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Después de la primera cita habían tenido varias más pero no tan formales como la primera, Jackson le llevaba comida a Mark, iban al cine a ver cualquier película en la que fingían tener interés o iban a cualquier parque a caminar y platicar. Sus amigos habían notado el como los habían dejado de lado y no sabían si estar enojados o contentos, se inclinaban más a la segunda opción. Se miraban tan felices que nadie quería romper su burbuja de coqueteo. En un principio Jackson era el que coqueteaba más haciendo que Mark se avergonzara, pero con el paso de las semanas Mark había agarrado confianza y hasta pasó a Jackson con creces ya que el estadounidense no sólo le coqueteaba abiertamente si no que también lo toqueteaba sutilmente o no tan sutil para hacerlo avergonzar enfrente de cualquier persona, nunca iba con segundas intenciones aunque algunos pudieran pensar que sí.

— Mark para, la gente va a pensar que eres un desvergonzado.— Jackson se separó del abrazo cuando Mark apretó su trasero. Eran las dos de la tarde cualquiera podía verlos.

— No hay nadie viendo, no seas exagerado.— bufó.

— Quién te viera... ni siquiera me has dado un besito y ya me has tocado todo.— molestó un poco.

— Pues si quieres ya no lo hago.— se cruzó de brazos y caminó al ascensor de su edificio.

— Sabes que eso no es lo que quise decir.— lo siguió.— Podrías darme un besito.— hizo una seña juntando el dedo indice y pulgar.

— Tú también puedes dármelo ¿sabes?.— ambos entraron al ascensor.— Yo te di el primero.

— Pero yo lo quiero en la boca.

— Mi mamá me dijo una vez que si quieres algo tienes que luchar para conseguirlo.

— ¿Eso dijo tu mamá?

— Sí.— salió del ascensor con Jackson siguiéndolo a su casa.— ¿no te ibas ya?

— No, se supone que tengo que luchar por lo que quiero.— se acercó y acarició su mejilla con una mano.

— Oye no, alguien nos puede ver en el pasillo.— dijo, pero no se movió.

— Entonces entremos, pero rápido que te beso aquí mismo y tu vecina es una viejita.— amenazó.

— Cállate, no digas eso.— abrió la puerta y ambos entraron.

En cuanto entraron Jackson tomó su mano y lo jaló hacia él. Claramente el contrario no esperaba que realmente fuera en serio lo que le dijo fuera del departamento, pensaba que era coqueteo sin más como el que habían tenido antes, estaba muy nervioso pero aún así puso una de sus manos en la nuca del chino.

— ¿Estás seguro?.

— ¿Sabes desde hace cuanto quiero esto?.— Mark negó.— Desde el día en el parque.

— Han pasado casi 3 semanas, no lo atrasemos más.— y sin más ambos se acercaron a probar los labios del contrario.

Se encontraban perdidos en todas las sensaciones que se ocasionaban el uno al otro, nunca se hubieran imaginado que un sólo beso podía sentirse tan bien. Dejándose llevar cada que terminaban un beso empezaban con otro apenas recuperaban el aliento. Ignorando todo el alrededor se separaron para verse a los ojos, cuando estaban apunto de juntar sus labios nuevamente se escuchó un jadeo sorprendido haciéndolos separarse, ¿de verdad justo ahora?.

— Mamá... ¿cómo entraste?.— si Mark estaba avergonzado, Jackson lo estaba más. Qué manera de conocer a la mamá de Mark.

— Bueno...— carraspeó.— Tu mismo me diste la clave de la puerta, pensé que estarías trabajando.

Nunca Más // Markson.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora