Otro día en laboral después de la increíble noche que pase con Eduardo, Dios cada vez que lo recuerdo me entran unos escalofríos y unas ganas de repetir, es cómo un imán que tiene ese hombre. Y yo que siempre estoy dispuesta para él.
Paso por el área dónde está trabajando Karen y Marleny sólo por simple curiosidad, y no, no es que estoy desconfiando de Eduardo pero es una riña entre ella y yo que desde hace tiempo he notado.
—¿Qué haces aquí?—me preguntó Marleny mirándome fijamente a los ojos—. Eduardo no está por estos lados si eso es lo que vienes a observar—responde sentándose en la superficie de su escritorio.
—No tengo porque espiar a mi novio, motivos no tiene y aunque los tuviera se lo preguntaría directamente a él—comenté de frente a ella y cruzando mis brazos por debajo de mis pechos.
—Confías ciegamente en él cierto... Pero muchas veces tratar de confiar en una persona no es suficiente si tienes un sin números de dudas—expresó respirando profundo.
—No tengo dudas.
—Sí que las tienes. A caso no tienes dudas del ¿Por qué no te hablo de nuestra relación? ¿Por qué su madre me prefiere a mí que a ti? ¿Le has preguntado por qué te mintió?
—No voy a permitir que crees que en mí un sentimiento de aprensión y que trates de manipular la situación—dije cada vez acercándome más hacia ella.
Si estoy con Eduardo una vez más es porque así el destino lo quiso, y no les voy a mentir, dude, tuve miedo pero ahora quiero que nuestra relación funcione y eso conlleva por sobre todas las cosas la confianza y el respeto.
—Eduardo no es hombre para ti, ¡Él debería estar conmigo! Somos el uno para el otro y estoy segura que lo de ustedes no funcionará porque el sigue siendo la misma persona por la cual lo odiaste—dijo muy furiosa y casi ocasionando un escándalo.
—Te diré algo... Soy Voluptuosa ¿Y qué? Y ese hombre el que ahora mismo está en su oficina probablemente pidiendo comida de nuestro restaurante favorito es mío, y primero que tú, estaba yo—revelé susurrando porque de por sí aquí hay muchas chismosa.
Salí de allí sintiéndome de lo más poderosa posible. Nada ni nadie me va a opacar, y ni va a crear en mi un sentimiento de insegura. Ahora más que nunca sé las intenciones de Marleny y no me voy a fiar de ella, aunque le duela estaré con mi hombre hasta que los dos decidiésemos lo contrario.
Y es que el único hombre que he amado es a Eduardo. Aunque me enamore sabiendo que él era el chico popular de la escuela y yo pues, nadie sabía de mi existencia hasta que empecé a cursar la materia de deporte, él era chistoso y yo apenas hablaba, él era seguro de sí mismo y a veces solía ser un poco loco y yo tenía recelo hasta del mismo aire que respiramos.
Eso, dos polos completamente opuestos pero que al fin y al cabo encontraron la manera de como compaginar.
Camino por el pasillo para llegar a mi oficina pero antes de eso observo cómo la puerta de la oficina de Eduardo está abierta, es raro pero sigo mi camino hasta que escucho mi nombre detrás de mi. Volteo mi cuerpo pero no veo a nadie, entonces llego a la puerta de mi jefe y se encuentra platicando con su madre. Trato de que no me vea para escuchar de qué hablan.
—Hijo no me decepciones, mira que este tema me tiene muy mal ¡No te puedo ver con ella! ¡No es tú tipo! Entiéndeme por favor—dijo ella todo rápido y pareciera que afectada.
Dios mío pero esa mujer es capaz de todo con tal de no verme con su hijo.
—Madre no quiero que vuelvas a recaer—escucho que dice Eduardo. Muevo un poco mi rostro para ver en el interior de la oficina y están madre e hijo abrazados.
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Soy Voluptuosa ¿Y qué?
RomanceVanesa Rodríguez es una auxiliar de publicidad pero no es la típica chica que la sociedad busca. Ya que ella es curvilínea situación que le ha afectado tanto en el ámbito laboral como sentimental. La despiden de su antiguo trabajo por su físico, per...