Capítulo 32

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Robert:

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Robert:

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Nuestros besos denotaban desesperación, la necesitaba hace tanto tiempo, con mis manos subí su vestido y llegue hasta sus pantis que rápidamente retiré y metí en el bolsillo de mi pantalón.

Me agache para quedar a la altura de su intimidad, primero masajee con mis dedos, noté que cerró los ojos y yo continué.

Mi lengua se desliza con suavidad y sin control entre sus piernas, hasta que la poca dulzura se me acabó y comencé a morderla sin llegar a lastimarla, su piel tan blanca y sonrosada a la vez.

Sentí como su humedad aumentaba, que estaba a punto de correrse.

Sigo besando y mordisqueando hasta llegar a su abdomen, arquea la espalda, me detengo y vuelvo a su boca.

Rob... —susurra

Es tan raro el hablarnos por nuestros nombres, la callo con un beso, mi lengua entra de lleno en su boca. Interrumpi su orgasmo y eso me hace castigarla de alguna manera.

Cogeme — susurra cuando nos separamos

No es correcto, tienes un prometido o no? — me duele el solo pronunciarlo

Intento ver si esto la detiene, si la hace cambiar de opinión, ruego que no sea así, que me pida que la folle.

Por favor — casi suplica

Emily:

Aquí estoy, después de un par de años, suplicando por que me toque y me vuelva a hacer suya.

Él sonrió, apretó mi trasero, agarró mis piernas, me levantó, me recargó en la pared, rodeé sus caderas con mis piernas y se introdujo en mi.

Duro, profundo, el orgasmo atascado en mi vientre fue liberado...

Odio que ya no me pidas permiso para correrte — mordió mi labio

Ya no soy tuya... — gemía

No lo parece — se burló

No dije nada, tenerlo dentro de mí hacía que el tiempo se detuviera. Encajaba sus dedos en mis piernas, no me importaba el dolor, solo quería sentirlo.

Más... más... — suplique

Sin decir una palabra aumentó sus embestidas, me corrí y sentí su semen impactar dentro de mi.

Cuando baje mis piernas sentí que temblaban.

Hay cosas que nunca cambian — notaba el orgullo en sus palabras

Acomode mi vestido y me disponía a salir cuando Rori entró en el salón.

Acomode mi vestido y me disponía a salir cuando Rori entró en el salón

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Mi Obscura ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora