Prologo

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El día era nublado y frio, irónicamente una cálida brisa corría por la habitación, Alec veía a los mundanos divertirse desde la ventana, contemplando como reían y corrían los niños intentando volar cometas, como los padres sonreían al apreciar la imagen que les daban sus niños, como las parejas estaban de picnic mientras se veían con melosidad y algunos destellaban pasión en sus ojos. Una pareja en particular llamo la atención de Alec. Una pareja de chicos había arribado al lugar, parecía que tenían la misma idea que las demás parejas, era una pareja joven, miro a los demás buscando prejuicio o asquerosidad en sus fracciones, pero no encontró nada. Algunos les sonreían, saludando cortésmente al pasar cerca de ellos, algunos simplemente los ignoraban metidos en su propia burbuja sin darse cuenta de la existencia de la pareja.

Alec bajo la mirada dolido, preguntándose porque los shadowhunters no tenían esa inclusión. Por qué solo los repudiaban con tanto odio como para quitarles las runas y exiliarlos al mundo mundano si no cambiaban su forma de amar. Sabia que para los mundanos tampoco habia sido fácil, pero después de décadas parecía que ellos podían evolucionar, mientras que su pueblo creyéndose superiores a los mundanos, solo quedaba estancada en leyes y costumbres arcaicas.

Sabia que el principal motivo del repudio de las parejas del mismo sexo, era por la escasez de niños shadowhunters, eran prácticamente casi un pueblo en extinción, habían sido así desde que Valentine habia tenido la gran idea de robar la copa mortal perdiéndose en una sangrienta batalla, de la cual estaba prohibido saber y hablar. Si la copa mortal estuviera ¿Aun así seguiría esa ley? No habia forma de saberlo, solo podía fantasear con las posibilidades y escenarios. Pensar en ello llegaba a ser muy doloroso. Porque si la copa apareciera y pasara el magnífico evento de la abolición de esa ley, teniendo la oportunidad de al fin poder ser abierto y libre sobre sus gustos. La persona que el amaba, aun sin esa regla, seria prohibida. Seria bueno dejar de fingir gustar de chicas o de tener relaciones con alguna y poder amar abiertamente a un chico. Desgraciadamente para él, el chico que tenía su corazón era sumamente prohibido y no habia nada que pudiera hacer para cambiar eso.

El simple hecho de que alguien lo sepa, no solo tendría el repudio de todos, sino que lo separarían de todas las formas posibles de su amado. Pero así era su corazón, necio de olvidar a Jace Wayland, odiando la idea de solo amar a alguien más, cerrado en dejar de amar a Jace Wayland. Jace Wayland, su parabatai, su hermano, su mejor amigo, su perdición y su peor error. ¡Pero hey! Así era su vida. Y todo era aun mas complicado con la llegada de una pelirroja. Haciendo la tentativa sensación de matar a una Shadowhunter que creció como mundana. Era triste su situación si dejaba los celos de lado. Pero el no tendría ese lujo con la chica y era sumamente divertido como su mente recreaba escenarios en donde la chica desaparecía. No es como si en verdad fuera hacerlo, eran pensamientos efímeros.

Nadie puede culparlo en ese aspecto, incluso el aceptaba que los celos eran un asco... pero desde su llegada lo tenía inquieto, Jace habia estado con muchas chicas antes, no por nada tenía una corona de mujeriego que el mismo Jace portaba con orgullo, solo sentía incomodidad por esas situaciones, conquistas o sexo de una noche. Pero con Clary, esa chica pelirroja producía sensaciones en él que jamás habia experimentado y de las cuales no sabia como manejar. El incluso sabia que sus sentimientos estaban al flor de piel con ella cerca y parecía que tenía un temperamento explosivo, cuando en realidad era sumamente pacífico y aburrido, casi pasando desapercibido.

Probablemente debía culpar a Jace en ese aspecto, pero solo un poco, no era su culpa que su parabatai estuviera enamorado de él, amaba su vínculo parabatai, era una conexión única e íntima que compartía con Jace, pero a veces como lo eran ahora, odiaba percibir los sentimientos de Jace a través del vínculo. Podía sentir la fascinación, curiosidad y atracción de Jace hacia Clary, sensaciones que jamás tuvo con alguna chica en el pasado. ¿Por qué ahora era diferente? ¿Qué la hacia especial? ¿Por qué era diferente ahora?

Para ser honesto consigo mismo, no quería saber la respuesta jamás. Porque eso solo le traería mas dolor del que cargaba. Era la vida que habia aceptado tener: anhelar y amar a Jace Wayland, aunque eso fuera la peor tortura. 

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