CAPÍTULO 14: Todo esto es por mi culpa

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Fui hacia mi casa, y solo estaba mi tía allí. Le saludé y me senté a su lado en el sofá. Estaba viendo la televisión, como siempre viendo su serie favorita: Las 7 vidas de Léa.

-Hola tía...-dije sentándome.

-Hola James. ¿Qué te pasa?-¿por qué me conocía tanto?

-Nada, ¿por qué lo dices?

-James, a mí no me engañas. Sé que te pasa algo.

-¿Y por qué insinuas eso?

-Primero has venido demasiado serio, cosa que tú no eres, segundo, me has saludado cuando algunas veces se te tiene que obligar porque no lo haces normalmente, y tercero, porque te conozco como la palma de mi mano-joder, algunas veces me daba miedo mi tía, sabía demasiado sobre mí. Me cuidó desde que nací.

-Vale...me pasa algo.

-¡Lo sabía!

-Algunas veces me das miedo, me conoces demasiado.

-Ventajas de tener que aguantarte durante estos 17 años.

-¡Oye!-y los dos nos empezamos a reír.

-Bueno...si quieres contarme lo que te preocupa, me lo puedes contar.

-¿Me prometes que no le vas a contar a mi madre? Es que no quiero preocuparla...ya tiene bastante con sus problemas...

-Te lo prometo.

-Vale...-y ahí empecé a contarle todo.

-Hemos estado Hayley y yo en la pasarela de la playa...hasta que ha venido Dave.

-¿Dave?-puso los ojos como platos con lo asombrada que estaba.

-Sí, el mismo que me traicionó en su momento y acabé en la cárcel por su maldita culpa.

-¿Y qué quería?

-Quiere que le ayude a irse a otro sitio para que la policía no le pille y se vaya a la cárcel.

-¿Cómo? ¿Y qué le has dicho?

-Pues que no, no le pienso ayudar tía.

-Haces bien, te podrías meter en un lío si le ayudas...

-Estate tranquila, porque no lo pienso ayudar. Él me traicionó, así que yo también.

-No le voy a contar nada a tu madre tranquilo-me dijo poniendo su mano encima de la mía.

-Gracias-dije yo poniendo mi otra mano encima de la suya. Justo mi madre entró, y disimulamos de la manera más fácil: criticando algún personaje o alguna vestimenta que tenían los personajes.

-No me gusta el pelo de ese, lo tiene como una lechuga.

-Ya, opino lo mismo-dijo mi tía de acuerdo con lo que acababa de decir.

-Hola-yo no le saludé y mi madre me echó una mirada asesina.

-Hola mamá. ¿Qué tal en el trabajo?-respondí con una sonrisa irónica.

-Bien. Hoy a la tarde tengo una cita...-mi tía y yo nos giramos a la vez.

-¿Cómo?-dijimos a la vez. Mi madre se quitó el abrigo y lo dejó en el perchero que teníamos en el salón y se sentó a nuestro lado, tan tranquila.

-Pues eso, que va a venir a casa.

-¿Cómo se llama el afortunado?-preguntó mi tía moviendo las cejas hacia arriba y hacia abajo.

-Se llama Simon. Es un chico que bueno...me he chocado con él, me ha tirado todos los papeles al suelo y me ha ayudado a recogerlos. Así nos hemos conocido.

Irresistible imperfecciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora