Capítulo 33

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Robert:

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Robert:

Hoy es el cumpleaños de mi demonio, Andrew me llamó para invitarme a una reunión que hará para festejarla. Quería negarme, pero no puedo resistirme a verla.

En donde será la reunión? — pregunté

En mi casa, solo los más allegados, si quieres invita a Alicia — me animaba

Alicia está en Wayne, además ya te dije que no estamos juntos de nuevo, solo es sexo — me queje

Entonces serás el único sin pareja? — cuestionó

Iliana seguramente irá sin pareja, desde que terminó con Joseph no sale con nadie

Tienes razón, nos vamos a divertir — noté las emoción en sus palabras

Platicamos un rato más, mis días en Nueva York estaban por terminar, mañana es mi última plática y los rectores de la universidad insisten en que dé clases aquí.

Igual no es una idea tan descabellada, llamé a casa y me cuentan lo divertidos que están.

Me alegra mucho que la estén pasando bien, en unos días regreso, tengo que platicar contigo — me dirigí a Jack

Si papá, trabaja mucho — dijo mi hijo al otro lado de la línea — me voy a jugar

Oí que movieron el teléfono

Ya se fue — dijo Vicky

Gracias por cuidarlo — agradecí — regresó en unos días

Claro, no te preocupes — su voz calmada me daba paz

Debo irme, cuídense — me despedí

Te extraño — estaba por colgar pero la alcancé a escuchar

No quería lastimarla, pero nos hemos vuelto cercanos, no ha pasado de un beso, sin embargo me hace sentir bien.

Pero ahora que volvía a ver a Emily, no estoy seguro si puedo dejarla ir y regresar a mi vida monótona.

Salí del hotel a comprarle un obsequio, no sabía a ciencia cierta qué, supongo que ahora que está con Andrew, no le falta ni un alfiler.

Estaba caminando por una calle poco transitada, había una veterinaria y me acerque a ver, había perritos en adopción, los miré a todos con detenimiento hasta que encontré uno que me gustó.

Pensé que sería buena idea, entre he hice todo el trámite para la adopción, le dieron un baño, la vacunaron y compré una plaquita aunque no sabía si yo debía darle un nombre.

Qué nombre escribimos? — preguntó la chica

Ángela — respondí sin más

Le pusieron unos moños y ya estaba, llegué al hotel, la dejé en la cama en lo que me bañaba y alistaba. Se quedó dormidita, era adorable.

Mi Obscura ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora