No hay mucho que contar sobre cómo fue nuestra relación desde aquella salida, porque todo fue como si realmente jamás nos hubiésemos dejado de hablar. Casi no nos podíamos ver ya que estábamos en colegios diferentes, y teníamos distintos horarios, así que básicamente hablábamos todos los días por Messenger, incluso había días en los cuales nos desvelábamos platicando. Nos contábamos todo; la escuela, la familia, los amigos..., y supe que él estaba yendo al psicólogo, sabía sus horarios, y la hora en la que siempre llegaba a casa, hasta me parecía ya conocer a sus amigos sin haberlos visto jamás.
Hasta hoy mi amistad con Dan ha florecido mucho, no hemos dejado de hablar desde el primer día, y sin duda, puedo decir que lo conozco, incluso, más de lo que pensé conocerlo jamás. Ha sido mi salvavidas, y sé que soy el suyo. En esta vida tan complicada siempre va bien tener a alguien con quien poder reír, en quien confiar, alguien que sea tu sostén. Y él y yo nos complementamos a la perfección. Pero hay algo que no puedo sacarme del pecho, siento algo dentro de mí por él que aún no puedo descifrar. No lo veo lo suficiente como para estar segura de ello, pero hablar y conocerlo así, me hace sentir que lo que siento es algo más que sólo quererlo. Así que aquí estoy, a punto de escribirle algo para saber qué es exactamente lo que siento.
-Ya mejor dime que me amas, y deja de pelearme, no es mi culpa que no me guste tu música, no es tan grave.
-¿Cómo no me voy a enojar? No quieres escucharla siquiera. Y aunque te amo, no puedo dejar pasar esto. ¿Que el punto no es conocernos del todo?-me contestó poniendo un emoticono de risa y un corazón.
-Bueno, no aguantas una broma. Yo nunca dije que no escucharía nada. Sólo que no me apetece. Pero está bien, mándame la canción que más te guste y la escucharé –dije sin responder al "te amo" que, básicamente, lo obligué a decir.
-Les mémoires blessées.
-Bueno, la escucharé y después te digo qué me pareció.
-Después no. Ahora, escúchala –me mandó el link de YouTube y no tuve más remedio que escucharla.
Personalmente, cuando no me gusta algún género o una canción, me cuesta mucho escucharlas. No es que sean malas, pero si no me va, no hay manera de que diga lo contrario. Y bueno, aquí estoy escuchando esta canción, con la cual no sé qué sentir al respecto. Una canción francesa de una banda llamada Dark Sanctuary. Me genera angustia y al mismo tiempo me tranquiliza. Me hace sentir abrumada, como si tuviese algo malo en mí. El sonido de lluvia hace que la melodía se apacigüe, pero algo no está bien. Campanas. ¿Una iglesia? Esta extraña sensación no me gusta, pero la canción termina y el sentimiento que me deja es todo, menos agradable.
-Y bien, ¿Qué te pareció?-el mensaje me saca de mis pensamientos y no sé qué decir al respecto.
-Es buena, sólo que no mi tipo –consigo escribir.
-No pararé hasta que, por lo menos, te guste una canción.
-Suerte con eso –emoticono sonriente.
-Bueno, con eso ya empezamos mal. Ni siquiera me das un poquito de entusiasmo.
-No dije nada malo, al contrario.
-Basta, verás que habrá alguna que sí te gustará. Como sea, ¿te gustaría ir conmigo mañana al Parque central?
-Claro, pero tengo clase hasta las 2 de la tarde, ¿está bien?
-Sí, y tengo clase hasta las 11, puedo ir por ti a tu colegio y de ahí nos vamos, ¿te parece?
-Vale, me parece bien.
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Lo que tu amor me dejó.
أدب المراهقينDan y Eli se conocen desde la primaria. Después de muchos años sin comunicación se vuelven a reencontrar, ahora más grandes, más maduros. Dicen que en la vida todos tienen un alma gemela, alguien que los complementa, alguien en quien finaliza aquel...