𝘽𝙪𝙩𝙩𝙚𝙧𝙛𝙡𝙞𝙚𝙨 | Harry J. Potter [PAUSADA]

𝐜𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝐞𝐥𝐞𝐯𝐞𝐧

Para Kira los dos últimos meses pasaron extremadamente lentos, estaba ansiosa por ir finalmente a Hogwarts pero también no quería dejar a sus padres. Así que las dos últimas semanas antes de ir al colegio de Magia y Hechicería, estuvo pegada como garrapata a sus padres, siguiéndoles a ambos todo el tiempo y se quejaba cuando uno iba a trabajar.

– ¿Puedo dormir con ustedes? – preguntó sonriendo con inocencia.

– Sabes que si cariño pero... – comenzó el castaño.

– Es raro que quieras dormir con nosotros, siempre dices que eres una niña grande. – terminó Sirius con una mueca confundida.

– Bien. – suspiró resignada. – Quiero estar con ustedes antes de irme a Hogwarts, casi no los veré. – confesó con los ojos levemente cristalizados.

– Oh, cariño. Ven aquí. – Sirius extendió sus brazos y la niña se lanzó a ellos, Remus también se sumó al abrazo.

— Pulga, nos veremos en navidad y todas las vacaciones. También te escribiremos. — el hombre lobo la consoló mientras frotaba suavemente su espalda, sintiendo a la niña sollozar.

– Y-ya lo sé, es s-solo que los v-voy a extrañar mucho. – confesó entre sollozos la pequeña. Ambos padres abrazaron con más fuerza a su hija y estuvieron así hasta que se calmó.

– ¿Vamos a dormir? – preguntó con suavidad y ternura Sirius, la niña asintió despacio con un puchero. – Ya no llores, princesa.

Esa noche Kira durmió en medio de ambos con uno de cada lado abrazándola, así estuvieron por tres noches más, hasta que Sirius prácticamente la tiró de la cama por una patada.

La última noche antes que los niños vayan hacia Hogwarts, ambas familias organizaron una comida de despedida en la casa Black-Lupin. Los cuatro padres se encontraban nostálgicos, sus bebés irían a Hogwarts.

– Pareciera ayer cuando vimos por primera vez a nuestra bebé. – dijo Sirius con nostalgia, su esposo asintió con una sonrisa.

– Si, o cuando Lily amenazó con castrarme cuando estaba de parto. – recordó James, los cuatro largaron una fuerte carcajada.

– ¿A quien creen que castiguen primero? – curioseo Remus.

– Kira. – respondieron simultáneamente los tres restantes.

– Luego castigaran a Harry por seguirle y ser cómplice. – continuó Lily soltando una risita.

– ¿Recuerdan las primera vez que nos castigaron? – preguntó divertido James.

– Tú habilidad de no quedarte quieto nos hizo ganar un castigo con la profesora McGonagall. – le reprochó Remus.

– No es mi culpa que sea tan curioso, estábamos un castillo enorme que no conocíamos. – se defendió el miope.