Capítulo 7

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Robert:

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Robert:

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Vi como mi demonio caminaba lejos de mi, no podía... por más me que obligará a mi mismo a dejarla ir, no podía.

Camine detrás de ella, la escuché sollozar, yo también estaba a punto de llorar, fui una mierda, un egoísta al robar su inocencia.

Casi llegábamos al edificio donde ahora vive, no sé si viva con ese imbécil que tiene por novio.

Demonio — dije antes de que entrara

Vete! — tenía los ojos rojos

Entró al edificio y yo entré detrás de ella, no podía resistirme más, coger con Alicia e incluso con Maggie no es tan satisfactorio como hacerlo con mi demonio.

Poco me importaba que hacía menos de una hora alguien más la hizo correrse, quería sentir su piel, aunque fuera una vez más.

Por favor — la sostuve del brazo

La pegue contra la pared, con una mano tome su cara para obligarla a mirarme y poder besarla, al principio se resistió... pero logré que me correspondiera.

Un dulce gemido escapó de sus labios, baje las manos para que me rodeara con sus piernas, la sostenía del trasero con fuerza, me estaba correspondiendo, no me importaba nada más.

Comencé a subir las escaleras con ella encima, con un poco de trabajo abrí la puerta del departamento que por suerte no tenía seguro, llegamos a su habitación

Cerré la puerta con mi espalda para tirar a mi demonio a su cama... la cama que era nuestra, donde tantas veces la hice mía.

Después me di la vuelta para cerrar con seguro.

Veo que no cambiaste la cama — dije mientras quitaba mi chaqueta

No, me dejaste botada y en la ruina, no me podía dar el lujo de comprar otra cama — note la ironía en su voz

Comencé a masajear sus pechos, sus pezones eran visibles, seguramente no estaba usando brasier, besaba su cuello con desesperación mientras mis manos retiran la ropa de la parte de arriba.

Efectivamente, no estaba usando brasier, gemí en cuanto mis manos entraron en contacto con su piel, roce sus pezones que ya estaban más que erizados. Succione un poco cada uno, quería tomarme mi tiempo.

La luz entraba por las puertas del balcón que seguían abiertas.

La luz entraba por las puertas del balcón que seguían abiertas

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Mi Obscura ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora