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El partido terminó con la victoria del instituto Hawkins y a su vez por lo que el grupo de amigos ya reunido decidió que deberían de ir a beber y tomar algo como en los viejos tiempo.

– Primero tengo que acercar a Dustin a casa.

– ¿Vienes en tu coche? —Preguntó Steve extrañado.

– No, viene en el mío así que supongo...

– ¿Vais a estar donde siempre?

Los tres asintieron ante la pregunta de la rubia y esta que aún tenía las llaves del coche de Summer se alejó poniendo dirección hacia la entrada del instituto.

– ¡Hemos ganado! —Exclamo Dustin haciendo girar a su hermana.

Merliah se quedó algo pérdida cuando terminó aquel giro pues no se esperaba esa reacción por parte de su hermano.

– Déjame que te presento a mis nuevos amigos que aún no has tenido el placer de conocerlos. —Este arrastró a la rubia para presentarle así al resto del HellFire club.

Summer, Steve y Robin veían la escena desde lejos y sabiendo que su amiga tardaría, decidieron irse pues ya la verían más tarde.

Robin se sentó en la parte trasera dejando a la expareja juntos en la zona delantera del vehículo.

– ¿Y qué tal la universidad? —Preguntó Steve.

– Bien, ya sabes... muchas cosas que estudiar... Mucha gente y...

– ¿Y las fiestas? —Preguntó Robin por medio.

– ¿Por qué Robin acaba de hacer una pregunta que haría perfectamente Liah?

– Pasan demasiado tiempo juntas. Liah se la vive en el videoclub.

El rostro de Summer cambió pues realmente pensar que a su amiga no le había hecho falta le dolía bastante.
Para Steve aquel cambio de actitud no pasó desapercibido y aunque dudó un poco, su mano se posó sobre el hombro de la contraria dejando un suave apretón en este.

– Le hacías falta a Liah aquí... Sin duda echaba de menos a su mejor amiga pero ella sentía que si seguía contigo te iba a arrastrar al infierno que estaba pasando. —Su índice golpeó sutilmente la sien contraria.— En su cabeza todo sigue siendo un caos y no quería que tú lo sufrieras por su culpa.

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El anuncio de aquella muerte hizo que el pueblo volviese a tener miedo. Habían estado tranquilos durante un par de meses y de repente el infierno volvía a ellos.

El timbre de la casa Henderson sonó y Dustin corrió a abrir la puerta. Max apareció en el umbral de la puerta cosa que Liah no entendió pues hasta donde ella sabía, apenas se juntaba ya con los chicos... había decidido ir un poco a su rollo.

Los dos corrieron a su habitación bajo la mirada de la madre del de rizos y como no podía ser menos, Liah necesitaba enterarse de lo que había pasado por lo que irrumpió en la habitación.

– Max.

– Liah...

– Me encanta cuando os veis pero, ¿podemos seguir a lo que estábamos? —Dustin alzó su tono de voz mirando a ambas chicas.

Max comenzó a contar lo que había visto la noche anterior y habló de ese tal Eddie, la misma persona que Liah había después del partido por cosa de su hermano.

En el momento en que Max mencionó el parpadeo de las luces, el cuerpo de Liah se estremeció y todos los recuerdos que su mente se había estado obligando a olvidar volvieron a ella en apenas segundos.

Back Home // Eddie Munson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora