguien más. Una mujer joven, con un vestido largo amarillo, cabello castaño claro y chino hasta los hombros, es un poco más alta que yo y la veo acercarse a mí, me quedo paralizada esperando que me alcance y, al hacerlo, susurra "cuídalo mucho" y se desvanece-.
A lo lejos escucho que suena mi móvil y me despierto, en la pantalla aparece el nombre de Dan, pero no puedo verlo con claridad porque apenas y puedo abrir los ojos.
-¿Diga? –contesto seguido de un bostezo.
-¿Eli? ¿Estás dormida? Estoy afuera de tu casa, me gustaría hablar contigo, ¿puedes salir?
-¿Quién me dijiste que eres? –le digo y me acomodo mejor en el sofá.
-No lo dije, soy Dan. ¿No reconoces mi voz?
-Ya salgo –y cuelgo.
Me levanto aún adormilada y subo a mi habitación por un suéter, me miro al espejo para asegurarme de no verme tan mal, aunque en realidad no me importa y bajo para salir a por Dan. No puedo descifrar cómo me siento con él esperándome afuera porque aún no he procesado bien el hecho de que está aquí, de que vino a buscarme después de estar tan distantes, después de que él mismo quiso alejarme de su vida. Así que sin más salgo y lo miro recargado en la pared, parece algo nervioso y está fumando un cigarrillo.
-Hola –le digo y vuelvo a bostezar.
-¿Dormiste bien? ¿Te desperté? –me dice antes de abrazarme, pero rápidamente lo alejo.
-Por cómo te respondí, ¿tú que crees? –le sonrió –llegué muy cansada de la escuela y me senté en el sofá y me dormí, escuché que llamaron y contesté, pero no pude procesar bien la voz ni nada, estaba durmiendo bastante bien, la verdad.
-Lamento haberte despertado, me voy entonces para que sigas descansado –hace un gesto con las manos hacia atrás de él para indicar que se irá en esa dirección, pero lo tomo del brazo.
-No, está bien. Fue bueno despertarme sino no dormiré, además no he comido, ¿quieres entrar y preparo algo rápido para comer?
-Mejor vamos a algún lugar para cenar.
-Pues bueno, si tú invitas, claro que aceptaré –vuelvo a sonreírle, pero lo veo extraño, ausente y frunzo el ceño un poco al notar que no sonríe ni un poco –voy por mi móvil y una chaqueta, hace frío.
Subo nuevamente a mi habitación, saco una chaqueta y me la pongo mientras bajo las escaleras, tomo el móvil y le envío un mensaje a mi madre diciéndole que saldré a cenar. Y salgo otra vez para encontrarme a Dan fumando otra vez.
-¿Cuántos cigarrillos fumas al día?
-¿Qué? ¿Acaso eres mi psicólogo? –me dice y sonríe un poco. Lo miro extrañada.
-Curiosidad –comenzamos a caminar, pero no sé exactamente hacia dónde.
-No muchos, es que justo eso me preguntó él hace un rato, se me hizo gracioso que preguntaras lo mismo.
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Lo que tu amor me dejó.
Teen FictionDan y Eli se conocen desde la primaria. Después de muchos años sin comunicación se vuelven a reencontrar, ahora más grandes, más maduros. Dicen que en la vida todos tienen un alma gemela, alguien que los complementa, alguien en quien finaliza aquel...