XVIII.

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03 de marzo de 2002.

El sol estaba ocultándose, Ava recogía las cosas mientras yo la esperaba junto al auto. Observo el cielo y noto como las nubes comienzan a tener un tono grisáceo, lo que significa que comenzará a llover pronto. 

– Ava – la llamo a lo lejos. 

Ella alza su vista hacia mí, observa el cielo y entiende lo que quiero decir. Se apresura en guardar todo y regresar a mi lado. 

– Es mejor que entremos antes que comience a llover – digo abriéndole la puerta del copiloto. 

Ella entra, paso por enfrente del auto y entro en él. Lo enciendo y al instante comienzan a caer las primeras gotas de agua. 

– Vaya suerte – comenta buscando alguna canción en su playlist.

Sonrío, y me abro camino a su casa. Al parecer llovería el resto del día, me alegraba que hubiésemos podido disfrutar de la cita a tiempo.

– ¿Te quieres quedar en casa un rato? – pregunta Ava.

– ¿Puedo? – la veo por un momento y regreso mi vista al frente.

noto que ella asiente con la cabeza.

– Mi tía no estará – comenta en un susurro.

Entiendo la intención del comentario, mis mejillas se enrojecen y comienzo a sentir calor. Ava parecía una chica serena y tranquila, con un toque de ternura a veces, pero desde que salimos he perdido la cuenta de cuantas veces lo hicimos. Digo, no me molestaba, pero joder que no se cansa nunca.

– Se me acabaron los condones y me he quedado sin dinero – digo y freno con el semáforo en rojo. 

– Está bien, yo tengo dinero – comenta simple – Además que me inyecto, siempre se te olvida.

falló la excusa, ay.

– Cierto, pero hay muchas enfermedades por ahí.

– ¿Estás insinuando que no me sé cuidar? – pregunta frunciendo su ceño.

– No es eso…

– ¿Entonces? – pregunta sin quitar su vista de mí.

Observo en silencio la Luz roja del semáforo, no quiero negarle la idea, pero de verdad que había tenido suficiente sexo por hoy. 

– Bien, si no quieres, podemos simplemente ver una película – comenta simple y regresa su vista al celular.

Hago una fina línea con mis labios, hago el cambio y arranco nuevamente cuando el semáforo se coloca en verde. 

Llegamos al edificio y estaciono el auto. Ava no espera a que me baje y sale primero que yo, dejándome atrás. La alcanzo rápidamente y esperamos a que el elevador llegue. Ella entra en silencio y se coloca del otro lado, dejando un espacio grande entre ambos. Al llegar, abre la puerta y se adentra inmediatamente en su cuarto. Suspiro, está molesta.

– Lo siento – comento bajo cuando ella se sienta a mi lado y enciende el televisor.

No me responde. Se dedica a buscar algo interesante en netflix. 

– Ava – la llamo, ella me mira y vuelve su vista al frente – Ya dije que lo siento.

– ¿Por qué no quieres? – pregunta de repente.

Suspiro.

– No es que no quiera, solo considero que fue mucho por hoy – digo simple.

– ¿Hay un límite para el sexo? 

ESCONDIDO EN SU SOMBRA [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora