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El paisaje era tranquilo y agradable.
Liah trenzaba el cabello de Eddie observando como este se relajaba quedándose casi dormido.
A su vez, Summer se había sentado en el asiento de copiloto para poder hablar con Steve pero Nancy no iba a apartarse del chico al parecer por lo que se quedó justo entre medio de ambos.

– La verdad es una tontería, pero yo siempre... había soñado que tendría una... —Se quedó en silencio buscando las palabras para continuar.— una gran... una gran familia.

Tanto Summer como Nancy miraron a Steve mientras este seguía hablando.

– Me refiero a un montón de Harringtons. Como cinco o seis críos.

– ¿Seis? —Preguntó Summer riendo.

— Sí, seis monstruitos. Tres niñas y tres niños. —Soltó una leve risa para el mismo.— Y todos los veranos, la familia Harrington, nos subiríamos a un trasto así y... —Le echó una rápida mirada a Nancy la cual le miraba en silencio atentamente.— recorreríamos el país. No sé, las Rocosas, en Gran Cañón, incluso Yellowstone. Y acabaríamos en algún pueblo costero en California. Pasaríamos una semana en la playa. Aprendiendo a hacer surf o algo así.

– Sí, suena bien. —Contestó Nancy.

Estos dos se miraron sonriendo y Summer sentía que sobraba ahí. Su corazón se apretó en su pecho y sentía como sus ojos comenzaban a picar por lo que se excusó y se levantó de donde estaba bajo la atenta mirada de aquella extraña pareja.

Liah apartó a Eddie de sus piernas cuando vio a Summer acercarse a ella. Este iba a quejarse pero al ver el estado de la castaña se quedó en silencio.

Esta abrió sus brazos y su amiga se acurrucó en ellos.

Finalmente y al cabo de un buen rato. Llegaron a aquella gran y enorme tienda de armas y cosas más que peligrosas.

Fueron bajándose de la caravana uno a uno y claramente, Eddie, Dustin y Lucas debían quedarse en esta.

– ¿Enserio me vas a dejar solo? —Eddie hizo pucheros mirando a Liah mientras no soltaba su mano.

– Oh Eddie, estás más que bien acompañado no se que mas quieres. —Bromeó inclinándose hacia el y dejó un beso en su mejilla.— Como siempre, no os muráis.

Liah salió la última y tuvo que correr para poder alcanzar a sus amigos.

Aquella tienda era realmente enorme y había bastante gente, bastantes personas comprando armas.

Liah y Summer fueron por otro lado. La castaña se enganchó del brazo de su amiga pues sentía que en aquellos últimos días apenas habían pasado más de dos minutos juntas y aquella era una sensación que no le gustaba.

– Creo que no me has contado realmente...

– ¿Eddie?

Summer asintió esperando escuchar que había pasado realmente entre aquellos dos.

– Ya sabes... Eddie me ha hecho olvidarme un poco del mundo real... el realmente no se merece todo esto que le está ocurriendo. —Un leve sollozo se escapó de sus labios.— Pero tengo miedo.... ¿Y si realmente si que estoy maldecida? Todas las personas con las que tengo algo... bueno... acaban siempre fatal.

– No pienses así. —Golpeó levemente el hombro de su amiga.— Se ve que a Eddie le gustas y si vas con esos pensamientos negativos claro que saldrá mal... debes de ser algo más optimista.

Siguieron andando por los pasillos mientras cogían cosas y finalmente se cruzaron con Erica por lo que siguieron la compra con ella. Aunque tuvieron que acelerar el proceso cuando vieron que Jasón y sus amigos estaban también en aquel lugar por lo que tuvieron que pagar corriendo y largarse más rápido aún.

Back Home // Eddie Munson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora