Cap. 7

427 34 1
                                    

•TN POV•

Entre completamente ruborizada, estuve a punto de besar a Jos, por lo que debería de estar increíblemente arrepentida. Pero sin embargo, no es así, y eso es lo que me molesta. Que estuve a punto de caer, a punto de echar a la borda todo lo que quería.

-¿TN, llegaste?-llego preguntando mi padre-. ¿Estas bien?

Lo mire frunciendo el ceño.

-Si, ¿Por qué?-le pregunte, seguro era por que tenia la cara tan roja como un tomate.

-Te ves... -dudó-. ¿Más feliz?

Sacudí un poco mi cabeza, suspire y no pude evitar que pareciera de enamorada.

-Yo... -trate de excusarme-. Estoy cansada, seguro tu igual.

Me sonrió pero en el fondo pude ver que no me creía una sola palabra de lo que le decía.

-Claro -me volvió a sonreír-. Descansa.

Asentí efusivamente mientras subía corriendo las escaleras, entré a mi habitación y me recargue en la puerta y resbale hasta quedar en el piso.

Pase mi dedo pulgar por mi labio inferior, pensando, ¿Que habría pasado si hubiera besado a Jos? ¿Me habría quedado ahí un momento o habría salido corriendo como una total cobarde? Imagino sus labios sobre los míos, suaves y cálidos ante el contacto, acoplandose a los míos con total perfección. Solo unos centímetros...

Sacudo mi cabeza para ahuyentar esos pensamientos, Jos es malo para mi y punto. Solo me hará sufrir, eso es lo que me repito mientras respiró para tratar de calmarme.

Me cambio y cuando ya estoy en cama, lo único que hago es dar vueltas por toda la cama. ¿Por qué no puedo sacar a Jos Canela de mi cabeza?

Eso tiene que cambiar, y sin duda creo saber como hacerlo.

•Jos POV•

Apago el televisor con enojo, sin duda había sido mala idea tratar de que viendo tele repentinamente me diera sueño. ¿Por qué rayos no podía sacar a TN de mi cabeza?

Desde la plática con mi padre no puedo dejar de pensar en ella, y tengo que hacer algo al respecto ya que ni loco me quedare así por mucho tiempo.

-¿Jos?-escucho una voz bajar las escaleras.

Había bajado a tratar de entretenerme abajo ya que si me quedaba tan siquiera un rato más, posiblemente me saldría mi lado psicópata y comenzaría a tratar de ver por la ventana de TN y después de eso iría a su casa y terminaría lo que pudo haber pasado si no se hubiera alejado de mi, si tan siquiera me hubiera dejado rozar sus labios, o aún mejor. Besarlos.

-Que pasa, mama -le contesto sin prestar mucha atención.

-¿Tienes problemas para dormir?-me pregunta.

-No, mama -el sarcasmo ya es involuntario-. Me encanta pararme a las tres de la mañana un miércoles para ver todos los comerciales que pasan en la televisión, ¿no ves que reboso de emoción?

-Jos...

-Si, mama -le respondo como niño regañado-. Tengo problemas para dormir. Por lo que veo, tu igual.

-No, Jos -me responde con el mismo sarcasmo-. Me gusta levantarme a las tres de la mañana para caminar por la casa como una psicópata.

Suelto una pequeña carcajada mientras me hago a un lado en el sofá para que se siente. Ya cuando lo hace, me sonríe y me acaricia la mejilla.

-Ya en serio -me dijo, de repente sería-. ¿Qué esta pasando?

Dudé un segundo en sí decirle pero al final no lo hago, de momento.

-¿Qué pasa con que?-le pregunto.

Levanta una ceja con escepticismo.

-Jos, creo que te estas olvidando de algo -me dijo, aún sin bajar su delgada ceja-. Soy tu madre y te conozco perfectamente.

Levanto una ceja igual.

-De verdad, mama -le digo-. No me pasa absolutamente nada, soy el mismo adolescente rebelde y mal educado que tu tan bien criaste.

Levanta aún más su ceja si eso es acaso posible.

-José Miguel Canela Rivera -responde sería y luego su ceño se suaviza-. Sólo hay una cosa que podría mantener despierto a mi rebelde y mal educado hijo.

Sonrió pero a la vez frunzo el ceño con confusión.

-¿Qué cosa?

-Una. O hiciste algo contra la ley y la policía viene en camino para arrestarte-dice mientras sonríe-. O dos. Estas enamorado y no puedes sacarte a esa jovencita de la cabeza.

Las mamás sin duda tenían un sexto sentido para todo.

-Umm... mama... -musito incómodo tratando de pensar en alguna excusa.

-Por favor dime que lo que hiciste se puede pagar con alguna fianza-me ruega pero veo que es de broma-. Por que, por supuesto. Jos Canela, nunca se enamoraría de ninguna chica y mucho menos dejaría que esta le quitase el sueño. ¿No es así?

Sonrió involuntariamente mientras la imagen de TN viene a mi cabeza, un recuerdo vivido capaz de erizarme la piel.

-No creo que ninguna fianza pueda pagar lo que me esta pasando -le confieso.

-¿Y eso exactamente que es?-me pregunta.

-Bueno, pues... -susurro-. Tienes razón, no puedo sacarme a TN de la cabeza, no se que hizo o que hice, lo único que se es que cada vez que pienso en ella la piel se me eriza y pasa algo en mi estómago. Es bastante extraño, es como si tuviera hambre y náuseas a la vez, ¿y si estoy enfermo? Mama, aún no me puedo morir.

Se comienza a reír dulcemente.

-Jos -me llama para que la mire-. A eso, esas ganas de vomitar que tienes, se le llama enamorarse. Y no es nada malo hijo, es lo mejor que te va a poder pasar alguna vez. Es una de las cosas más maravillosas de la vida.

-Pero, mama... ¿y si ella no siente lo mismo? ¿Y si... y si ella me deja?-le pregunto, abrumado de repente.

-Hijo, aunque te cueste creerlo -acaricia mi mejilla para tranquilizarme-. Eres un chico maravilloso y cualquier chica sería afortunada por tenerte, eres un gran ser humano Jos, nunca lo olvides.

-No, mama -sacudo mi cabeza en negación-. Yo no soy así, todas las personas que están a mi alrededor salen heridas, yo no quiero eso para ella. Yo... quiero protegerla.

Sonríe maternalmente.

-Te conozco desde que naciste y acaso, ¿me ves herida? -me pregunta-. No te menosprecies hijo, mientras yo este contigo siempre tendrás a alguien que te ame incondicionalmente, ¿escuchaste? Siempre.

-Gracias, mama -la abrazo y ella alborota mi cabello-. Y tu, ¿Por qué estas despierta? ¿Estas preocupada por algo?

Su mirada oscurece de repente, unas cuantas lágrimas surcan por sus ojos marrones que hace un momento brillaban con alegría.

-Quería decirles a todos juntos pero... -se detiene para secar unas cuantas lágrimas-. Creo que es el momento indicado para ti.

-¿Qué ocurre mama?-le pregunto ahora asustado.

-Veras... -duda un instante-. Hace unas semanas fui a hacerme unos estudios ya que no me sentía bien. Y había estado teniendo muchos problemas y decidí acabar con las dudas. Justo ayer me llegaron los resultados de los análisis...

Respiraba entrecortadamente.

-¿Y...?

-Me detectaron un tumor -me dice entre sollozos-. Y es grave, no se cuanto tiempo me quede hijo.

Y es ahí, cuando todo mi mundo comienza a desmoronarse.

Never leave me (Jos Canela & Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora