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– Dios Liah, ¿enserio todo esto lo has dibujado tu?

Asintió observando junto a Eddie su bloc donde estaban los dibujos que había hecho los últimos meses.

Aquello era lo único que Liah no había dejado de hacer. Dibujar calmaba todos los gritos que tenía en su interior y liberaba su propio dolor de cabeza.

Eddie giró su cabeza mirando sobre su hombro a la rubia junto a él. Nunca había pensando que se encontraría a aquella distancia de Merliah Henderson pues a pesar de que nunca había sido la chica popular, su nombre sí que había corrido mucho por las bocas estudiantiles.

– Sabes, cuando funde el HellFire y estaba reclutando a gente, te vi leyendo ese cómic. —Cerró los ojos intentando recordar de qué personaje era pero chasqueó la lengua al no hacerlo.— Bueno, no recuerdo pero dije: ¡Dios esta chica debe unirse! Y de repente boom una animadora junto a ti así que entendí que estabas en otra liga.

Liah no pudo evitar reírse por aquella declaración. Cierto que cuando Dustin le había presentado a Eddie, la rubia lo había reconocido, habían compartido alguna que otra clase en cursos anteriores pero siendo sinceros, la chica nunca había prestado más atención de su propio grupo cercano.

– ¿Dibujas desde siempre? —Siguió pasando las páginas hasta llegar a la primera que no tenia nada dibujado.

– No lo recuerdo pero llevo desde siempre.

Eddie entrecerró los ojos y se levantó haciendo a la fémina caer de culo por la postura a cuclillas que estaba.

– ¡Perdón! —Exclamó agachándose para ayudarle.— Es que estaba pensando... si podrías dibujarme... nunca nadie...

– ¡Claro! Por eso mismo he traído las cosas. —Colocó sus manos sobre los hombros de Eddie obligando a este a que quedase sentado frente a ella. — Pero tienes que estarte quieto por lo menos hasta que tenga un boceto.

– ¡Bien! Estaré quieto como una estatua.

Eddie se quedó firme en su posición, intentando si quiera pestañear lo mínimo posible. No era como que realmente tuviese que estar quieto al cien por cien pero de aquella manera, Liah podía observar mejor todos los rasgos masculinos.

Se mantenían en silencio y mientras la rubia dibujaba, el de rulos solo intentaba mirar como estaba quedando su retrato cosa que le era imposible pues ella, siempre se inclinaba hacia atrás impidiéndole la vista.

– ¡Venga Liah! ¡No es justo! —Se volvió a echar hacia delante intentando arrebatar el cuaderno de las manos de ella pero fue más rápida y en un movimiento se puso de pie.

– ¡Eddie quieto! —Le señaló con el lápiz mirándole de manera "amenazante".— Si no me dejas te juro que ahora mismo lo cambio y te hago feísimo.

– ¿Estás diciendo que soy guapo? —Alzó una de sus cejas.

Liah le sacó el dedo del medio mientras Eddie se ponía de pie acercándose a ella esperando que esa vez fuese la exacta para poder ver el dibujo.

– Entonces no lo niegas. Aceptas que soy guapo.

– No he dicho que seas guapo. —Se encogió de hombros recorriendo el cobertizo intentando alejarse del contrario.— Pero en mi dibujo sales muy favorecido.

– Pues déjame verlo.

– Lo siento, pero la gente nunca ve los dibujos que les hago.

– Oh vamos, no me creo eso. —Eddie alcanzó a Liah y agarró su antebrazo haciéndole girar hacia el.

– Billy... —Eddie se mantuvo en silencio al escuchar el nombre mientras Liah asentía.— Él es el único que vio mis dibujos y los dibujos que le hacía.

Back Home // Eddie Munson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora