𝐜𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝐞𝐢𝐠𝐡𝐭

82 15 0
                                    


Una niña de aproximadamente ocho años salió corriendo hacia la habitación de sus padres eufórica, ya que iban a ir al lago por unos días y la niña no podía estar más emocionada.

— ¡Levántese! ¡Levántese! — repetía una y otra vez mientras saltaba encima de sus padres.

— Cariño, son las 7 de la mañana. Y nos vamos a las nueve. — dijo somnoliento Remus.

— ¡Pero tienen que levantarse, o llegaremos tarde! — reclamó, y tenía razón ya que cada vez que salían llegaban tarde porque la pareja se dormía.

— Ya nos levantamos, pulga. — prometió el azabache, arrastrando los pies hacia el baño.

A las ocho y media de la mañana la pequeña familia había terminado de arreglar sus cosas y de desayunar. La pequeña castaña estaba emocionada por ir a la pequeña casa del lago que sus padres habían comprado, por tal emoción ya se había puesto su gorrito; lentes de sol y su traje baño azul con su flotador de patito.

— Estoy lista. — exclamó hacia sus padres, haciendo manos de jazz y posando dramáticamente.

— Que estilo, hija — alagó divertido, Sirius. — Pero debes cambiarte, cuando lleguemos podrás ponerte tu traje de baño.

La niña hizo un puchero y fue con su papá Remus a cambiarse. El castaño le dió unos pantalones negros, una remera con estampado de estrellas y unas zapatillas negras deportivas porque iban a caminar.
Los Black-Lupin a las nueve en punto tomaron su traslador, que era un viejo peine y minutos después estaban frente a su casa. La niña se levantó del suelo y fue corriendo hacia la casa, los esposos en cambio fueron tranquilos tomados de la mano hacia el interior de la casa.

— Amo Remus, amo Sirius, pixie está muy contenta de recibir a los amos y a la amita Kira. — exclamó con entusiasmo la elfa doméstica, que tenía un delantal como vestido, era arrugada y fea pero muy sonriente.

— ¡Pixie! — exclamó la niña yendo a abrazarla, esta lo recibió encantada.

— Kirs, despacio la vas a asfixiar. — regañó suavemente Remus. - Pixie lleva nuestras cosas a la habitación por favor.

— Si amo. — en un chasquido Pixie había desaparecido junto con sus pertenencias.

— Bien ¿Quién quiere ir al prado? — preguntó el castaño

— ¡Yo! — dijeron al unísono los dos restantes.

— El que llega último es un troll. — gritó comenzando a correr el licantropo.

— ¡Antes muerto!

— No es justo, ustedes son más altos. — se quejó la niña corriendo tras sus padres.

Cuando la niña llegó a la pradera Sirius ya se encontraba ahí gritando que los había ganado mientras hacía un ridículo baile. Segundos después llegó Remus jadeando.

— No tengo estado físico para esto. — dijo tomando grandes bocanadas de aire.

— Tú empezaste, ahora aguantate. — se burló el azabache.

— ¡Papá moony! Mira un gatito ¡Es tan chiquito y esponjoso! — señaló el felino, era de color grisáceo y peludo con ojos tan verdes como una esmeralda, que le hizo acordar a su amigo azabache.

- Muy lindo y todo pero  ¡Aleja a esa cosa de mí! - exclamó asqueado el Black.

— ¿Me lo puedo quedar? Porfis. — dijo alargando la "s" y haciendo ojos de cachorro.

— No lo sé, cariño. — dudó el ojimiel. — Es mucha responsabilidad.

— ¡Yo lo cuidaré, lo voy a bañar y todo! ¿Me lo puedo quedar? - rogó la niña juntando sus manos.

𝘽𝙪𝙩𝙩𝙚𝙧𝙛𝙡𝙞𝙚𝙨 | Harry J. Potter [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora