Cerrar una cafetería a las 10 pm parecía una ridiculez cuando estaba enfermo pero quien lo culparía por tratar de ser un jefe ejemplar e ir a cubrir a uno de sus empleados enfermos cuando el mismo lo está, despejó sus pensamientos y decidió cancelar su taxi e ir caminando ya que la noche y el clima eran agradables. A lo lejos podía ver la parada del autobús eso quería decir que su departamento estaba cerca, desvió sus ojos y pudo ver a un sujeto tirado en el suelo, un poco recargado en la parada del autobús se miraba dormido así que se acercó sigilosamente a él, el tipo no se miraba mal vestido así que no era un indigente, pero apestaba a alcohol y estaba seguro que si lo dejaba tirado podría ahogarse con su propio vomito... dejó que el pensamiento se fuera de su cabeza y se fue a su casa, ese chico no era su responsabilidad, ya era un adulto si iba a beber debería asegurarse de poder regresar a casa ¿cierto?.
Llegó a casa y simplemente se puso algo cómodo y fue a la cocina por algo de beber lo primero que vio al abrir el refrigerador fueron unas botellas de agua y unas latas de cerveza y sin poder evitarlo el tipo tirado en la parada de autobús le llegó a la cabeza, pero no lo culpen a él si no a su madre que siempre le dijo que ayudara a los demás, se maldijo mentalmente y tomó dos botellas de agua y una manta para salir de su casa camino a la estación de autobús, con suerte el chico seguiría ahí. al llegar pudo observarlo ahí pero ahora estaba despierto o al menos algo así no parecía consciente pero por lo menos los ojos los tenía abiertos así que se acerco a dejar la manda sobre el extraño.
— ¿Qué haces? Aléjate.— Mark se sobresaltó e hizo caso inmediatamente al escuchar la voz brusca del sujeto.
— Estoy tratando de ayudarte... ¿esos son golpes?.— Mark se acercó un poco pero paró al ver que el chico se hacía una seña con la mano.
— ¿Quién eres? ¿El Ángel de la guarda o algo para creerte mi protector?.— Mark abrió una botella de agua y se la vertió encima, enojado por lo grosero del tipo enfrente suyo.
— Sólo estoy tratando de ayudar, deja de ser idiota. Ojalá que esto te sirva para que despiertes y se te baje la borrachera, parece que te bebiste todo el bar.— El chico enfrente suyo claramente se miraba molesto, importándole poco se sentó un poco apartado de él pero igual podía darse a entender que estaban juntos.
El chico estaba calmado claramente el agua fría que le tiraron encima le despejó la cabeza y la borrachera un poco así que volteó a ver al causante de que estuviera congelándose aún más esa noche y le tendió la botella de agua que tenía aún sin abrir, el chico la tomó tranquilamente y la miró aún pensando en si tomársela o vengarse del sujeto que le había empapado con agua helada, sin embargo; abrió la botella y le dió un par de tragos porque tenía sed y ¿cómo no? si el beber alcohol te deshidrataba y él había bebido demasiado.
— ¿Cómo te llamas?.— habló Mark tranquilamente interrumpiendo los pensamientos del ya consciente chico.
— ¿Qué te interesa?.— soltó como si nada, ese tipo era un desconocido que le tuvo lastima y no tenía porque contestar sus preguntas
— Yo me llamo Mark.— trataría de contarle cosas sobre él a ver si el chico se abría un poco y le decía por lo menos si tenía donde quedarse.— Tengo 26 años y vivo cerca de aquí, tengo mi propio negocio hace un par de años, es una cafetería y tengo una mascota es un perrito blanco y lindo llamado Milo.— hizo una mueca al recordar que Milo había estado sólo todo el día y él estaba con un idiota tratando de ayudarlo.
— Qué molesto... Me llamo Jason Wang.— o algo parecido pensó Jackson, no le diría a un desconocido su nombre y menos en sus condiciones.— no trabajo, tengo 26 años también y me he estado quedando en hoteles desde que regresé.— mejor dicho desde que salí volvió a pensar.
— ¿de dónde sacas el dinero si no trabajas?.— Mark estaba confundido pero no bajó la guardia en ningún segundo luego de eso, el tal Jason podía ser un carterista.
— Mi padre murió y su herencia ha servido de mucho.
Al salir de prisión fue a la casa de su padre y sólo encontró a su nana la cual le dio la noticia de que su padre había muerto hace tres meses y por eso no lo había ido a ver, Jackson lloró toda la semana y se dijo a si mismo que la vida era una basura entonces salió de su casa y como si su vida no valiera nada había estado de bar en bar poniéndose borracho cuando no dormía en la calle se iba a dormir a algún hotel ya que no quería que su nana lo viera borracho, esa señora siempre había cuidado de él aunque no fueran nada y no quería darle problemas.
— Oh lo siento mucho, ¿entonces tienes donde quedarte? Puedo llevarte.— Quería asegurarse de que Jason llegara a dormir a su casa por lo menos ese día, no podría dormir tranquilo si no.
— No puedo dejar que mi nana me vea así.— susurró pero Mark lo escuchó y soltó una risita.
— Vaya entonces no eres tan idiota si te preocupa que tu nana te vea de esta manera.— Jackson rodó los ojos tratando de ignorar a Mark y se paró un poco mareado.
— Adiós.— Mark se alertó y se paró rápidamente.
— ¡No!, puedes quedarte conmigo y mañana te vas, no puedo permitir que te vayas así, te van a atropellar.
— ¿A ti que te importa?.— bufó Jackson pero miró como el chico tenía una mirada de verdadera preocupación
— No lo sé pero no puedo dejarte ahí sabiendo que vas a regresar a un bar y beber como idiota de nuevo.— Mark realmente había visto algo en ese tipo, sus ojos se veían tristes como un cachorro que había tenido una racha difícil.
— No deberías confiar en cualquiera que te encuentras encuentras por la calle e invitarlo a tu casa, puedo ser un asesino.— Mark alzó una ceja, el chico se miraba ciertamente en un buen estado físico como para golpearlo hasta matarlo -según él-, pero él sabía defenderse, cerraría su habitación con candado y no bajaría la guardia, tampoco era tan idiota.
— No lo creo, un asesino no puede verse como tú.— dijo Mark tranquilamente dejando al chico confundido.
— ¿Cómo yo?.— estaba confundido pero en parte se sintió bien ¿tenía un aspecto lindo? ¿De buena persona?
— Ajá, luces como un perrito de esos chiquitos orejones blancos con café, ¿beagle?.— soltó una risa al recordar al perrito hasta que vio a Jackson a su lado con una cara no muy amigable.— oye no me mires así, esos perros son lindos.
— Pues tu pareces.— lo miró con detenimiento realmente no se le venía nada malo a la mente, Mark era un chico lindo ahora que lo veía bien pero tampoco era la gran cosa, tenía cabello castaño, sonrisa bonita, ojos expresivos bonitos, piel blanca y de apariencia suave y... okay el chico si era la gran cosa.— Un conejo.— soltó luego siendo el único animal que se le vino a la mente luego de verlo sonreír de nuevo.
— Los conejos son lindos.— canturreó nada ofendido por la comparación.— Vamos. Milo debe estarme esperando.
Ambos caminaron en silencio luego de eso, no era totalmente incómodo lo cual era raro ya que eran totales extraños yendo a la casa de uno de ellos. Jackson pensó en que Mark podía ser un asesino y lo persuadió para que lo acompañara a su casa con una fachada amable para luego apuñalarlo pero todo eso cambió cuando al entrar a la casa del antes mencionado este se puso a hablar con voz chiqueona a su mascota Milo el cual movía su cola alegremente y daba saltitos por el lugar.
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Nunca Más // Markson.
RomanceJackson es un "exconvicto". Mark el chico que lo encuentra borracho al borde de la muerte -según él-.