Capítulo 12: Dedicación

203 6 45
                                    

-¡Estuvo excelente! -comentó el Son, su respiración estaba algo agitada, pero miraba con orgullo a su equipo, después de ese entrenamiento que, si bien había sido menos exigente que el día anterior, habían mostrado un buen trabajo en equipo con las distintas actividades-. Con eso terminamos por el día de hoy. Pueden retirarse, chicos.

El Son comenzó a recoger las casacas que estaban en el suelo, las metió en su respectiva bolsa y reunió los balones. En cuestión de segundos el Saiyan, quien se había quedado al lado de la cancha como observador, se levantó para ayudarlo con la limpieza.

-Aumentaron su comunicación-comentó el mayor, levantando la bolsa de casacas mientras el Son llevaba los balones-. Conectaron perfecto sus pases.

-Sí, fue fabuloso. Me siento demasiado confiado-sonrió, mirando al mayor-. Dejemos las cosas aquí, el entrenador me dijo que vendrá en unos minutos para ayudar al otro equipo. Necesita asesorarlos, de verdad tienen problemas.

-¿Por qué no me sorprende?

-Jeje-se limpió el sudor con su antebrazo y después se colocó la mochila-. ¿Ya nos vamos?

-Mirai dijo que primero iban a ir con un maestro, porque necesitaban arreglar cosas de la papelería de Trunks. Nos podemos adelantar-el menor asintió y comenzaron a caminar-. ¿Te duchas en mi casa?

-Sí, las regaderas deben estar llenas-bajó su mano y tomó la del mayor, quien apretó al sentir el tacto del Son-. ¿Hoy también irás por Tarble?

-No, tiene asesorías con un amigo. Lo llevará a casa más tarde.

-¿Un amigo?

-Sí, un amigo mío. No pudo matricular este año, así que para ahorrar un poco da asesorías. Es muy bueno en deportes y en lo académico.

-¿Es de esta escuela? -el Saiyan negó-. Ya veo...

-Antes éramos vecinos, nos conocemos de toda la vida.

-De toda la vida-pensó, frunciendo un poco los labios.

-¿Quieres un helado? -el Son salió de sus pensamientos para mirarlo. Negó despacio.

-Creo que en estos momentos sólo quiero una ducha fría y beber agua con muchos hielos-el Saiyan rio bajito.

-Claro-siguieron caminando hasta que llegaron a la casa del Saiyan.

Subieron hasta su habitación, y Goku pudo ver, al lado de una caja de cartón en el suelo, al pequeño gatito echado sobre un calcetín. Sonrió enternecido y se acercó al felino, acariciándolo suavemente con las yemas de sus dedos.

-Es muy lindo-el felino se restregó contra la mano del Son-. Pequeño Tama...

-¿Te gusta el mango? -el Son volteó a verlo-. Puedo preparar un agua de mango.

-Me gustaría-se levantó, dándose cuenta de que el minino inmediatamente se volvió a echar en su lugar-. Me ducharé, espero que no haya problema.

-Adelante-el Saiyan salió de la habitación y ahí Goku aprovechó para lavar sus manos, retirando todo rastro de tierra y pasto, y buscó un juego de ropa limpia.

Se metió bajo la regadera, tomando aquel champú del mayor, con ese irresistible aroma que le recordaba demasiado al Saiyan. Se terminó de duchar y salió, esta vez vestido con un pantalón deportivo negro y una playera holgada de color azul marino.

Volvió a sentarse en el suelo, para admirar al pequeño felino. Se animó a levantarlo y colocarlo contra su pecho, notando lo dócil que era y que le maulló quedito antes de subir hasta su cuello y querer acurrucarse ahí.

¿Ni aunque...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora