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Buena buenas 👀 primero que nada quiero disculparme por la tardanza es que acabo de conseguir trabajo soo ando bastante ocupada pero en el trabajo hay wifi así que espero poder actualizar ahora los días lunes y viernes, bueno aquí viene mi Nueva historia que es una adaptación del libro 'Savage Beginnings' es un dark romance con mafia y eso es todo, espero les guste y una vez más disculpen la desaparición.

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                         CAMILA

   

    Colocándome el ca­mi­són, me si­en­to al bor­de de la ca­ma y ter­mi­no de se­car­me el ca­bel­lo os­cu­ro mi­ent­ras ta­ra­reo una can­ci­ón pop que he oído an­tes en la ra­dio.

    Le he pe­di­do a mi pad­re muc­has ve­ces un mó­vil o un por­tá­til, pe­ro él jura que es por mi pro­pia pro­tec­ci­ón que no ten­go nin­gu­no de los dos, así que la ra­dio es to­do lo que ten­go. De­j­an­do ca­er la to­al­la, un es­ca­lof­río re­cor­re mi co­lum­na ver­teb­ral cu­an­do mi lar­go ca­bel­lo mo­j­ado me ro­za el homb­ro.

    Inclinándome, al­can­zo la to­al­la. An­tes de que mis de­dos si­qu­i­era la to­qu­en, un gol­pe en­sor­de­ce­dor re­tum­ba por la ha­bi­ta­ci­ón. Es tan fu­er­te e ines­pe­ra­do que un pe­qu­eño chil­li­do pa­sa por mis la­bi­os.

    ¿Quién de­mo­ni­os to­ca?

    Miro el re­loj de la pa­red y me doy cu­en­ta de que son más de las on­ce. Mi pad­re nun­ca me lla­ma tan tar­de, y ade­más de él, ¿qu­i­én pod­ría ser? Na­die más. Des­de la mu­er­te de mi mad­re ha­ce dos años, mi pad­re es la úni­ca per­so­na que me qu­eda. No ten­go ot­ra fa­mi­lia ni ami­gos, gra­ci­as a la na­tu­ra­le­za auto­ri­ta­ria de mi pad­re.

    Ni si­qu­i­era se me per­mi­tió ir a la es­cu­ela por­que lo con­si­de­ró de­ma­si­ado pe­lig­ro­so pa­ra su pe­qu­eña. To­do lo que he ap­ren­di­do me fue en­se­ña­do a tra­vés de la edu­ca­ci­ón en ca­sa. Cub­ri­en­do mi pec­ho con un bra­zo, ab­ro la pu­er­ta y en­cu­ent­ro al ot­ro la­do a Ric­hi, uno de los gu­ar­di­as per­so­na­les de mi pad­re.

   

    —Señorita Camila, su pad­re qu­i­ere ver­la en su es­tu­dio. —Hay una ext­ra­ña mi­ra­da en su rost­ro, una mezc­la de mi­edo y re­mor­di­mi­en­to. Nun­ca me ha mi­ra­do de esa ma­ne­ra. Ver lo in­có­mo­do que es­tá me ha­ce sos­pec­har.

    —¿Ahora? —pre­gun­to, to­da­vía un po­co sorp­ren­di­da, da­do la ho­ra—. ¿Pa­sa al­go ma­lo?

    —Sólo ven con­mi­go, por fa­vor.

    Oh no, al­go es­tá mal. Ya pu­edo sen­tir­lo, de­fi­ni­ti­va­men­te al­go es­tá pa­san­do.

    —Bien, dé­j­ame ves­tir­me rá­pi­do.

    —Me te­mo que no hay ti­em­po pa­ra eso. —Una voz pro­fun­da y pe­net­ran­te vi­ene de det­rás de la pu­er­ta, lle­nan­do mis oídos. Ab­ri­en­do la pu­er­ta un po­co más pa­ra que pu­eda ver a qu­i­én per­te­ne­ce esa voz, ca­si jadeo. Hay un homb­re con tra­je, un homb­re que nun­ca ha­bía vis­to an­tes, de pie jun­to a Ric­hi.

    Con la luz te­nue, es di­fí­cil dis­tin­gu­ir al homb­re, pe­ro por lo que pu­edo ver, pa­re­ce si­ni­est­ro. Su mi­ra­da at­ra­vi­esa la mía, y sus la­bi­os se pre­si­onan en una del­ga­da lí­nea, la im­pa­ci­en­cia ro­dan­do fu­era de él en ole­adas.

Inicios Salvajes  {Camren GP}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora