Había aceptado ser el novio de Curro. Al menos por ahora. Sería peor que Luke se creyera las mentiras, me podría hacer la vida imposible.
Estábamos en una cafetería diferente. Después de lo que había pasado con Marc, lo último que me apetecía era que me viese en una cita.
Curro volvió de la barra con un croissant y un batido de chocolate. Puso el batido frente a mí.
—Curro —le dije—, ¿por qué quieres ser mi novio?
Le salió una sonrisita tímida. Comió un poco de croissant.
—Bueno, me pareces mono... Y Luke es un baboso. El chaval es muy friki.
Le di un sorbo al batido, incómodo.
Curro me miró fijamente.
—Voy a hacer que olvides al puto cutre ese.
—¿Y cómo vas a hacer eso? —susurré.
Curro se tapó la cara, completamente sonrojado.
—Emm... —Soltó una risita nerviosa—. Bueno, eso se va viendo, je.
A lo mejor Curro no era como yo pensaba. Bebió un poco de mi batido, sin decir nada más.
—Ay, Dios, se me olvidaba —dijo Curro.
—¿El qué?
Sacó su móvil e hizo una foto a la comida. Luego me apuntó a mí con la cámara.
—Espera, espera —dije—, dame un momento.
Le regalé una sonrisa chispeante, y Curro me hizo una foto. Se quedó mirando el móvil con los ojos brillando.
Lo había subido a las redes, y me habia etiquetado, junto a un corazoncito. No supe qué pensar. En parte, creo que me gustó. La cara me ardía.
—Bueeno —dije, poniendo las manos sobre la mesa—, qué rico está el batido, ¿eh?
Curro me iba a responder algo cuando se acercó un hombre que nos debía doblar la edad dando pisotones. Le pegó un golpe a la mesa.
—¡Curro, cabrón de los cojones! No me han llegado los putos bitcoins que me prometiste. Me cago en todos tus putos muertos.
Curro se levantó, relajado.
—Oye, bro... ¿por qué recurrir al insulto? ¿Eres feliz con ello? ¿Te hace sentir mejor? Uno viene aquí a hacer negocios de manera respetuosa y sales con estas actitudes de niño pequeño. ¿Eres consciente de que tus palabras pueden causar daños graves a la gente? Insensible.
El hombre estaba lívido. Mantuvo la mirada firme de Curro.
—Vete a la mierda, estafador de pacotilla.
Le pegó una patada a la mesa. Los vasos tintinearon. Después, el hombre se fue al otro extremo de la cafetería, dando golpes.
Miré a Curro, que temblaba un poco. Empujé el batido hacia él.
—Toma, el resto para ti.
Me miró como si no se lo creyera.
—¿De verdad?
—Sí —le dije—, antes de que me arrepienta.
Agarró la pajita y se lo fue terminando.
—¿A qué ha venido eso? —le pregunté —. Lo de antes. ¿Le conoces?
Curro se pasó una mano por la nuca.
—Sí, bueno... Últimamente estoy enganchado a los bitcoins. Me considero, más o menos, un Robin Hood. Ya sabes. Quitar a los ricos, dar a los pobres. Esas cosas.
No me esperaba eso de Curro. La situación era surrealista. De printo, se quedó mirando algo detrás de mí, pálido.
—¿Qué? —pregunté.
—Joder. El soplapollas ese. Ha visto la dirección en la historia.
Me giré. En la puerta del local estaba Luke.
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Noches de luna llena (Yaoi Hard +18)
Hombres Lobo-¡Cállate! -gritó el chico lobo. -¿O qué? ¿Qué me harás? -dijo Sam, con las mejillas sonrojadas como un tomate. -Muchas cosas -gruñó, mordiéndose el labio-, muchas...