𝐜𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝐧𝐢𝐧𝐞

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Eran las once de la mañana cuando Kira apareció junto con Sirius, Lily y Harry en la tienda de Remus.

– ¡Papá Moony, ya tengo mi disfraz! – exclamó entrando la niña de diez años.

– Que bueno cariño ¿Qué es? – indagó curioso.

– Según la tía Lily es de porista.

– Porrista, Kirs. – corrigió la pelirroja.

– Si, eso. – le restó importancia la castaña. – Me veo genial con el disfraz.

– Se supone que Halloween es para dar miedo, no para verse bonito. – dijo con obviedad Harry.

– Solo tienes envidia de mi belleza, Hazz.

– Si eso te deja dormir. – se encogió de hombros el azabache.

– Niños basta. – los paró Remus al ver a su hija preparada para discutir. – Amor, ¿compraste los dulces?

– Si, bueno con respecto a eso... – hizo una mueca Sirius. – Los compré pero alguien me los robó y los perdió. – dijo eso último mirando a su hija que miró hacia otro lado.

– Kira. – dijo con tono de regaño Remus.

– ¿Qué? No es mi culpa haberlos olvidado en la biblioteca y que dadfoot no se acuerde. – se defendió, pero al ver la mirada peligrosa de su padre añadió. – Bueno tal vez si.

– ¿Cuál es tu disfraz Harry? – preguntó luego de suspirar y negar con la cabeza por su hija.

– Es de un vampiro. Mamá compró sangre falsa y colmillos. – contó con emoción el azabache.

– Seguro te verás aterrador mini Prongs. – afirmó su padrino.

– Yo creo que se verá muy tierno. – opinó la pelirroja con una sonrisa.

– ¡Mamá! – se quejó el niño mientras Kira soltaba una risita.

El cuarteto luego se fue hacia la mansión Potter dónde estaba James decorando la casa para Halloween. El lugar estaba lleno de telarañas, esqueletos de plásticos hechizados, arañas falsas que caminaban por las paredes, en las escaleras había sangre falsa salpicada, la entrada estaba puesta una cortina que cada vez que la abrías se escuchaba una risa escalofriante, por las paredes había marcas de garras, por todos lados habían frascos con ojos falsos y distintos bichos.

– Wow, Prongs este año te luciste – halagó Sirius –. Me hacen recordar a las fiestas en la sala común donde había mucho alco-

– Si que buenas épocas. – lo cortó el castaño, dándole una mirada de advertencia.

– ¿A qué hora vendrán los Weasley, dadfoot? – preguntó la niña mirando raro a un muñeco con cicatrices y un cuchillo.

– A las seis, cariño. – le contestó para luego sonreír emocionado. – Despues iremos a pedir dulce o truco.

– Y a los que no nos dan dulces le tiramos huevos a sus casas. – completó malicioso Prongs.

– No harán eso o se quedan sin quidditch – advirtió la pelirroja.

– No haremos nada Lily-flor. – se defendió el miope. – Era broma.  – cuando Lily volteó les guiñó el ojo a ambos niños.

Pasadas las cinco de la tarde ambos niños estaban parloteando de que era hora de disfrazarse.

– ¡Ya! – los paró Lily harta. – Póngase los disfraces.

– ¡Por fin! – exclamó el de lentes.

𝘽𝙪𝙩𝙩𝙚𝙧𝙛𝙡𝙞𝙚𝙨 | Harry J. Potter [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora