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Aclaración: No soy el sombrero seleccionador, hago lo que puedo.

Siguen al hombre de la capa negra al interior del castillo. Todos los alumnos están callados, como sin saber exactamente que pueden y no pueden hacer, y con temor a las posibles consecuencias.

El castillo, a pesar de todo, es hermoso. Un tanto antiguo, sí, pero eso no le quita lo espectacular. Los cuadros de nuevo se mueven, algo sin duda muy normal en el mundo mágico, pero no es el único toque fantástico que hay en el lugar. Un ejemplo de esto serían las armaduras, Piper juraría que ha visto a una ladear la cabeza.

Entran en el llamado Gran Comedor, cuyo nombre le queda como anillo al dedo debido a su tamaño descomunal. Hay velas flotando y en el techo se puede ver el cielo exterior. A pesar de que Piper no tiene gran experiencia con la niebla, puede percibir sin demasiados problemas que el techo es parte de esta.

La gran mayoría de alumnos se sientan en las largas mesas. Hay cuatro, una por cada casa, pero al no saber las suyas seguir a sus compañeros ya no es una opción. Se quedan en pie, esperando alguna explicación u orden para saber qué hacer.

-Nuevos. - Llama una voz. Se giran para observar a la mujer que ha pronunciado las palabras. Es indudablemente mayor, de pelo negro y túnica verde esmeralda. Sus arrugas le dan un aspecto severo que la posición de sus cejas ayuda a incrementar. - Seguidme, por favor.

Les guía hasta una de las paredes. Algunos desconocidos, Percy, Annabeth y el chico que compartía compartimento con ellos en el tren, se les añaden en el trayecto.

-Esperad aquí, la selección de los de primero será antes que la vuestra propia. No hagáis ruido ni molestéis de ninguna manera. - Les mira con unos ojos verdes ocultos tras sus gafas cuadradas. - Por cierto, soy Minerva McGonagall. Bienvenidos a Hogwarts.

La profesora se retira y ellos se quedan estáticos en su lugar, algo en el ambiente les hace no tratar ni de sentarse.

La selección da inicio casi de inmediato. El silencio se hace en la sala mientras un grupo de niños de once años cruza por el pasillo central. Paran al llegar a la parte delantera, de espaldas a los alumnos. Delante de los nuevos estudiantes se encuentran todos los profesores, sentados en sus respectivas sillas. En el centro de estas hay una que sobresale, la del director, supone Piper.

Como les había explicado Quirón, los alumnos son llamados para sentarse en un taburete. Se les coloca un sombrero que, en un indeterminado periodo de tiempo, grita el nombre de una de las cuatro casas: Slytherin, Gryffindor, Hufflepuff y Ravenclaw. Una vez son seleccionados, cada niño se va a sentar a una de las cuatro mesas de estudiantes.

En unos minutos todos los alumnos de primero han sido colocados en sus respectivas casas. Piper lo sabe incluso antes de que uno de los adultos lo explique: ahora es su turno.

-Este año contamos con nuevos estudiantes aparte de los de primero. - Explica un profesor - Jóvenes que han optado por... Estudiar en sus casas. Serán seleccionados y os acompañarán en vuestras clases, comidas, habitaciones...

Entonces les hacen acercarse. Su forma de movilizarse en ese momento es más similar a la que se emplea en el Campamento Júpiter (ordenada, metódica, como la de un ejército) que la que acostumbra a encontrarse en el Campamento Mestizo (desordenada, caótica, libre). Piper, a pesar de estar más acostumbrada a la segunda, no emite ningún tipo de queja. Ahora mismo no quieren llamar la atención.

Son colocados en una fila, dándoles la espalda al resto de alumnos. Hacen señas al que está más a la derecha para que se adelante. Este sube y, siguiendo indicaciones, dice su nombre. Luego se sienta y deja que le coloquen el sombrero sobre su cabeza. No tarda mucho en decidir su casa.

Mestizos en HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora