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"La guarida del lob"



        Los cuatro cruzamos miradas con incomodidad sin decir ni una sola palabra. No había más excusas, estaba mas claro que el agua que es lo que acabamos de hacer, y posiblemente lo que planeábamos.

—No es lo que usted cree—menciono Santiago alerta, y yo me golpee internamente. —Sé que parecemos sospechosos, pero, sólo somos tres chicos que se perdieron camino al baño.

—No puede ser...—susurro el rubio con la decepción a flor de piel por tan patética excusa.

—Bien, está bien—exclamó nuevamente Santiago rindiéndose por completo—Si es lo que usted cree.

—Hagan lo que planean hacer, no estoy aquí para evitarlo, puedo ayudar—menciono la profesora Ericka dejándonos en un shock definitivo—He mandado el telegrama, la ayuda llegara en cualquier momento. Ire al salón de reuniones para mantenerlos lo más ocupados posibles.

—Pero usted...

—Dijiste que soy una buena persona—me interrumpió—No importa que me hagan a mi, soy profesora, no puedo permitir que les ocurra algo a mis alumnos mientras estoy a cargo. ¿Me dejaran ayudarlos?

No sabia exactamente como contestar a eso más que torciendo la boca, y al parecer no era el único que se encontraba en esa posición. Apreté la mandíbula intentando tomar una decisión, ¿Y si lo que decía era mentira? ¿Y si Masini estaba detrás de todo esto?. Al final deje fluir la tensión fuera de mi cuerpo, y mordiendo mi labio inferior, asentí.

—Bueno, entonces que esperan niños. ¡Vayan!

—De acuerdo. Santiago, ya sabes que hacer.

—Los vere en la entrada—dijo antes de perderse al doblar el pasillo junto con la profesora Ericka.

Por nuestra parte, Ithan y yo aceleramos el paso y seguimos derecho.

—Debemos encontrarlas—espete.

—Espera, espera—pidió el rubio sujetándome del brazo para detenerme—Debemos encontrarlas, si, pero...¿Dónde?

—Bueno. Deben estar en un lugar que nadie conoce a excepción de Masini. Si tú fueras el, ¿Dónde las esconderías?—respondí echando a andar mi cerebro.

—A ver, pensar como Masini. Piensa como el idiota pervertido.—murmuró cubriéndose los oídos, como si eso lo ayudara a tener una mejor concentración.

—¡Lo tengo!—grité haciéndolo brincar del susto—¡Dios!, ¿Cómo no lo pensé antes?. Tiene sentido, de hecho tiene todo el sentido del mundo.

"Si quieres sobrevivir en este lugar, sólo debes seguir las reglas. Son pocas y sencillas."

"Si no quiere ganarse un severo castigo, más le vale que ni siquiera se acerque."

—El sótano.—solté llamando su atención.

—¿Estás de joda?, El internado no tiene un bendito sótano, Jungkook.

—Debe haber.

—He recorrido cada centímetro de este maldito lugar, durante más de cinco años, y jamás vi uno. ¿Cómo estás tan seguro?

—Porque Masini fue lo suficientemente estúpido como para advertírmelo el primer día que llegué.

Conteste ladino. Repentinamente la alarma de incendios comenzó a sonar por todos los pasillos y habitaciones de ese internado, causando el pánico de todos, quienes comenzaron a salir despavoridos al patio principal.

Porque si el L⃨O⃨B⃨O⃨ aparece...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora