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Era de esos días en los cuales no querías levantarte, el cielo nublado desde la mañana y una brisa de viento fría, pero no tanto, por más que hubieras querido haberte quedado en tu cama calentita con las mantas abrigadoras, tenías que levantarte a hacer los encargos diarios y eso era lo que te haría levantarte de tu cama, igual parecía que el día va a ser bueno.
Mientras esperabas que el agua para tu café estuviera lista estabas mirando tu mano izquierda, particularmente el dedo anular, tu mano estaba con un anillo de compromiso en el dedo, y sonreías al verlo te daba cierta motivación a hacer tus tareas y también era el recordatorio del día más feliz de tu vida, el día en el que Kaeya, tu pareja de hace 3 años te había pedido matrimonio, ahora era tu prometido y tenían su boda en preparación, no podías esperar para unir tu vida con la de tu prometido, será el día más feliz de tu vida, no podrías esperar para verlo en su traje de novio perfectamente arreglado y algo ajustado a su cuerpo, también peinado de manera de que sus facciones resalten más.