Enamorada

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Regina.

Nuestras vidas continuo sin sobresaltos después de que los Charming supieran los nuestro, Emma dice que no le afecta que no acepten nuestra relación, pero yo sé que sí, por más que lo niegue sé que le molesta. Ese mismo fin de semana, Hope y Emma se mudaron a la mansión, decirle a mi ahijada de nosotras y el nuevo bebé fue lo más sencillo, aunque pensé que no lo entendería o que no lo aceptaría, la realidad fue todo lo contrario, a Hope le fascino todo, y más el nuevo bebé, no dejaba de estar cerca de mi o de mi vientre, a la hora de dormir, solía pedirme que le cotara un cuento a ella y a su hermanito, su aceptación hizo las cosas un poco más llevaderas para Emma, aún faltaba decirle a Henry, no lo hablábamos pero ambas queríamos decirle lo más pronto posible, sabíamos que él vendría para las vacaciones de primavera, así que en algún punto de esos días le diríamos todo, mientras seguíamos disfrutando de nuestra burbuja de amor.

Como esa mañana, Emma llevaría a Hope a la escuela, me estaba despidiendo de ambas en la puerta.

-yo iré por ti a la salida ¿está bien? –dije inclinándome para ver a mi ahijada a los ojos.

-está bien. –asintió.

-dame un abrazo –le pedí.

La pequeña rodeó mi cuello con sus bracitos y me dio un beso en la mesilla, al soltarme me puse derecha y ella me abrazo por la cintura.

-nos vemos, tía Gina, nos vemos bebé –dijo contra mi vientre de cuatro meses.

-nos vemos, cariño. –dije acariciando su cabello.

Emma se acerco a mi con una sonrisa juguetona y me tomo de la nuca para besarme provocativamente.

-para que pases toda la mañana pensando en mi –dijo cerca de mis labios –te amo. –dijo y dejo un rápido beso antes de separarse de mi.

-¡mami, mi hermanito! –dijo Hope apuntando hacia mi vientre.

-tienes razón, cariño –dijo y se inclino hasta la altura de mi vientre –a ti tambien te amo, bebé hermoso. –dijo dejándome un beso en vientre.

A pesar de la ropa como barrera la piel se me puso de gallina.

-nos vemos. –dijo Emma guiñándome un ojo antes de irse.

-nos vemos.

Las vi marcharse y solo entonces entré a la casa para terminar de alistarme para salir a trabajar, al cabo de unos minutos oí los toquidos en la puerta.

Con una sonrisa fui hasta la puerta.

-¿Qué se les quedó? –pregunté antes de abrir.

Mi sorpresa fue enorme al ver a David en mi puerta.

- ¿puedo pasar? –dijo sacándome de mi letargo.

Me sacudí mentalmente –claro que sí, adelante.

Lo escolté hasta la sala y lo invité a sentarse, demás está decir que el ambiente era bastante incomodo, me senté el sillón frente a él algo rígida, sea lo que sea, lo quería decirme Charming quería que fuese rápido.

-lamento si no te ofrezco nada, pero estaba de salida. –dije sin querer dilatar más este encuentro.

-tranquila, no vine a quitarte mucho tiempo, yo solo vine porque creo que después de lo que nos dijeron hace unos días teníamos que hablar.

-¿sobre qué? Dejaron todo bastante claro. –dije con algo de molestia.

-Regina, ese tipo de noticia no se digiere tan fácil, no todos los días tu única hija se enamora de la madrastra de tu esposa.

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