XII.

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24 de diciembre del 2001

Estiro mi cuerpo, me levanto de la cama y busco mis pantalones por toda la habitación. Observo una vez más el cuerpo de Ava acurrucado entre las sabanas y por un instante quiero regresar a su lado, abrazarla, hundirme en su delicioso olor y nunca soltarla, pero solo suspiro y giro sobre mi eje para salir del lugar. Afuera el clima estaba frío, ocasionando que se me erizara la piel por un segundo. Al final del pasillo podía divisar la espalda de mi mejor amigo en el balcón de la cabaña, el viento desordenaba su cabellera castaña y se notaba por lo erguido que estaba, que apoyaba sus brazos en el barandal de madera.

– ¿Desde cuando fumas? – pregunto una vez llego a su lado y veo que tiene entre sus dedos un cigarrillo.

Enchina sus ojos pensando y suelta el humo que tenía retenido.

– Hace un mes – dice no muy seguro de la respuesta.

– No pienso darte el clásico sermón de por qué no deberías consumir esa mierda. Solo espero que no te mueras primero que yo – digo.

El echa una pequeña risa.

– Claro que me moriré primero que tú – comenta, volteo a verle de mala gana y Atticus sonríe.

Suspiro y paso mi vista al frente, él le da otra calada al cigarrillo, lo presiona contra la madera y arroja la colilla por el vacío. Atticus gira y recuesta su espalda en el barandal, me mira de pies a cabeza y sonríe malicioso.

– ¿Qué? – pregunto confundido.

– Los mosquitos aquí son muy grandes – suelta reprimiendo una risita.

Mierda.

– Ajam... – confirmo nervioso.

Atticus parece querer decir algo más, pero algo llama su atención ocasionando que sonriera. Volteo para ver que miraba y mis ojos chocan con los de Ana quien se acercaba a nosotros con un pijama de short sedosa que hacia lucir a su cuerpo demasiado bien.

– Buenos días, solecitos – saluda sonriente.

– Días, porque buena estás tú, lindura – dice el castaño.

Ana ríe, él le guiña el ojo y yo frunzo mi ceño confundido. Aquí había gato encerrado, pero eso ya lo averiguaría después. Al parecer éramos los únicos despiertos, pero como no serlo, si apenas eran las nueve de la mañana y todos nos acostamos alrededor de las cuatro de la madrugada después de pasar la noche contando historias de terror.

– Tengo hambre – comenta Atticus dejando caer su cuerpo al sofá.

– No sé cocinar – comento sentándome en el sofá personal.

– Yo tampoco.

Ambos nos vemos y pasamos nuestra vista a Ana quien estaba viendo algo en su celular del otro lado de la sala, eleva su vista mirándonos y rueda sus ojos para luego levantarse y dirigirse a la cocina. Miro a mi mejor amigo con una sonrisa, él vuelve su vista al techo y cierra sus ojos. Saco mi celular del bolsillo del pantalón y me dedico a revisar la bandeja de correos. No había ninguno. Suspiré y bloqueé nuevamente el aparato.

Las palabras de Ava sobre la universidad quedaron resonando en mi cabeza después de aquel día en la playa. Era muy malo socializando, y los lugares con gente desconocida me colocaban los pelos de puntas, pero cuando salía con Zackie y pasábamos por las universidades de la ciudad me preguntaba que se sentía aquella experiencia. Tal vez no era mala idea que estudiara, tal vez y había cosas que pudiera aprender, y con mi habilidad de dotado se me haría bastante fácil las cosas. Solo había un pequeño problema: Zac. No sabia como lo iba a tomar, no es que él se opusiera a que fuera a la universidad, en realidad consideró la idea de colocarme tutores privados cuando terminamos el colegio, así podía seguir con mis estudios sin tener que ingresar a una entidad académica, pero al final opto porque aprendiera de su trabajo y de lo que él hace. Sin embargo, hoy en día, después de todo lo que he pasado y de lo que he descubierto a través de Ava, de verdad quería hacer parte de la comunidad de jóvenes que se preparan día a día con sus amigos y compañeros para hacer del mundo un lugar mejor, o peor, por lo que, sin decirle a Zac, me había postulado en la universidad de Ava, en la carrera de ingeniería de sistemas. Ahora solo tenía que esperar a que me aceptaran, pero entre más pasaban los días más me desesperaba por una respuesta.

ESCONDIDO EN SU SOMBRA [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora