¹ 𝐒𝐀𝐅𝐄𝐓𝐘 𝐍𝐄𝐓 | ᵗʰᵉᵒᵈᵒʳᵉ ⁿᵒᵗᵗ ✓

𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐕𝐄𝐈𝐍𝐓𝐈𝐂𝐈𝐍𝐂𝐎

ℭᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴠᴇɪɴᴛɪᴄɪɴᴄᴏ
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❀ '₊˚.༄ ೃ

STELLA SE QUEDÓ PARADA, molesta por lo que veía ante ella. Theodore, que volvía a ignorarla, estaba de pie no muy lejos de ella, hablando con una chica que Granger no conocía de nada.

Esto no le gustó nada a Stella. Hace unos días, Theodore le había implorado que le perdonara. Y la morena no entendía cómo alguien podía ser tan bipolar. Siempre pasaba de caliente a frío en pocos segundos.

Astoria, sentada junto a su amiga, se dio cuenta de que Stella llevaba varios minutos mirando a Theodore. GreenGrass se mordió el labio y se acercó a su amiga.

—Esa es Hannah Abbot, una Hufflepuff—.Señaló la Slytherin.—Está con ella desde la mañana, le pidió ayuda con sus deberes de Astronomía.

—Pero... Theodore no entiende de Astronomía. Cada vez que le pido que me ayude, me dice que no entiende nada—.respondió Stella, arrugando la frente.

Astoria se limitó a encogerse de hombros, sin saber qué decir a su amiga. Stella suspiró, varios sentimientos se mezclaban en su mente. Entre la tristeza, la rabia y el desprecio, que tenía contra los dos magos que tenía delante, Stella no sabía cómo reaccionar. Así que se quedó sentada en el banco del Gran Comedor, preguntándose si el joven Nott sólo lo hacía para molestar a la joven Granger.

Después de varios minutos mirando, Stella sintió un ligero toque en su brazo por parte de GreenGrass.

—Has recibido una carta, es de una tal Molly Stevens.

Stella dio las gracias a su amiga y arrugó la frente. La joven bruja no sabía por qué la mejor amiga de su madre le enviaba una carta. Nunca los había conocido, nunca había hablado con ellos. Por eso, recibir una carta de la familia Stevens hizo que la ansiedad de la morena llegara al máximo.

❝ Querida Stella,

Nos entristece informarle de que sus padres han fallecido. Los médicos nos han dicho que la causa de la muerte es aún desconocida. Les deseamos a todos nuestras condolencias. Y le deseamos todo el consuelo, el apoyo, el coraje y la amabilidad que se merece en este difícil momento. Si alguna vez necesitas hablar con nosotros, eres bienvenida.

Todos nuestros mejores deseos,
La familia Stevens. ❞

Stella se quedó sin palabras. Aunque no estaba cerca de sus padres, el saber que sus padres ya no estaban con ella le rompió el corazón. Stella no sabía por qué era esta familia la que le había enviado una carta, pero no le importaba en ese momento. Todo lo que la morena quería en ese momento era volver a su dormitorio y no moverse en todo el día.

Con lágrimas en los ojos, Granger volvió a meter la carta en el sobre y la guardó en el bolsillo. Y salió del Gran Salón. Astoria no lo notó, estaba demasiado concentrada en su trabajo de adivinación como para fijarse en los otros magos. Aunque Stella estaba molesta con él, todavía esperaba que levantara la vista y la viera salir. Pero nada, seguía riéndose con el Hufflepuff. La morena sólo asintió y se marchó definitivamente a su sala común, para quedarse ahí sola.

Una vez que llegó a la sala común, Granger dijo el código del retrato con dificultad, y se le hizo un nudo en la garganta. Los había perdido. Para bien esta vez. Se acabó el intentar agradar a sus padres. Mientras se dirigía a las escaleras que llevaban a su dormitorio, Stella fue detenida por Malfoy, que estaba sentado en uno de los sofás, con un libro en la mano.

—¡Oye!—exclamó este último mientras dejaba su libro en el sillón y se apresuraba a acercarse a la morena.

Esta última se dio la vuelta, con lágrimas en los ojos. Su amigo arrugó la frente y la tomó en sus brazos, viéndola a punto de quebrarse.

Con las manos alrededor de la cintura del Slytherin, la joven Granger se derrumbó. Las lágrimas corrían por su rostro, la morena ya no intentó contenerlas, lo único que quería ahora era quedarse en la sala común.

Draco retrocedió lentamente, tomando el rostro de la morena entre sus manos. Con sus pulgares acariciando sus mejillas, el rubio le preguntó a la bruja qué estaba pasando. Pero Stella no contestó, no pudo sacar una palabra de su boca, debido a la desagradable sensación en su garganta.

Así que lo único que hizo Stella fue entregarle el sobre a Draco, que lo leyó directamente, manteniendo todavía una de sus manos en el pelo.

El rubio abrió la boca cuando vio lo que decía la carta. Pero no dijo nada, se guardó el sobre en el bolsillo y volvió a tomar a Stella en sus brazos.

Los dos amigos no intercambiaron ninguna palabra durante este abrazo, el rubio sabía que su amiga no quería decir nada en ese momento, y que sólo necesitaba esto: sentir que alguien estaba realmente ahí para ella. Stella apreciaba el hecho de que Draco respetara eso.

Las lágrimas seguían cayendo por sus mejillas, no sabía cómo detenerlas. Stella se sintió mal. Se sentía mal por no poder estar en la vida de sus padres, se sentía mal por no poder tener una última charla con ellos. Aunque sus padres la odiaran, siempre serían las personas que Stella más admiraba. La morena nunca había entendido el resentimiento que sus padres tenían contra ella. Pero los quería, y aunque fuera un amor unilateral, Stella sabía en el fondo que siempre tendrían un lugar especial en su corazón.

Ella siempre los amaría, sin importar el amorunilateral que sentía por sus padres.

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