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Ya estaban acostados en la cama uno de cada lado viendo el techo, hace un tiempo Mark había pagado en el techo unas pequeñas estrellas que brillaban en la oscuridad, las había visto varias veces en anuncios de internet y la verdad es que se vio en la necesidad de comprarlas. Jackson estiró su mano tapando algunas estrellas y moviéndola de un lado a otro.

— ¿Qué haces?.— dijo riendo.

— Estoy jugando, todavía no tengo sueño.— bajó la mano y volteo a verlo.

— Yo tampoco lo tengo.— se acostó de lado para ver a Jackson, lo poco que podían verse en la oscuridad.

— Tus ojos son bonitos.— Soltó sin darse cuenta.

— Los tuyos también, son muy expresivos.— Jackson sintió la sangre subir a su rostro y sonrió.

— Siempre dices que parezco perro.

— ¡Es uno lindo! Deberías tomarlo como un cumplido.

— Si me das un beso te perdono.— acerco a Mark y lo tomó por la cintura.

— Dijiste que no intentarías nada, que mentiroso eres.— se quejó falsamente y también se acercó.

— Vayamos a la playa cuando metan a los idiotas esos a la cárcel.— dio un beso esquimal y cerró sus ojos esperando respuesta.

— ¿Y si eso tarda mucho?

— Esperemos que no, prefiero que no nos arriesguemos en caso de que estén locos.

— Locos sí están, tranquilo... algo me dice que todo va a salir bien.— sonrió.— vamos a dormir.

Cerraron sus ojos en intento de dormir, Mark logró quedarse dormido rápidamente pero Jackson seguía pensando en gran variedad de cosas, no sólo en cosas malas como el problema de la amenaza o el papeleo de la empresa si no que también estaba pensando en sus amigos y en Mark. En el futuro.

La mañana siguiente cuando Jackson abrió finalmente los ojos notó que a su lado no había nadie, eso logró un ceño fruncido de su parte y se sentó en la orilla de la cama para despejarse un poco. La noche anterior estuvo pensando muchas cosas y entre su nube de pensamientos le había llegado una idea en la noche, un poco ridícula para alguien de su edad pero que más daba. Se levantó y fue en busca de Mark.

— Buenos días.— Saludó mientras servía la comida en el plato de Milo.

— Iban a ser buenos, pero desperté y ya no estabas ahí.— se quejó.

— Estaba apunto de despertarte para desayunar, sólo estaba sirviéndole a Milo su comida.— lavó sus manos y fue a sentarse al comedor con Jackson.

— Oye Mark... en la noche pensé en algo.— dijo luego de beber jugo.

— ¿Qué pensaste?

— ¿Alguna ves te has teñido el cabello?

— Un par de veces, ¿por?.— Dejó de comer interesado en lo que Jackson quería decirle.

— Bueno... cómo te dije anoche estaba pensando en que deberíamos teñirnos el cabello.— dijo y empezó a comer esperando la respuesta.

— ¿Teñirnos?.— no entendía.

— Sí, ya sabes escoger un color de cabello y ambos usarlo, he visto algunas parejas usarlos y...— abrió los ojos al darse cuenta que dijo.— Digo, ya sabes estaría bien compartir color de cabello.

— Claro.— soltó unas cuantas risas.— ¿Qué color tienes en mente?

— Rubio.— dijo felizmente, no pensó que Mark fuera aceptar tan fácilmente y menos luego de que soltó aquello de "algunas parejas".

Nunca Más // Markson.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora